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Paraguay:
La política económica del gobierno de Fernando Lugo
Los primeros cien días de la mano del
Banco Mundial
Por Marco
Boltes
Agrupamiento
por el Socialismo, agosto 2008
Este 15 de
agosto asumió el nuevo gobierno encabezado por Fernando
Lugo. La expectativa que genera en amplios sectores del
movimiento social y
de trabajadores aún sigue siendo muy fuerte, aunque ya se
están generalizando las dudas, bien fundamentadas, sobre su verdadero carácter, empezando por la composición de su gabinete de ministros, producto de la coalición
entre el PLRA, Tekojoja y el P-Mas,
integrado con
algunos personajes con pésimas referencias ante el
movimiento campesino y de trabajadores.
Pero por
sobre el resultado
del cuoteo entre las organizaciones que hasta la fecha son
su sostén político, son
más reveladores e importantes los movimientos y tendencias
en cuanto a los planes económicos y las políticas sociales a ser aplicadas durante los primeros 100 días de
gobierno. Quienes son los
hombres centrales de la administración Lugo, y cuales son las políticas económicas y sociales
que aplicarán nos dan una idea clara
del rumbo que adopta este gobierno, el gobierno del
“cambio” en realidad es el gobierno del continuismo en
cuanto a la profundización de las medidas económicas
neoliberales, pero con la variante “progresista” de que
las mismas van acompañadas de medidas paliativas de corte
asistencialista.
El “Gabinete del Cambio” para no cambiar nada
Empecemos
por quienes conforman el flamante gabinete Luguista. El
primer nombramiento en el gabinete de ministros fue el de
Dionisio Borda, ex ministro de Hacienda (economía) del
saliente gobierno de Nicanor Duarte Frutos. El artífice de
la Ley de Reordenamiento
Administrativo y Adecuación Fiscal, más conocida
como la ley del “impuestazo”.
Mientras ocupó el cargo por 21 meses entre el 2003 y 2005 fue el más
fiel partidario del FMI, con el cual consiguió cerrar un acuerdo en diciembre
de 2003 por 73,5 millones de dólares.
El impuestazo, consistió esencialmente en generalizar
el Impuesto al Valor Agregado (IVA), y
paralelamente reducir de 30% a 10% el impuesto a las
ganancias para las empresas, reforzando al mismo tiempo los
controles fiscales. Como el IVA
es en realidad un impuesto al consumo y en los hechos un impuesto al salario, finalmente el
famoso equilibrio macroeconómico y el cumplimiento de los
deberes ante el FMI, fue
logrado en base a cargar sobre las espaldas de la clase
trabajadora ocupada la crisis económica.
Al
mismo tiempo, las patronales, tomándose de esta reforma
tributaria, lograron imponer formalmente
el trabajo informal y precarizado, sin necesidad de
modificar o reformar mucho la legislación laboral. Se volvió
moneda común, que
las empresas dejen de tener empleados contratados que
figuren en nominas,
con los beneficios sociales y derechos laborales que ello
implica. Ahora, simplemente un trabajador figura para las administraciones como
“prestador de servicios”, el cual mediante expedición
de factura es expropiado del 10% de su salario mensual a
través del IVA, monto que luego sirve para ser utilizado
por las patronales para su amortización fiscal. Insistimos en que el equilibrio fiscal, y parte de los acuerdos con el FMI, fue alcanzado en
gran medida sobre la base de esta plus explotación de los
trabajadores.
Pero lo peor todavía esta por venir. Borda cuando dejo el
ministerio en el 2005, dejo inconclusa su tarea. Quedó
pendiente la reforma de las empresas públicas y del Banco
Nacional de Fomento. Su
salida probablemente se dio ante su “radicalidad” en cuanto a privatizar, lo
que implicaba en ese momento un terrible dilema para el régimen
colorado, que utilizaba las empresas públicas como centros
de distribución de prebenda y sus funcionarios constituían
un electorado cautivo.
Ahora quiere terminar la
tarea inconclusa. El mismo Borda poco antes de asumir
funciones adelantó, al final de una reunión con Lugo, a varios medios de prensa que el tema
central según él en este momento es “buscar soluciones” para las empresas del estado.
Para
lo cual se ha formado un consejo de ministros, ahora
refrendado por decreto del propio Lugo, el Consejo de
Empresas Públicas, cuyos
integrantes son tres: Industria y Comercio, Obras Públicas
y Hacienda, cuya tarea fundamental será. “coordinar
planes y programas de modernización de entes del Estado”. Ya en esa ocasión aclaró que buscar solución a las
empresas del Estado significa, básicamente, la incorporación
de capital y gerenciamiento privado bajo la forma de
tercerización, concesión o capitalización. En ningún
momento se habla de privatización como tal, aclaró.
