Socialismo o Barbarie, periódico Nº 141, 04/12/08
 

 

 

 

 

 

Venezuela

Asesinan a tres dirigentes obreros

Por Claudio Testa

La protesta nacional e internacional logró que Chávez rompa un silencio de 4 días y prometa el castigo de los responsables.

El jueves pasado, en Cagua, una ciudad obrera y popular del estado de Aragua, fueron asesinados los dirigentes obreros Richard Gallardo, Luis Hernández y Carlos Requena, de larga trayectoria en las luchas de los trabajadores de esa región. Los tres eran dirigentes de la UNT (Unión Nacional de Trabajadores) de Aragua y militantes trotskistas de larga trayectoria, en especial los dos primeros.

Su asesinato estaba a todas luces relacionado con el conflicto que venía sosteniendo la multinacional colombiana Alpina con sus 400 obreros.

Los trabajadores habían ocupado la fábrica por incumplimiento del contrato colectivo y por la amenaza patronal de cerrar el establecimiento.

Ese jueves 27, al medio día, la policía estadual –que está bajo el mando de un gobernador de derecha que finaliza su mandato– asaltó la planta reprimiendo brutalmente a los obreros y logró desalojarlos del establecimiento. Pero luego una movilización solidaria de trabajadores de la UNT, encabezada por los compañeros asesinados, consiguió que los trabajadores de Alpina volvieran a ocupar la empresa.

Fue esa misma noche que Richard Gallardo, Luis Hernández y Carlos Requena fueron ametrallados, mientras se encontraban cenando en Cagua.

Era evidente que la patronal de Alpina había aplicado el “método colombiano” de solución de los conflictos obreros; es decir, asesinar a los dirigentes sindicales, contratando sicarios paramilitares. En Colombia, sólo en 2008, ya han sido muertos casi medio centenar de dirigentes y activistas.

No es la primera vez que algo así sucede en Venezuela. Desde hace tiempo, especialmente en el campo y en las zonas fronterizas con Colombia, terratenientes y otros patrones apelan a los servicios de los llamados “paracos”. Pero era la primera vez que se producía un crimen de esta magnitud y en uno de los puntos nodales del movimiento obrero venezolano.

Inexplicable silencio de cuatro días es roto por la protesta nacional e internacional

Después del hecho, se inició en Venezuela, con epicentro en el estado de Aragua, un importante movimiento de repudio. También internacionalmente comenzó a tomar forma una amplia corriente de solidaridad.

Los crecientes reclamos se enfrentaron a un hecho que, para muchos, dentro y fuera de Venezuela, fue tan inesperado como inexplicable: el presidente Chávez, todos los funcionarios de su gobierno y todo el PSUV se mantuvieron en completo silencio durante cuatro días.

Durante esos largos cuatro días, para ellos nada había sucedido en Cagua, en la noche del jueves 27.

Pero esta vez fue imposible mantener la “cortina de silencio” con la cual, lamentable, en Venezuela y en todo el mundo, se “ningunean” las luchas obreras y los crímenes de los capitalistas.

Numerosos trabajadores de Aragua, después de realizar asambleas, habían salido a la calle y comenzado a cortar las principales rutas del estado. Hora a hora, la cosa se fue “calentando” cada vez más.

Finalmente, poco antes de iniciarse un paro general regional dispuesto por la UNT, el gobierno se dio por enterado. El gobernador electo de Aragua por el PSUV, Rafael Isea, repudió "los hechos violentos", pero al mismo tiempo pidió "mantener la calma y evitar las confrontaciones". Luego, esa misma tarde, Chávez prometió investigar el hecho y castigar a los responsables. Por último, el ministro del Interior anunció que había sido detenido “el presunto autor material del triple homicidio”.

Aún no sabemos si esto último es cierto y, en todo caso, queda pendiente la captura de sus autores intelectuales, los que contrataron al sicario. Sin embargo, pese a ello, ha sido un triunfo importante de la movilización en Venezuela y de la solidaridad internacional haber perforado el siniestro “muro de silencio” con que fue rodeado inicialmente este monstruoso crimen.