Socialismo o Barbarie, periódico Nº 144, 05/02/09
 

 

 

 

 

 

Papelera Massuh I: otro conflicto producto de la crisis del capitalismo

Si la patronal no garantiza la producción y el salario,
que el Estado se haga cargo

Cuando nos acercamos a llevar solidaridad a los trabajadores de Massuh, un grupo de compañeros nos preguntó, ya que habíamos participado en otros conflictos, si creíamos que éste se podía ganar. Nuestra primera opinión es clara y sin peros: sí, se puede ganar. Y no es puro “optimismo revolucionario”: tenemos la experiencia del Hospital Francés, otra empresa vaciada y quebrada, donde los trabajadores, después de meses de pelea, lograron que el hospital se estatizara y todo el plantel pasara a empleados del Estado. Meses de marchas, actos en la puerta y en Plaza de Mayo, represión de la Gendarmería que llegó a ocupar el hospital, y de la justicia que armó causas a varios compañeros, terminaron en un triunfo. Ellos también tenían la conducción traidora del sindicato en contra de todo lo que hacían los trabajadores. Y hubo asambleas en donde se peleaban los médicos con los enfermeros, los despedidos con los demás, y momentos en que parecía que la lucha se vaciaba y quedaban diez o quince activistas aguantando el chubasco. O sea, los inevitables problemas de una lucha que se hace demasiado larga para gente que vive de un salario. Y sin embargo, se ganó.

¿Cuál fue la clave del triunfo? A nuestro entender, el gran acierto de los compañeros fue no quedarse solamente discutiendo con una patronal escurridiza, sino dirigir el conflicto directamente hacia el gobierno, involucrando a los K en cada reclamo: ¡que el gobierno se haga cargo!, desde el tira y afloje por el pago de los salarios (que también desaparecieron y empezaron a aparecer en cuotas) hasta, finalmente, la nacionalización de la empresa.

El gobierno nacional no puede “cambiar de firma” y tomarse un avión. Cuando los trabajadores comprenden esto y se deciden a embretarlo, de alguna manera tiene que responder.

Si esto fue necesario en el caso del Francés, mucho más ahora, cuando estamos inmersos en una crisis económica que está haciendo desastres por el mundo y que va llegando a la Argentina “en cuotas”. Cada cuota de crisis arruina a muchas familias trabajadoras, pero podemos hacer que no les salga gratis, hacer que paguen un precio por el desastre que han provocado los capitalistas y los gobiernos que los defienden. A este gobierno en particular, en un año electoral clave, los conflictos obreros pueden escupirle el asado.

De todas las traiciones de los sindicalistas vendidos, la peor es lograr justamente que los conflictos se queden en un rincón, pasen desapercibidos y no toquen al gobierno. Pero ustedes han logrado una conquista enorme, el primer gol a favor para los trabajadores, que fue sacarse de encima a la interna vendida y que todos los obreros de Massuh renieguen de la burocracia del sindicato.

Para aprovechar este logro al máximo, hay que llevarlo hasta el final, y renegar también de las políticas con que los dirigentes vendidos suelen llevar los conflictos. Ya pasó el momento de rebotar de una oficina a otra de la Provincia. Además de esas reuniones, que son necesarias e inevitables, planten un acampe frente al Ministerio nacional, y que venga la policía a sacarlos. Convoquen a los delegados del Subte, del Garrahan, de Crónica, de Fate, de Siat, que también son independientes como la nueva interna de Massuh. Preparen con Indugraf una marcha conjunta a Plaza de Mayo. Embreten a los organismos de derechos humanos, reclamen la solidaridad de los militantes de izquierda y de los movimientos sociales para que los acompañen.

No tenemos la bola de cristal para darles la seguridad de que con esto ganan, se puede perder y se puede ganar. Pero para ganar hay que pelear con todo lo que tenemos. Lo que sí les podemos asegurar es esto: la solidaridad que han recibido de parte de partidos de izquierda, movimientos y trabajadores de otras empresas, que han traído mercadería y los han acompañado en el acampe, se va a extender sin ninguna duda a la movilización conjunta frente al gobierno si ustedes se deciden, porque todos estamos en la misma: resistir el intento de los patrones y el gobierno de hacernos pagar a los trabajadores la crisis que ellos provocaron.

¿Cómo habría que ordenar el reclamo?

La pregunta viene al caso, porque en estos días de conflicto, los compañeros tienen en la cabeza el pago del salario, y parecen no pensar demasiado en el día de volver al trabajo. Cobrar es urgente, eso está claro. Pero cuidado: no conocemos ningún “cambio de firma” en una empresa donde el nuevo “fondo de inversión” no quiera aprovechar para dejar gente afuera, sobre todo si hubo lucha y los obreros están organizados. Aprovechan la volada para recibir la empresa en las mejores condiciones posibles para los patrones, es decir, con los trabajadores aceptando trabajar más por menos plata, vía despidos, baja salarial o “paz social” (no pedir aumentos por equis plazo), como pasó en Paraná Metal de Villa Constitución.

Muchas veces escuchamos de ustedes que esta situación “les estalló en las manos”. Bueno, sería mejor tener un plan pensado desde ahora para prevenir la posibilidad de que les salgan con un martes trece, como es lo más probable, y que este otro paso de la lucha no les estalle en las manos también. En todas las reuniones en los ministerios, en las marchas, petitorios y todo lo que se haga, hay que incluir en primer lugar que se asegure la vuelta a la producción y el mantenimiento del plantel. Que figure en todas las actas el compromiso de la patronal y el Ministerio de mantener los puestos de trabajo, y que se discuta eso como prioridad. Y reclamar al gobierno que si la patronal no lo garantiza, el propio Estado se haga cargo, a través de la vía que sea, pero que todos (patrones, funcionarios, sindicato y gobierno) comprendan que la lucha no va a terminar hasta volver todos al trabajo, y que cobrar la deuda viene en el paquete de ese objetivo mayor.