Solo
que al ministro Borda se le olvidó mencionar que las
actuales empresas publicas, jurídicamente son Sociedades Anónimas,
en las cuales hasta ahora el estado es el mayor accionista,
lo que implica que si se da la mentada incorporación de capital y el gerenciamiento privado con el nombre o modalidad
que desee darle se habla de una privatización de hecho.
Otro punto no menos
importante, es que en el citado Consejo de Ministros lo
acompañan nada menos que el empresario del rubro farmacéutico
Martín Heisecke, ministro de Industria y Comercio junto con Efraín Alegre, ocupante de la cartera de Obras Públicas. Ambos
afiliados del conservador PLRA y defensores religiosos del Neoliberalismo. Según el propio Alfredo
Jaegli, senador liberal conocido por ser el portavoz de los sectores más
oligarcas, la
elección de Borda por Lugo para ocupar nuevamente la
jefatura del ministerio en cuestión, se da porque “puede garantizar que no haya ruptura brusca, ya conoce el manejo de este
gobierno y puede ayudar al que entra”.
En esto Jaegli tiene mucha razón. Durante el lapso de forzado
retiro, el reciclado ministro de Hacienda presentó, antes
de las elecciones, un
trabajo hecho
en colaboración con otros “especialistas” titulado
“Notas para el Debate Electoral 2008”. En el trabajo se
plantean los temas
que a su opinión son los prioritarios
para la gestión pública 2008-2013.
El futuro ministro sostiene en el citado trabajo que el impedimento
para lograr un crecimiento económico sostenido, sustentable
y equitativo radica, por un lado, en la debilidad del Estado
manifestada en la no vigencia del estado de derecho, la
carencia de un plan estratégico y políticas coordinadas,
un sector público no reformado y una burocracia subordinada
a los intereses políticos. También hay que sumar a las
causas mencionadas, el
escaso desarrollo del mercado y la baja competitividad del
sector privado por la distorsión del Estado prebendario,
imperfecciones del mercado, la informalidad y la ausencia de
regulación efectiva y el déficit en tecnología, servicios
públicos, créditos y mano de obra calificada.
Los temas incluidos en este trabajo son: crecimiento económico y empleo, reforma constitucional
para la gobernabilidad y gobernanza, energía y desarrollo
de infraestructura, educación superior y desarrollo del
capital humano, reducción de la pobreza y de la desigualdad
e inserción económica del Paraguay en el mundo.
El neoliberalismo con rostro humano
Estas
conclusiones, elaboradas con ayuda de “especialistas”,
no son otra cosa que la aplicación a raja tabla de
las recetas del Banco Mundial enmarcadas en el
nuevo consenso de Monterrey,
el cual vino a
suplantar al de Washington,
las mismas recetas
que están resumidas en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la
ONU.
Coincidentemente
con el trabajo de Borda, según el propio Banco Mundial las
prioridades para los países en desarrollo como el nuestro,
se dan en cuatro áreas; Mejorar el clima para el sector privado, Fortalecer el sector público y
mejorar la gobernabilidad, Aumentar las inversiones en
infraestructura y por último Mejorar la eficacia de la
prestación de servicios que inciden en el desarrollo humano.
Estos
Objetivos de Desarrollo del Milenio
son el nuevo paradigma de las políticas de cooperación
para el desarrollo, impulsadas
por el Banco Mundial y el FMI, llevadas adelante con el respaldo de las Naciones Unidas.
Los mismos son reducir para el 2015 en un 50% el número
de personas que viven con menos de 1 dólar, pasan hambre o
carecen de agua potable; que todos los niños y niñas
pueden completar la enseñanza primaria; reducir en 2/3
partes la mortalidad infantil y en ¾ la mortalidad materna;
detener epidemias como el SIDA o la malaria; hacer la deuda
externa sostenible a largo plazo; aumentar la AOD hasta el
0,7% del PNB mundial; integrar a los países en desarrollo
en la economía mundial a través de un sistema comercial y
financiero abierto.
Se
supone que el medio de aplicar esta estrategia debe de ser
la reformulación nacional de las Estrategias de Reducción
de la Pobreza (PRSP), impulsadas nada menos que por el Banco
Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI),
movilizando todos los recursos nacionales y asegurando el
compromiso a largo plazo de la ayuda internacional, con una
perspectiva no de tres, sino de cinco y diez años.
