Socialismo o Barbarie, periódico Nº 143, 22/01/09
 

 

 

 

 

 

El PST de Honduras ingresa a SoB Internacional

23 años de lucha

Entre el 9 y 11 de enero pasados, se llevó a cabo el X Congreso del Partido Socialista de los Trabajadores de Honduras. Además de las discusiones y votaciones propias de este tipo de encuentros (sobre situación internacional y nacional, balances internos, etc.), en éste se resolvió de manera unánime la entrada del PST–H a la Corriente Socialismo o Barbarie Internacional.

Aprovechando la visita que realizaron un grupo de compañeros y compañeras del PST de Costa Rica, desde SoB entrevistamos al compañero Juan Romero, con la finalidad de que nos brindara con sus propias palabras una descripción de lo que es el PST–H, sus más recientes e importantes luchas y los motivos por los cuales se adhirieron a nuestra corriente.

Sob: ¿Cuáles son las principales características que identifican al PST–H?

J.R.: El PST–H es un partido socialista revolucionario, tanto por sus planteamientos así como por su método de trabajo. Tiene 23 años de existencia, es un grupo pequeño pero que ha dado muy importantes cuadros para la dirección del movimiento de masas en Honduras.

Hasta el día de hoy nuestro trabajo ha girado en diversos sectores. Por ejemplo, en sus inicios el partido tuvo una destacada intervención en la Universidad Autónoma, donde compañeros muy jóvenes en la carrera de Pedagogía le quitaron la primera asociación de estudiantes a la derecha, en el marco de un gobierno con métodos fascistas y de la revolución centroamericana (finales de los ochenta).

En los noventa pasamos a intervenir en los sindicatos bananeros, llegando a liderar la segunda huelga más importante desde 1954.

Sob: En la actualidad, ¿en qué lugares del país y sectores interviene el PST–H?

J.R.: Somos un partido muy joven y con muchos estudiantes, donde casi el 70% de nuestra militancia oscila entre los 18 y 26 años. Por ello, actualmente estamos principalmente estructurados en las universidades de Tegucigalpa y en varias ciudades del Valle de Sula.

Además, también intervenimos en el magisterio y el sector campesino. Por ejemplo, un compañero es dirigente de una regional de la CNTC en la ciudad de El Progreso[1]. En este mismo lugar, intervenimos en la Asamblea Popular Permanente (APP), donde se aglutinan sindicatos, organizaciones populares, patronatos, vendedores ambulantes, etc..

Sob: Muchas y muchos de nuestros lectores no tienen mucho conocimiento sobre la realidad política hondureña. ¿Qué caracterización manejan ustedes de la situación del país?

J.R.: Los años noventa fueron la “década perdida”, puesto que implicó un retroceso significativo para las organizaciones populares. Tanto los gobiernos así como la empresa privada, le dieron importantes golpes al movimiento obrero hondureño, desarticulando muchos sindicatos estatales y privados. Además, las privatizaciones y el auge del modelo neoliberal hicieron retroceder significativamente las luchas en el país.

Pero pasados estos años y entrando al siglo XXI, hay un reacomodo de algunos sectores de masas en los que se comienzan a librar importantes luchas, sobre todo en el magisterio. Y para el año 2002 tiene lugar un importante evento, que desde el partido lo consideramos como un “parte aguas” de la lucha de clases y la correlación de fuerzas, el “verjazo”, donde los maestros botan una verja colocada alrededor del Congreso Nacional.

Posterior a esta acción, el 26 de agosto del 2003 se funda la Coordinadora Nacional de Resistencia, con lo cual se comienzan a aglutinar las fuerzas del movimiento popular.

En resumen, hay un cambio de situación en el país. Pasada la “reacción democrática” en los noventa, actualmente el movimiento popular ha tomado la ofensiva, buscando retomar sus viejas conquistas. Por ejemplo, es destacable la conquista del Estatuto Docente hondureño, con el cual se establecen derechos, tales como la estabilidad laboral hasta la misma facultad de poder luchar.

En este sentido la “Coordinadora” ha logrado aglutinar a varios sindicatos, los cuales buscan una manera de organizarse por fuera de las tradicionales (y burocráticas) centrales. De hecho, de acuerdo a pesquisas y conversaciones con personas de otros países, es una instancia única en su estilo, tan sólo comparable con la APPO de Oaxaca.

Tiene su programa de lucha definido (los 12 puntos), que desde el 2003 ha permitido centralizar y reflejar el sentir de cada uno de los sectores en lucha. Es un  espacio democrático donde hay debates muy amplios.

Sob: ¿Qué papel ha tenido el partido en las luchas de los últimos años? ¿Podrías referirte a los Paros Cívicos?

J.R.: El 2008 nos ha dejado un gran legado y experiencia a nuestra militancia, que a pesar de ser muy joven se vio inserta en la lucha de clases, a partir de su trabajo con los estudiantes de secundaria.

