Córdoba: sigue el juicio a Menéndez
Por perpetua, cárcel común y
efectiva
Por Adrián Peryan
En medio de una provincia que se
encuentra convulsionada por la crisis del campo, y por los
avatares que viene sufriendo el gobierno del Intendente de
la ciudad Daniel Giacomino, continúa el juicio al mayor
genocida de la provincia, Luciano Benjamín Menéndez, quien
es juzgado junto a otros 7 represores tan sólo por una
causa.
Es en este sentido, que a lo
largo de la semana declararon ante el Tribunal los
sobrevivientes del campo de concentración La Perla contando
una vez más lo que
ya se sabe que sucedió en esos lugares.
Lamentablemente, este juicio que
es un avance, ya que Menéndez nunca había sido juzgado, al
mismo tiempo tiene la limitación de que es tan sólo por
una causa y no por todos los crímenes que estos genocidas
llevaron adelante.
En este sentido, muchos de los
que se llenan la boca hablando de derechos humanos,
convocaron a hacer acciones tan sólo para el inicio del
juicio, pero, a pesar de que esa primer marcha fue masiva,
nada hicieron para que realmente haya una movilización de
masas en las calles de Córdoba.
Eso se puede ver
fundamentalmente en la Universidad donde la Rectora Scotto y
sus “aliados” de la Bisagra, no fueron capaces de dar un
asueto universitario para que los estudiantes participen
masivamente de este hecho histórico, se conformaron tan sólo
con una declaración formal de llamar a movilizar.
Pero no es casualidad esto, y
una vez más se ve el doble juego de estos falsos defensores
de los derechos humanos, ya que siempre declaran
formalmente, pero en definitiva son capaces de juzgar
viejitos que pueden terminar en su casa, pero incapaces de
denunciar la continuidad del aparato represivo del Estado
que le costó la vida a Fuentealba o que Julio López continúe
desaparecido, demostrando como todavía tiene vigencia dicho
aparato contra trabajadores y luchadores.
Exigimos la máxima condena por
genocidio, cárcel común y efectiva para los responsables
de los crímenes y torturas en el III Cuerpo de Ejército.
Pero al mismo tiempo sabemos que con eso no alcanza. Tampoco
alcanza con juzgar los crímenes de las monjas francesas y
el de Azucena Villaflor, fundadora de las Madres de Plaza de
Mayo, aunque Astiz se tiene que pudrir en la cárcel. Es
necesario poner en la calle una verdadera campaña por la
unificación de las causas, que se realicen juicios por
centros de detención, y que es necesario seguir movilizándonos
en la calle para meter en cana a todos los responsables
ideológicos y materiales, no sólo los que ya fueron
juzgados sino también todos los que se beneficiaron con las
leyes de impunidad que los distintos gobiernos “democráticos”
fueron dando, junto a los responsables de la violación a
los derechos humanos al día de hoy que costaron la muerte
de Carlos Fuentealba y la desaparición de Julio López.
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