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Neuquén:
Juicio por el asesinato de Carlos Fuentealba
Aseguremos
con la movilización justicia para Carlos
Por Martín Primo
El
4 de junio empezó el juicio al cabo primero José Darío
Poblete, imputado por el asesinato de nuestro compañero
Carlos Fuentealba el 4 de abril de 2007 en el marco de una
terrible represión a los maestros de Neuquén que estaban
cortando la ruta en Arroyito. Los trabajadores de la educación
ya llevaban más de 30 días de huelga por aumento de
salarios y contra el techo salarial que habían acordado el
gobierno de Kirchner y la burocracia sindical de Ctera.
En
las puertas de la antigua Legislatura,
que se está utilizando como sede del tribunal, en el
marco de un paro llamado por Aten, y en medio de una
persistente llovizna, se concentraron desde las 8:30 hs.
unas 2.000 personas entre docentes, estudiantes secundarios
y universitarios, una importante columna de obreros
ceramistas y partidos de izquierda que marchamos por el
centro de la ciudad y permanecimos exigiendo justicia por
Carlos. Desde el Nuevo mas
nos hicimos presentes con una
columna de 30 personas donde se destacaban las presencias de
Alcides Christiansen, histórico dirigente obrero de la región
y compañero de Carlos por más de 25 años; Juan Uribe,
compañero de militancia de Carlos en la Uocra, en Aten y en
nuestro partido, además de testigo en la causa por ser
quien sacó a Carlos del FIAT 147 segundos después de
recibir el impacto que le costaría la vida, y también la
presencia a la apertura del juicio de Héctor
"Chino" Heberling en representación de la
Dirección Nacional del Movimiento al Socialismo.
Mención
aparte se merece el encono de la burocracia de Aten
provincia, que buscando desfigurar la memoria de militante
socialista de Carlos Fuentealba, discutieron y resolvieron
no permitir el ingreso de Alcides Christiansen a la sala
donde se realiza el juicio privilegiando la presencia de los
burócratas de Ctera y Suteba, Stella Maldonado y Roberto
Baradel, quienes fueron cómplices de haber dejado aisladas
las luchas en Salta, Santa Cruz y Neuquén, facilitando la
represión en las tres provincias y la muerte de Carlos ese
4 de abril y de haberse negado a realizar una campaña por
justicia por el asesinato de Carlos Fuentealba, llegando al
colmo de resolver no hacer paro el día que se cumplió un año
del asesinato.
Quedó demostrado: fue una cacería humana
Durante
los primeros 15 días de juicio, desfilaron varias decenas
de testigos. En primer lugar hay que destacar la valentía y
el compromiso de la base docente que se jugó, afrontó sus
nervios, temores y pesadillas y revivió en el estrado los
sucesos de ese fatídico 4 de abril.
Los
testimonios dejan en claro que ese día, en un operativo
conjunto de los comandos de Cutral-Có, Zapala, el GEOP y la
Policía Metropolitana, con la asistencia de los bomberos,
todos coordinados por el ex comisario Rinzafri vía teléfono
celular directamente con las máximas autoridades
provinciales, se resolvió de manera deliberada dar un
escarmiento a los docentes que sirva de ejemplo a todos los
trabajadores de la provincia y el país. Durante más de 2
horas los docentes fueron duramente reprimidos, corridos por
más de 5 kilómetros por la ruta y por el descampado,
arrinconados en las instalaciones de una estación de
servicio y utilizados como blancos de tiro. Que a la orden
de uno de los jefes del operativo, el subcomisario Aquiles
"cobra" González, que "paren a ese vehículo",
se cruzó una camioneta tipo Traffic del GEOP de Cutral-Có
a la columna de autos que se retiraba, entre los que estaba
el FIAT 147 en el que viajaba Carlos, se le disparó
directamente una carga de balas de goma y el cabo primero
José Darío Poblete se detuvo, apuntó y le disparó un
proyectil de gases lacrimógenos directamente a la cabeza de
Carlos Fuentealba.
A
partir de ese momento empezó la cadena de encubrimiento
policial, la policía intentó ocultar a Poblete en la misma
Traffic que había cruzado en la ruta y la retiró al
descampado. El comisario Rinzafri dio la orden de limpiar
con los camiones hidrantes la escena del crimen, y se armó
un pacto de silencio entre la policía que continúa hasta
el momento de escribir estas líneas.
Los
testimonios permitieron ubicar a Poblete en el momento y
lugar del disparo, tres docentes reconocen la cara del
asesino, los peritos balísticos aseguran que "la
conclusión es de absoluta certeza, categórica",
la vaina de el proyectil que mató a Carlos salió
del arma de Poblete.
Por
otro lado el método y el nivel de agresividad, que
recuerdan a la represión en Puente Pueyrredón cuando se
asesinó a Darío y Maxi, dan cuenta de un móvil
directamente político, que iba mas allá de liberar una
ruta al tránsito. El objetivo era asustar a los
trabajadores para que no se animen a pelear contra el techo
salarial y por sus derechos; era normalizar el Neuquén y la
Argentina para el goce y disfrute de los capitalistas. Sin
lugar a duda la impresionante movilización del 9 de abril
fue una contundente reacción de los trabajadores que no sólo
barrió con los sueños de Sobisch de instalar una "paz
de los cementerios", sino que le podría haber costado
el puesto si no hubiera salido en su auxilio la burocracia
de Aten para poco a poco desmoralizar y desmontar la
protesta.
Reafirmar la movilización por justicia para Carlos
La
cantidad de pruebas aportadas durante el juicio no dejan
lugar a dudas de qué ocurrió y cómo ocurrieron los hechos
ese 4 de abril. Si quien juzga fuese un tribunal popular sin
lugar a dudas este juicio terminaría con la condena a
Poblete a la máxima pena junto con Sobisch y toda la cúpula
policial. Pero este no es el escenario, los jueces son
miembros de la justicia burguesa y tienen como principal
norte salvar a sus agentes represivos de la justa ira
popular, igual que a sus funcionarios políticos y a sus
partidos, no olvidemos que Sobisch actualmente es el
presidente del MPN. Por eso no debemos depositar ninguna
confianza en esta justicia y este tribunal, es probable que
condenen a Poblete como chivo expiatorio y así salvar al
estado represivo neuquino de conjunto, pero inclusive esto
no significa que se le dé la pena máxima.
Por
otro lado todavía está pendiente el juicio por los
responsables políticos del asesinato, el llamado caso
Fuentealba II, donde supuestamente se juzgara a Sobisch y a
la cúpula policial. Todo esto son sólo palabras para el
futuro, lo único concreto es que en oportunidad de este
juicio se aseguraron dejar fuera del banquillo de los
acusados a los máximos responsables.
Para
garantizar que Poblete vaya preso con una condena ejemplar y
que se juzgue a Sobisch y compañía tenemos que redoblar la
campaña de movilización, paros, pintadas y pegatinas. Está
claro que no podemos confiar en la burocracia de Aten, para
quien enfrentar a Sobisch o al MPN, es decir defender a los
docentes, es una "mochila demasiado pesada".
Tenemos que organizarnos en la escuelas y en los jardines,
también los trabajadores estatales, de la salud, los
ceramistas, los estudiantes universitarios y secundarios
tenemos que organizarnos y relanzar una verdadera campaña
de lucha por justicia para Carlos. Porque como dice un mural
pintado a pocos metros de la vieja Legislatura: "Solo
la lucha traerá justicia".
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