Es
evidente que muchas de las medidas concretas que proponen
para la lucha contra la pobreza son propuestas positivas
tomadas en si mismas. Pero está la otra cara de la moneda.
Estas metas del milenio de lucha contra la pobreza van
acompañadas de medidas conocidamente neoliberales.
Por
eso afirmamos que es un nuevo paradigma, ya no se trata de
la aplicación ortodoxa de las recetas neoliberales, sino de un neoliberalismo compasivo. Compasión que
tampoco es gratuita.
En
este esquema aparecen dos elementos nuevos en relación con
el Consenso de Washington y que están ya apuntados en el
nuevo Consenso de Monterrey. El primero de ellos es el papel
de estado y del gasto público para movilizar, regular y
garantizar las inversiones necesarias en infraestructura,
“capital humano” y “clima de negocios” que aseguren
el desarrollo pleno de la acumulación primitiva de capital
y sobre todo para su integración paulatina de nuestros países
atrasados en el mercado mundial.
La
venida a Paraguay de la mano del PNUD
del conocido economista
Joseph E. Stiglitz, que además de ser ganador del premio Nóbel
en Economía en el 2001, fue desde 1993
asesor
económico de Clinton y desde 1997 vicepresidente y
economista jefe del Banco Mundial, sirve como un elemento más
a la hora del recuento para asumir que este será el
paradigma económico del gobierno Lugo.
El
asesor económico internacional de la APC,
es otro neoliberal con rostro humano recientemente converso.
Su visión de la economía: la ineludible globalización de
la economía capitalista mundial y la necesidad de un nuevo
intervencionismo estatal y multilateral internacional para
regularla a diferentes niveles. Según sus propias palabras
durante la conferencia dictada en el Congreso
Nacional, donde compartió con Lugo, Franco y Borda
“las economías
de mercado han alcanzado altos índices de crecimiento en
los últimos años, pero este crecimiento no ha traído
aparejado consigo una disminución de las inequidades
sociales. Es por eso que el Estado debe dar énfasis a la
reducción de estas inequidades, teniendo en cuenta que las
personas son el principal recurso de un país.”
Podemos
agregar que en
su planteamiento se hace necesaria una inyección exógena
de capitales, de manera selectiva, es ahí donde entran a
tallar los organismos económicos multilaterales como el
Banco Mundial, y de la creación de las condiciones de mercado
necesarias para asegurar los beneficios que atraigan a las
multinacionales o la inversión extranjera, como las
privatizaciones por ejemplo.
La
discusión sobre las implicancias de la aplicación de estas
medidas económicas por el nuevo gobierno
enmarcadas en un consenso aparentemente técnico y científico
con el apoyo de organismos internacionales, es antes que
nada una discusión política, no solo en cuanto a los metas
en si, si no en cuanto a los medios sugeridos para lograrlas.
Es
conocido que este paradigma económico es el referente de
los sectores de la izquierda liberal del movimiento
altermundista, el “capitalismo
humanitario”. Pensar que bajo el sistema capitalista, y más
aún en esta coyuntura de globalización hegemonizada por Washington y el resto
de los países imperialistas, los países semicoloniales
puedan salir del agujero donde están, con la aplicación de
las mismas recetas económicas responsables de su actual
situación, pero con medidas paliativas y focalizadas para
mitigar sus efectos, no solo es una utopía reaccionaria;
sino toda una contraofensiva política para desmontar
los procesos de construcción que están llevando adelante los movimientos sociales y de trabajadores en busca
de la verdadera salida para nuestro país, América latina
y el resto de los países semicoloniales de la
pobreza y el atraso en que estamos sumidos, una salida
socialista obrera, campesina
y popular.
Con
el gabinete económico encabezado por Borda, es evidente que
se prepara el continuismo y la profundización de la
aplicación de las medidas económicas neoliberales, pero
con el matiz de una política asistencialista a gran escala,
a fin de combatir los efectos más visibles resultantes
de la aplicación de esas medidas,
como ser la extrema pobreza. Pero si hablamos de
continuismo, también hay que remarcar que seguirá vigente
la formula de cargar sobre las espaldas de la ya
terriblemente castigada clase trabajadora los ajustes para
lograr estas metas.
Difícilmente
los sectores agroexportadores y de ganaderos sufran un
descuento a sus cuantiosas ganancias, como se viene
especulando. Y si ello ocurriera sería meramente
testimonial. En la práctica hemos visto que Borda no tocó
un pelo a estos sectores en su anterior gestión, y es
claramente consecuente en ese aspecto a su teoría económica,
en cuanto a crear un “clima
de negocios”. Pero,
sobre todo, el propio Lugo en ningún momento,
incluyendo la campaña electoral, habló de tocar al
modelo económico agroexportador. Terrible contradicción
cuando en otras ocasiones habla de la realización de una
Reforma Agraria durante su gobierno.
