El PO y el conflicto del neumático
De sabihondos, suicidas y... enterradores
En la última edición de Prensa Obrera (n° 1051), los
compañeros de PO se largan a una serie de definiciones y
polémicas con nuestro partido alrededor del conflicto del
Neumático. Hacen esto en un artículo titulado “De
sabihondos y suicidas”. A pesar de la evidente
discrepancia en muchas de las apreciaciones que deslizan en
esta nota, nos parece un método saludable el poner las
opiniones sobre un papel en vez de decir de todo bajo
cuerda como hacen otras corrientes.
A
la vez, hay un aspecto en el que podemos coincidir.
Y es en el hecho que la responsabilidad por la entregada y
derrota de luchas como las del Casino, Mafissa y otras de
importancia en este último año, está claro que hay que
atribuírselas en primerísimo lugar a las traiciones de las
burocracias respectivas y no a una u otra corriente de la
izquierda. Este es un marco elemental para cualquier discusión
más o menos sana en las filas de la izquierda
revolucionaria.
Jamás se debe
enterrar una lucha en vida
Lo
anterior no quiere decir que la política de las corrientes
no tenga un peso de enorme importancia
a la hora de balancear si se hizo frente a las maniobras y
entregadas burocráticas de una manera correcta o no.
Y
es por esto que en nuestra edición anterior, criticábamos
con “virulencia” a aquellos que, como el PO, salieron a pontificar
alrededor de determinadas orientaciones y “errores” de
los compañeros de la Marrón y/o del nuevo MAS sin tener
la humildad de mirar primero su propio ombligo.
Lamentablemente, en sus nuevos artículos, los compañeros
del PO confirman su mirada completamente distorsionada
de conflicto de carne y hueso que se está desarrollando
bajo sus propios ojos y que, por su propia ceguera, no
atinan a ver. Porque, increíblemente, cometen el gravísimo
error de dar por muerta
y enterrada la lucha del neumático. En un craso error de análisis,
la definen, textualmente, como “reventada”…
Claro que si lo que se quiere decir es que el gobierno,
las patronales y Wasiejko están intentando reventarla a
costa de traiciones y más traiciones, no tendríamos
ninguna objeción que hacer. Eso es lo que está tratando de
hacer la dirección del SUTNA desde el primer instante
que comenzó esta ya heroica pelea.
Pero lamentablemente el problema es otro: el PO
intenta hacer pasar la idea de que el conflicto ya
estaría liquidado. Es decir, lo que hacen es dar por liquidada
una heroica y abnegada pelea que está abierta. Heroica
y abnegada lucha que acaba de hacer una demostración de vitalidad
alrededor de un paro de todo el gremio donde durante 8
horas no “voló una mosca” y que si fue casi
inmediatamente levantado, esto ocurrió porque el Ministerio
de Trabajo y Wasiejko volvieron
a maniobrar para levantarlo.
¿Rendición
incondicional?
Pero el PO tiene un segundo problema a la hora de la
evaluación de la marcha del conflicto, llegando incluso a
deslizar gruesas inexactitudes no sólo de apreciaciones políticas
sino alrededor de los hechos.
Ya en un artículo anterior dábamos cuenta de que el PO
hablaba de la primera conciliación como un “triunfo” sólo
para cambiar su opinión días después. Al respecto,
nuestra posición siempre ha sido clara en el sentido de que
la apelación a la primera conciliación como forma de parar
los despidos en masa e intentar hacer entrar a los
despedidos fue una apuesta correcta,
que logró ser llevada adelante en FATE y no así en Pirelli
y Firestone por el boicot de la burocracia.
Sin embargo, el PO tiende a escamotear parte de la historia posterior. Porque si correctamente
denuncia el acta siniestra firmada por Wasiejko en
oportunidad de la segunda conciliación, parece olvidarse
que en la mañana del viernes 15 la Marrón (y también el
nuevo MAS) impulsamos el
desconocimiento de la misma como gesto político hacia los
compañeros despedidos de todo el gremio aún a riesgo
de ser sometidos a lo que ocurrió horas después, un
provocador lock out patronal.
Claro que posteriormente, una vez levantada la medida ante
la imposibilidad de parar Pirelli y bajo el riesgo cierto de
que llegara la intimación de “ilegalidad” y una ristra
de nuevos despidos, se comenzó a gestionar el reingreso en
la planta. Es a esta gestión a la que el PO llama
“rendición incondicional”… ¿Pero qué es lo que
hubiera propuesto este partido? ¿Qué todos los compañeros
se quedaran alegremente fuera de la planta? La verdad es que
es una suerte que el PO no tenga ninguna responsabilidad al
frente de esta pelea. Porque además, lo de la “rendición
incondicional” sólo existe en la cabeza del autor de la
nota. Porque el único compromiso que se asumió fue
respetar esa segunda conciliación dictada por el
Ministerio, de
ninguna manera renunciar a la pelea por la reincorporación
de todos los despedidos y el 35% de aumento.
Cuando se pierden los reflejos
La tercera crítica sustancial del PO, es su acusación al
nuevo MAS de “conservador” porque en su orientación
siempre ha contemplado el intentar evitar (en la medida de
lo posible) que en el transcurso de esta durísima lucha el
cuerpo de delegados y la seccional San Fernando sean barridos
del mapa. “¿Puede un cuerpo de delegados aceptar,
como hizo el del nuevo MAS, ‘todo’ con tal de quedarse y
sobrevivir en las plantas con el fuero gremial?” se
preguntan los compañeros.
Nos preguntamos: ¿Esto es en chiste o en serio? ¿Es que
el PO ha medido sus palabras de la debida manera? Porque si
a nadie se le puede escapar que si la base del gremio sale
brutalmente derrotada de todos modos la empresa intentará
avanzar sobre la seccional recuperada, esto no quiere decir que tener en cuenta el estado de ánimo y
conciencia de la base obrera y el evitar
perder la dirección de la fabrica en manos de la Violeta
sea una acto de “conservadurismo”!
Por el contrario, a nuestro modo de ver, en los conflictos
de la clase obrera industrial, históricamente este tipo de
cuestiones, siempre ha sido obligatorio tenerlas en
cuenta. Sólo un grupo de irresponsables
podría dejar de tener en cuenta este factor a la hora
de su orientación y política ante enemigos tan poderosos,
cuestiones que plantean saber medir muy bien qué medidas de lucha se pueden llevar a cabo en
determinado momento y cuales no, lo mismo que si no queda
otra que jugarse el todo por el todo, hacerlo con la
convicción de que es la lucha la que en definitiva define las cosas.
Pero el PO parece haber perdido todo el oficio y la
sensibilidad en mor de una manera de actuar que podríamos
llamar (injustamente) “piqueterista”. Es decir, en el
sentido de un cierto acostumbramiento a condiciones de la
lucha que son distintas cuando se trata de movimientos
sociales de compañeros que están en la calle (lo que no
quita que también haya que medir las relaciones de fuerza)
que cuando se trata de sectores de la flor y nata del
proletariado industrial.
Hay que dar pelea
En síntesis: estos elementos de polémica y análisis los
estamos haciendo cuando es un hecho que el conflicto está abierto. Quizás el error más grave del PO haya sido ese que criticábamos
al comienzo de esta nota: nunca jamás se puede dar por
muerta o enterrada una lucha que está viva aún a pesar de
todas las dificultades que enfrenta. Porque sino, entonces
ahí, sí, ¡uno se
queda a miles de kilómetros de los acontecimientos por más
que agite contra el supuesto “conservadurismo” de los
demás!
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