Socialismo o Barbarie, periódico Nº 128, 05/06/08
 

 

 

 

 

 

La política del nuevo mas ante la crisis

Un camino de clase

En medio de la crisis en curso, desde el nuevo mas venimos apoyando con todas nuestras fuerzas los desarrollos de la lucha obrera independiente, que vienen dándose sobre todo en la zona norte del Gran Buenos Aires en torno a los compañeros de FATE.

El sentido de esta acción no obedece sólo a una elemental obligación de clase y socialista, sino, más importante aún, a una apuesta por la perspectiva de una irrupción independiente de sectores de trabajadores en medio de la crisis.

El corte simultáneo de FATE con Terrabusi-Kraft de la Panamericana; la segunda jornada de acción (previa reunión de coordinación en el SUTNA de San Fernando) entre FATE, Terrabusi, la EMFER y otros sectores; el prolongado quite de colaboración contra el patrón Madanes (mientras Pedro Wasiejko del SUTNA se dedicaba a mirar para otro lado y atacaba a la seccional y los delegados de la Marrón); el paro de casi 36 horas contra el provocativo despido del compañero Chelini, entre otras medidas, han sido parte de los esfuerzos de los obreros de FATE, que desde nuestro partido venimos apoyando incondicionalmente.

Esta perspectiva de clase resulta, claro está, opuesta a corrientes que, como el PCR o el MST, dicen que esta política independiente implicaría el “aislamiento de las luchas populares” (Jorge Torres en Hoy 1218). Porque, claro, su política para “unir las luchas” no es otra cosa que pretender atar a la clase obrera al carro de la patronal agraria. Algo parecido al rol siniestro de la UATRE de Gerónimo Benegas respecto de los superexplotados obreros rurales.

Un camino que responda a las necesidades obreras sólo puede pasar hoy por que la clase obrera salga a la lucha por sus propias reivindicaciones; de lo contrario, será ella misma –inexorablemente– la que pague la cuenta de la crisis.

Nunca furgón de cola de un sector patronal

Esta ubicación tiene otra condición: mantener, como organización de la izquierda revolucionaria, una intransigente independencia de clase frente a ambos contendientes patronales. No se trata –como se pretende confundir desde el PCR o el MST– que pensemos que no haya que apoyar las luchas y reivindicaciones de las capas medias.

El problema es que esto es imposible cuando las mismas “capas medias” –el caso de la Federación Agraria Argentina, aunque a ésta también la integren productores que son capitalistas hechos y derechos– no son más que el mascarón de proa de una lucha patronal encabezada por la más rancia institución corporativa de la oligarquía: la Sociedad Rural Argentina.

Y esta tarea, además, no se puede cumplir en el “aire” desde el punto de vista social y de clase, sino sólo desde una verdadera alianza de sectores explotados y oprimidos desde el programa y la acción de nuestra clase: la clase obrera.

Nada de esto es lo que hace Vilma Ripoll del MST, que sólo busca una cámara de TV y algún esquivo votito enganchándose como legitimador por “izquierda” y furgón de cola de un bando patronal. Papel en el que se ha ganado el aplauso atónito y sobrador de los medios y las entidades patronales, que reciben alegremente un apoyo por el que no deben entregar a cambio absolutamente nada.

Redoblar los esfuerzos por la salida a la lucha de la clase obrera por sus reivindicaciones y mantener la más absoluta independencia de clase frente a ambos bandos patronales es la única posición que puede tener una corriente socialista revolucionaria frente a la crisis actual.