Socialismo o Barbarie, periódico Nº 128, 05/06/08
 

 

 

 

 

 

Juicio a represores en Córdoba

“¡Te llegó la hora!”

Por Adrián Peryam

Fue el grito contenido durante años que retumbó en la sala del Tribunal y expresó una mezcla de alegría y odio contra uno de los máximos responsables del genocidio cometido por la última dictadura militar: Luciano Benjamín Menéndez, a cargo en su momento del III Cuerpo de Ejército con asiento en Córdoba. Junto a él, comparten el banquillo de acusados otros siete genocidas, sus acompañantes en el plan de exterminio.

Este juicio tiene la trascendencia histórica de acusar a una de las figuras más siniestras, conocida por su accionar represivo, que hasta ahora había zafado de estar en esta situación.

Si bien el día del inicio del juicio hubo una masiva marcha de unas 2.000 personas, la cantidad de gente que pudo haber asistido y que se podía haber movilizado pudo haber sido mayor, ya que su inicio tuvo gran repercusión pública y creó desde sus comienzos una gran expectativa.

La concurrencia hubiera sido superior si todos aquellos que se llenan la boca hablando de derechos humanos y que hacen declaraciones formales acerca de la necesidad de movilización frente a estos temas, hubiesen llamado a movilizar en serio y no simplemente a realizar convocatorias formales.

Ejemplos de esto bastan y sobran: el SUOEM (Municipales de Córdoba) realizó una masiva marcha de protesta ese mismo día, dentro de un plan de lucha que vienen llevando desde hace un tiempo contra la gestión Giacomino, recorrió todo el centro, pero jamás pensó en acercarse a los Tribunales Federales, lugar en el que juzgan a los 8 genocidas.

En la Universidad y en los colegios universitarios, distintas organizaciones llevaron pedidos para  que se llame a movilizar, (que el Consejo Superior votó), pero en ningún momento se planteó un asueto universitario, ni la posibilidad de mostrar una verdadera columna de la comunidad universitaria. Es decir, tanto la progresista de Scotto, desde la institución, como los progresistas de La Bisagra o el Andén fueron capaces de movilizar desde los Centros de Estudiantes que dirigen a un número importante de compañeros, demostrando lo poco que creen en la movilización de los trabajadores y estudiantes.

Por perpetua, cárcel común y efectiva

Exigimos la máxima condena por genocidio, cárcel común y efectiva para los responsables de los crímenes y torturas en el III Cuerpo de Ejército. Pero al mismo tiempo sabemos que con eso no alcanza. Tampoco alcanza con juzgar los crímenes de las monjas francesas y el de Azucena Villaflor, fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, aunque Astiz se tiene que pudrir en la cárcel. Es necesario poner en la calle una verdadera campaña por la unificación de las causas, que se realicen juicios por centros de detención, y que es necesario seguir movilizándonos en la calle para meter en cana a todos los responsables ideológicos y materiales, no sólo los que ya fueron juzgados sino también todos los que se beneficiaron con las leyes de impunidad que los distintos gobiernos “democráticos” fueron dando, junto a los responsables de la violación a los derechos humanos al día de hoy que costaron la muerte de Carlos Fuentealba y la desaparición de Julio López.