Afganistán y Pakistán
Crisis gemelas de pronóstico reservado
Por Claudio Testa
Posiblemente, en un mismo noticiero de TV, después
de anunciar algún record en Pekín, escuchaste que 10
soldados franceses pasaron a mejor vida en Afganistán.
Luego, separada por alguna publicidad de pañales o
celulares, te enteraste que en otro país llamado Pakistán,
renunció el presidente.
Ambas noticias, como siempre fragmentadas para
que no entiendas nada, aluden en verdad a una misma
situación. Se trata de una crisis descomunal, política,
económico-social y militar que puede hacer estallar a
toda una región, y poner al mismo tiempo en graves apuros a
la coalición imperialista yanqui-europea que en Afganistán,
con la bendición de la ONU, están llevando adelante una
guerra colonial.
Afganistán y Pakistán no sólo riman, sino que
pueden ser el escenario de la próxima gran guerra
imperialista, sobre todo si el bueno de Obama gana las
elecciones. Es que tiene razón en que las cosas se les van
de la mano en ambos países.
Otra guerra que va mal
El 11 de septiembre del 2001, se produjeron los
famosos atentados a las Torres Gemelas en Nueva York y al
Pentágono en Washington... nunca bien aclarados y sobre los
cuales se extienden hoy muchas dudas. EEUU culpa a Osama Bin
Landen, antiguo hombre de la CIA, residente en Afganistán.
Días después, el 7 de octubre, Estados Unidos
comienza a preparar la invasión a Afganistán con
criminales bombardeos a la población indefensa y los
falsimedios de todo el mundo anuncian que el pueblo afgano
ha comenzado a ser liberado... Así, el operativo de guerra
yanqui se llamará “Libertad Duradera”.
Para la invasión imperialista a Afganistán,
Bush pudo aprovechar la confusión creada por los atentados
terroristas del 11 de septiembre. Por eso, a los ojos de
gran parte de la opinión pública mundial, sobre todo en
los países imperialistas, esta guerra era “diferente” y
estaba justificada. Había, además, que “liberar” al
pueblo afgano de los feroces talibán.
Este es el argumento al que apela aún el
gobierno francés, para justificarse ante las protestas por
la muerte de los diez soldados y la presencia de tropas allí:
"Evocar
Vietnam no sirve de nada. No podemos irnos de Afganistán.
Es una operación horriblemente difícil, pero no es una
guerra contra el pueblo afgano sino con el pueblo afgano.
Nuestra acción es legítima, legal y necesaria... No
representamos ningún imperialismo, tenemos un mandato de la
OTAN y las tropas europeas representan la mitad de los
efectivos desplazados a la zona." (Kouchner, ministro
francés de Relaciones Exteriores, “El Periódico”,
27/08/08)
Pero
sucede que “el pueblo afgano” está harto de sus
“libertadores” yanquis y europeos. La invasión
imperialista de fines del 2001 fue un paseo militar, porque
a fines del 2001 los talibán habían perdido casi todo el
apoyo popular que los acompañó inicialmente, cuando en
septiembre de 1996 tomaron la capital, Kabul.
En
1996, los talibanes aparecían como la esperanza de paz y
orden frente al caos sangriento instaurado por los “señores
de la guerra”, que se habían repartido el país después
de la retirada de la URSS en 1989. Pero la brutalidad del régimen
talibán provocó al fin un rechazo masivo.
Que hoy las simpatías
populares se hayan volcado otra vez a su favor, nos permite
medir el grado de barbarie de la ocupación
yanqui-europea, que según el citado ministro francés
“no representa ningún imperialismo”. Si ésta “no es
una guerra contra el pueblo afgano sino con el pueblo
afgano”, ¿de dónde han salido entonces los nuevos talibán
y otras guerrillas que operan con tanto éxito contra los
ocupantes?
Un intelectual afgano
explica las cosas mejor que el ministro de Sarko: “Según Habibullah Rafi, historiador
y analista político, «cuando los norteamericanos tumbaron
su régimen, los talibán se desvanecieron. Pero a causa de
lo bombardeos y matanzas de la población civil han logrado
volver a estar en estado de gracia con la gente, que si no
los ayuda, por lo menos cierra los ojos. Poco a poco han
progresado hasta Kabul».” (El Watan, 21/08/08)
Pero la cosa no sólo se ha puesto fea en Afganistán. Simultáneamente,
el talibán domina también una amplia franja en territorio
del vecino Pakistán. Eso nos remite a la otra gran crisis
que aludimos, la de Pakistán.
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