En
cuanto a lo que podemos esperar los trabajadores de parte
del nuevo gobierno solo basta mirar los resultados de la
anterior gestión Borda, por ejemplo que la
pobreza extrema ha aumentado en un 40 por ciento en el
periodo 2005/07, es decir unas 270.000 personas más
cayeron en la extrema pobreza debido principalmente al
incremento de los precios de los alimentos en la canasta básica
(según el último informe de NNUU). El remedio peor
que la enfermedad.
Despertar
del Letargo
A
fin de cuentas, alguien
tiene que “pagar el pato” para poder sostener el
programa asistencialista dirigido a los sectores
marginalizados y mantener el mentado “clima de
negocios”, porque con los fondos exógenos de la cooperación
internacional, o los fondos del FOCEM, no alcanza
para que en los siguientes cinco años, los efectos más
visibles de las medidas neoliberales y de continuidad
del modelo agroexportador se mitiguen de alguna forma, si en realidad esto les
interesa. Nuevamente
exprimir a los trabajadores será el recurso económico
central del gobierno del “cambio”.
A
estas alturas, afirmar que el gobierno Lugo no es el
proyecto de un
sector burgués (y que tiene como norma desde el vamos, adoptar cambios superficiales para no tocar el grueso
de los privilegios de los mismos oligarcas
que iniciaron su ascenso ya en los albores del
stronismo) que se propone y presenta
como alternativa de renovación efectiva para la
defensa de los intereses generales de toda la burguesía
local frente al anterior agotado e inservible
régimen bajo la hegemonía del Partido Colorado, ya
no es ingenuidad sino mala fe o vulgar oportunismo.
De
que todo siga igual, o peor, una vez más depende de los
llamados sectores sociales, la clase trabajadora organizada y el movimiento
campesino. Lamentablemente, a pesar del fortalecimiento de
algunas iniciativas en la clase trabajadora,
vemos en el rasgo general es el de la confusión y de la
concesión tácita de un periodo de confianza hacia Lugo, el
“esperemos a ver que pasa”. Actitud que trae
aparejada la
inmovilidad absoluta y la pérdida de reflejos del
movimiento campesino y de trabajadores que a futuro tendrá
un costo altísimo a la hora de enfrentar los ataques que
sin dudas se avecinan.
También de este modo
evitan pagar los respectivos montos al Instituto de
Previsión Social por ejemplo.
El
Paraguay de Lugo y el FMI,
http://ifis.choike.org/esp/informes/924.html
Dionisio
Borda habla de tercerización y no de privatizaciones,
http://www.abc.com.py/articulos.php?pid=437919&fec=2008-08-02
Popularidad
posibilita a Lugo elegir ministros sin mucha presión de
aliados,
http://anteriores.lanacion.com.py/noticias/noticias.php?not=185349&fecha=2008/05/04
Borda será
ministro, confirmó Lugo,
http://www.abc.com.py/articulos.php?fec=2008-05-02&pid=411750
Cumbre extraordinaria de las Américas - Monterrey, México
del 12 al 13 de enero de 2004.
El
largo camino para alcanzar los objetivos de desarrollo
del milenio, http://www.bancomundial.org/temas/omd/camino.htm.
http://siteresources.worldbank.org/QUIENESSOMOS/Resources/folletobancomundial-2007.pdf
G. Búster,
El proyecto milenio o la globalización capitalista
compasiva, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=19992
Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD)
Alianza Patriótica Para
el Cambio. Coalición política que llevó a Fernando
Lugo al poder.
http://www.lanacion.com.py/noticias.php?not=198884
En el informe de Naciones
Unidas en Paraguay, claramente se afirma que estas políticas serán adoptadas por nuestros
gobiernos en sus primeros Cien Días, quedando claro que las mismas
trascienden las decisiones a nivel local. “Objetivos
de Desarrollo del Milenio Informe Paraguay,
Sistema de las Naciones Unidas en Paraguay, Asunción,
2003.
Cómo se viene el 2008 Recuento y Perspectivas, Marco Boltes,
http://www.socialismo-o-barbarie.org/paraguay/080127_recuentoyperspectivas.htm
La Mesa Coordinadora
Sindical, que agrupa a varios sindicatos estatales y
otros del sector privado, que llevan adelante una política
independiente y crítica al gobierno Lugo.
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