Los Paros Cívicos son fruto de un planteamiento del partido en diversos momentos, todos en función de lograr una Huelga General, que permita recuperar las conquistas perdidas en la década de los noventa y avanzar hacia una lucha que transcienda el reformismo y se acerque a la consecución de la emancipación de la clase trabajadora.

En ese sentido, el PST–H en su IX Congreso (2007) vota ir a los sectores populares y a la Coordinadora, para promover un Encuentro Obrero, Campesino y Popular, donde estuvieran las centrales obreras, organizaciones campesinas y la Coordinadora. De allí surgió el plan de lucha que conllevó al Paro Cívico Nacional del 17 de abril, en el cual nuestro partido tuvo un papel fundamental, al grado de influir como dirigencia del proceso.

De diciembre del 2007 a mayo del 2008, el PST–H tuvo la conducción de la Coordinadora. El partido se distribuyó en su mayor amplitud, interviniendo en Tegucigalpa, Progreso, Ceiba y San Pedro Sula, por lo que nuestros planteamientos se llevaron a muchos sectores y se logró un gran éxito en el Paro Cívico Nacional, no tanto en avanzar hacia una conquista, sino de avanzar hacia una nueva forma de lucha de los sectores populares.

Lo novedoso del Paro Cívico no fueron las 27 tomas de carreteras en todo el país, sino que fue un día de paro de labores en las instituciones estatales y en unas cuantas instituciones privadas, y la participación de los estudiantes de secundaria, quienes participaron de manera consciente y activa.

Luego, el 14 de mayo y en apoyo a la huelga de hambre de los fiscales contra la corrupción, se impulsa el segundo Paro Cívico, en el cual el partido tuvo una intervención en la dirección y hay una participación activa de maestros, alumnos, de las bases campesinas y de algunos sindicatos importantes. Todo esto dio como fruto un período de luchas, las más importantes desde la huelga de 1954.

Sob: ¿Podrías explicarnos la difícil situación que atravesó el PST–H, con el asesinato a manos de sicarios del compañero Edickson Lemus?

J.R.: Para el partido es una de las pérdidas más significativas. Fue un compañero que organizaba la Central Nacional de Trabajadores del Campo y tenía un papel importante como Secretario General, especialmente en la lucha cotidiana.

Era un agitador por excelencia y transmitía una gran emotividad hacia los demás campesinos. No se quedaba sólo en las luchas campesinas, iba a las peleas de los estudiantes y los profesores, etc.

El compañero fue víctima de la represión brutal que los terratenientes ejercen sobre los campesinos que luchan por su derecho a un pedazo de tierra. Su participación como dirigente significó que le “echaran” un ataque de sicarios, ante el cual las instancias pertinentes no han dado mayores frutos en la investigación, y aparentemente no existe voluntad política por resolver el crimen, como en otros cientos de casos de dirigentes campesinos asesinados.

Alrededor de esto y a tres años de su asesinato, el partido siempre hace una jornada de protesta para acordarles a las autoridades de que este crimen no lo olvidamos y que vamos a insistir en promover su esclarecimiento.

Sob: En este congreso el PST–H optó por ingresar a Socialismo o Barbarie Internacional. ¿Cuáles fueron las razones que llevaron a esto?

J.R.: Somos un partido trotskista y tenemos un compromiso permanente en tener una vinculación con otros partidos del mundo, en función del principio del internacionalismo. Nuestro partido tuvo una crisis de sus organismos internacionales, desde la LIT, el CITO y el SECA [2]. Por ello, el partido optó por buscar otros sectores del trotskismo en Latinoamérica con los cuales se pudiera trabajar.

A partir de la cercanía y fraternidad existente con el PST–CR, que ingresó a Socialismo o Barbarie con anterioridad, nosotros votamos en nuestro IX Congreso el estudio y seguimiento de SoB para caracterizarlo y votar el ingreso a esta corriente, que es un paso importante puesto que ya no estaremos aislados.

Además, consideramos importante que SoB le toma importancia al hecho de plantear los principios de las organizaciones revolucionarias, en el sentido de insistir en la independencia de clase y en el posicionamiento que ha tenido ante el surgimiento de los gobiernos populistas, como Chávez.

Otro de los elementos de convencernos por SoB, fue que los compañeros nos demostraron el internacionalismo en concreto. Hicieron un esfuerzo material importantísimo al visitarnos en el año 2007, aun sin tener relaciones formales. Eso para nosotros fue significativo, puesto que vimos su interés por tener relaciones fraternas y formales con nosotros.

Junto con esto, fue importante nuestro afán por continuar las relaciones fraternarles con el PST–CR, lo que nos permitirá dinamizar nuestro trabajo conjunto.


[1] Esta es la tercera ciudad en importancia de Honduras, luego de Tegucigalpa y San Pedro Sula.

[2] Liga Internacional de los Trabajadores, Centro Internacional del Trotskismo Ortodoxo y Secretariado Centroamericano respectivamente.