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Brasil:
en defensa de los trabajadores de General Motors
Que
Conlutas organice una campaña nacional
La
patronal de la General Motors, una de las mayores armadoras
de autos del mundo que controla cerca del 20% del mercado
nacional, viene llevando a cabo un brutal ataque contra los
trabajadores de su planta de São José dos Campos. Con el
apoyo de toda la burguesía de la ciudad, la Iglesia y la
municipalidad, la empresa intenta contratar 600 nuevos
obreros de forma precarizada, con menores salarios. Además,
la empresa consiguió exención del pago de IPTU y disminución
de ISS (impuestos municipales sobre el terreno y sobre la
prestación de servicios, respectivamente). Detrás de este
ataque a los trabajadores está el discurso de aumentar la
productividad.
Está
en curso una campaña masiva que intenta poner al conjunto
de la población en contra de los metalúrgicos de GM, a los
que pintan en los medios como enemigos de la ciudad que
impiden la generación de nuevos empleos. Para esto recurren
a todo tipo de chantaje, como abrir un fábrica nueva o
transferir esas contrataciones a la fábrica de São Caetano
do Sul, donde la dirección del sindicato es de Força
Sindical (el sindicato más amarillo). Esos nuevos contratos
serían precarizados; cabe recordar que en esa fabrica ya se
contrataron 1.500 compañeros con salarios rebajados y sin
otros derechos, y en la planta de Gravataí, en Rio Grande
do Sul, el salario es aún mucho más bajo, de cerca de 700
reales.
Lo
que está realmente en juego es bajar el costo de la mano de
obra en la planta de São José dos Campos, igualándolo al
de las demás plantas. Con esto buscan aumentar aún más
sus ganancias faraónicas. Hay que recordar que el sector
automotor ha sido uno de los más beneficiados del
crecimiento de la economía en el último período, batiendo
sucesivos récords de producción. La caída de la exportación
debido a la valorización del real fue compensada por un
aumento del mercado interno, impulsado por la baja de las
tasas y por la ampliación de los plazos de pago.
Apesar
de la campaña de los medios y de la santa alianza
orquestada por la burguesía de São José dos Campos, es
posible frenar este brutal ataque a los obreros de GM. Para
eso, el sindicato y su dirección, hegemonizada por el PSTU,
deben romper con su táctica del avestruz: es necesario
transformar la lucha de los trabajadores de GM en un hecho
nacional. Para esto debe servir Conlutas, para organizar y
unificar las luchas en curso.
De
lo contrario, pasará como con la huelga de los trabajadores
tercerizados de REVAP, una importante refinería de petróleo
de la misma ciudad, que después de una huelga dura y
radicalizada, donde se planteó desplazar a la burocracia
del sindicato y se realizaron piquetes durantes varios días,
acercándose a Conlutas, se salió de la huelga con descueto
de los días caídos y respuesta muy parcial a las
reivindicaciones económicas muito parciais. Al final de una
jornada heroica, terminaron aceptando un acuerdo peor que el
que había impuesto la justicia laboral, que garantizaba el
pago de los días caídos.
Es
necesario tomar la contraofensiva, tomar las calles de São
José dos Campos visitando
las fábricas químicas, también dirigidas por Conñutas,
conformando un fuerte movimiento que dialogue con el
conjunto de los trabajadores y gane su solidaridad.
Consideramos
que la lucha de los obreros de GM es una lucha de todos, y
en ese sentido nos ponemos a disposición para realizar
actividades en conjunto con las demás fuerzas políticas
que estén dispuestas a llevar adelante esta importante
lucha, presentando un plan de lucha que rompa el mero marco
corporativo sindical.
Desgraciadamente,
el PSTU una vez más se ha demonstrado incapaz de romper esa
lógica sindical corporativa, adaptándose a
un sindicalismo de vuelo bajo, cuyo fruto ha sido
acomodarse al nivel de conciencia atrasada de las masas.
Esto ya de por sí es un problema; toda dirección que se
considere revolucionaria debe tener el objetivo de hacer
avanzar la conciencia de los trabajadores, estableciendo un
puente entre las reivindicaciones inmediatas y las históricas.
Pero además la cuestión que se plantea ahora es que con
una práctica puramente sindical, como la empleada en las
campañas por el salario y en REVAP, es imposible derrotar a
la patronal de GM. La lucha está planteada objetivamente
como una lucha política, y debe unificar, a partir de los
obreros de GM, a toda la clase trabajadora de São José dos
Campos y de la región. Si esta lucha queda aislada, las
posibilidades de que sea derrotada se hacen mayores.
Creemos
que debemos presentar un plan de lucha que parta de
asambleas y agitaciones en las puertas de las fábricas de
la región, ir a los barrios obreros, hacer reuniones públicas,
carteles y otros medios de divulgación; días de lucha
conjuntos entre GM, Químicos,
Alimentación y demás sindicatos dirigidos por Conlutas,
que pueden incluso confluir en huelgas y el corte de Via
Dutra, por ejemplo.
Para
unir al conjunto de los trabajadores y el pueblo pobre de São
José dos Campos, es necesario presentar un programa que
apunte a la
reducción de la jornada de trabajo de forma radical –no
como la que proponen las centrales amarillas– y reajuste
de salarios que reconponga el poder de compra, devastado por
el aumento de precios, sobre todo de los alimentos.
Práxis
se pone a entera disposición
de los compañeros de São José dos Campos para que juntos
podamos dar pasos concretos en la coordinación de esta
importante campaña; por ejemplo podemos realizar debates y
paneles en las universidades donde estamos.
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