Socialismo o Barbarie, periódico Nº 138, 24/10/08
 

 

 

 

 

 

Después de la bancarrota financiera, el hundimiento de la “economía real”

Otra vuelta de tuerca

Por Claudio Testa

Los enormes paquetes de “rescate” dispuestos por Washington y la Unión Europea que se publicitaron como el santo remedio de la crisis, están demostrando sus reales y cortos alcances. Mientras tanto, estamos entrando en la segunda y más grave fase del desastre perpetrado por capitalismo mundial.

Lo seguro: severa recesión mundial.
El peligro cierto: una depresión como la de los ‘30

El costo monstruoso de los “rescates” a los pobrecitos banqueros y especuladores (que la gente tendrá que pagar con más impuestos y duros recortes a los gastos sociales en los presupuestos del Estado) no ha producido sin embargo una inflexión en el curso de la crisis.

De las espectaculares caídas de las Bolsas, ahora pasamos a una etapa mucho más grave, sobre todo para las masas trabajadoras: la caída de la mal llamada “economía real”; o sea, la producción y el empleo.

Un economista francés –Frédéric Lordon, conocido investigador en el CNRS (Centre National de la Recherche Scientifique)– resume así la situación:

“Es una cuestión muy dolorosa porque la economía real va a pagar muy caro todo lo que ocurrió. Y lo va a pagar de dos maneras: una, a través de los contribuyentes. Los planes de intervención pública, es decir las nacionalizaciones de los bancos, la recapitalización, no hay duda alguna de que eso sale del presupuesto del Estado. Pero esto es lo menos doloroso. El verdadero dolor vendrá con la recesión que acompaña la crisis financiera. Temo que esa recesión será de una gravedad excepcional. La disminución de las remuneraciones y la explosión del desempleo serán una auténtica carnicería social. Los bancos perdieron tantas sumas, el mercado de crédito interbancario está en una situación tal que el sistema bancario está poniendo término a los préstamos. Y en cuanto los bancos dejan de prestar dinero, la mortalidad de las empresas se vuelve fulminante. Habrá entonces una ola gigantesca de quiebra de empresas. El choque va a ser muy duro.”

Los “rescates” financieros, tanto los de Bush como los europeos, eran como “inyecciones de caballo” para bajar la fiebre a un enfermo gravísimo, pero que no significan de ninguna manera la cura.

Ahora Bush ha anunciado un nuevo “rescate”, esta vez por 150.000 millones, “para alentar el consumo y mejorar la situación del sector real de la economía”.

Esta cifra es otra “aspirina”. No sólo es insignificante en relación a los billones de dólares ya dilapidados en los rescates financieros. También palidece frente a lo que realmente demandaría asistir a las empresas en dificultades.

Sólo la General Motors –tan representativa del capitalismo norteamericano como la “Estatua de la Libertad”– demanda 25.000 millones de dólares para no ir a la quiebra. Mientras tanto, ha comenzado a cerrar fábricas enteras, con miles de despidos.

Para darnos una idea de la situación de las empresas “productivas” [1] en EEUU basta ver la cotización de sus acciones en Wall Street de algunas de las principales. Ellas reflejan su situación actual y sus perspectivas futuras.

Si usted, el año pasado tenía 10.000 dólares y decidió invertirlos en acciones de la General Motors, hoy su inversión vale sólo 1.300. Si prefirió apostar por la Ford, no le fue mucho mejor: hace un año, sus acciones valían 9 dólares. Hoy, apenas unos 2 U$.

Si, en cambio, se dejó convencer por el cuento de la “nueva economía del conocimiento” y no invirtió en la “vieja industria” sino en las mágicas empresas de informática, las cosas no fueron mejores: Sun Microsystems, líder de ese sector, se desplomó de 25 U$ a 5,20 U$, perdiendo un 80% de su valor.

El derrumbe no está perdonando a casi nadie, sea que fabrique hamburguesas (como MacDonalds, que cayó casi un 40%), o mentiras, como Time-Warner, dueño de la CNN, con más del 50%, o pornografía como Playboy (81% de pérdida).

Informe de la OIT: 20 millones más de desocupados

La OIT (Organización Internacional del Trabajo) es una de las tantas agencias de las ONU. Entre otras funciones, lleva estadísticas laborales mundiales. Su último reporte del 20 de octubre, es que “se perderán 20 millones más de puestos de trabajo” en todo el mundo.

En verdad, si la OIT dice esto, los trabajadores del mundo deben prepararse para enfrentar un escenario mucho peor aún. Es que la OIT es un organismo que, en materia de estadísticas de empleo, es tan macaneador como el Banco Mundial en mediciones de la pobreza o nuestro INDEK en el rubro inflación.

Se abre entonces, mundialmente, el campo de una batalla feroz. ¿Quién va a pagar esta crisis que es responsabilidad total y absoluta de los capitalistas y sus gobiernos?

Las medidas que están tomando ellos en todo el mundo es para hacérsela pagar a los que no tenemos la menor responsabilidad en este desastre. Y el primer paso son los despidos masivos.

¡Es cuestión de vida o muerte que los trabajadores de todos países nos pongamos en pie de guerra para enfrentar esto! Y la primera medida para eso debe empezar por la cabeza: ¡no creer una sola palabra a ningún gobierno, a ningún político patronal y a ningún burócrata sindical! Los trabajadores sólo podremos afrontar esto, si nos unimos para luchar a nivel político y sindical, en forma absolutamente independiente de nuestros explotadores y los políticos y burócratas que están a su servicio.


1.- Ponemos entre comillas lo de “productivas”, porque en verdad corporaciones multinacionales como General Motors, son también financieras. Es decir, constituyen distintas formas de “fusión” entre “capital-dinero” y “productivo”.