Socialismo o Barbarie, periódico Nº 124, 17/04/08
 

 

 

 

 

 

Elecciones presidenciales en Paraguay

Ni Ovelar, ni Oviedo, Ni Lugo

Presentamos la “Declaración de la Iniciativa por un Movimiento Socialista de las y los Trabajadores (MST)” [1] en la que están integrados los compañeros de nuestra corriente SOB en el Paraguay. La declaración expresa la toma de posición del MST acerca de las históricas elecciones del próximo domingo 20 de abril en las cuales, el Partido Colorado podría perder el gobierno luego de casi 70 años.

La declaración define que a pesar de las perspectivas ciertas que Fernando Lugo desbanque al Partido Colorado, no se lo puede llamar a votar siquiera críticamente debido a los claros límites burgueses que expresa su proyecto, más allá de todo lo “progresista” que se pueda mostrar.

Por estos motivos, los compañeros están llamando a la abstención para el día 20, al tiempo que en la declaración desarrollan un amplio e interesante análisis de la crítica situación política del país hermano, y de los debates desarrollados en el activismo y la izquierda. (SoB)

Declaración de la Iniciativa por un Movimiento Socialista de las y los Trabajadores (MST)[1]

Asunción, abril de 2008

Introducción

A nadie escapa la importancia que tienen los próximos comicios del 20 de abril para los intereses del movimiento de masas en general y la vanguardia de luchadores en particular. Pensamos que estas elecciones adquieren su significación especial por la presencia de dos factores centrales que configuran a estas elecciones generales.

El primero de ellos es la posibilidad cierta de la caída del poder, acompañado de un quiebre gradual pero insostenible, del partido estado gobernante por seis décadas en el Paraguay, la ANR – Partido Colorado. Las terribles contradicciones en su propio seno, producto de la descomposición del modelo iniciado y sostenido por los 35 años de la dictadura de Alfredo Stroessner, las luchas intestinas sectoriales o fraccionales al interior del mismo para definir cual es el sector o bien los sectores que controlan el aparato estatal, varios de ellos vinculados a la narco mafia, han iniciado la putrefacción del actual régimen desde sus entrañas.

Paralelamente, el terrible callejón sin salida al que han conducido al país provocando una verdadera hecatombe económica y social, ha generado las condiciones para que en la conciencia de miles de trabajadores, campesinos pobres y el conjunto de los explotados de este país, se despierte el rechazo y la repulsa hacia los principales sostenes políticos de la explotación y la barbarie capitalista en Paraguay.

El otro factor, lo constituye sin lugar a dudas el papel desempeñado por las organizaciones sociales y las organizaciones políticas de izquierda en este proceso en particular, con diferencias tanto en lo cualitativo y cuantitativo a los otros procesos electorales similares realizados en el periodo post dictadura nombrado falazmente como el de “la transición democrática”.

En lo cualitativo centralmente, porque hasta el momento, organizaciones políticas y sociales que se reivindican de izquierda y socialistas, muchas de ellas integradas por compañeros con una larga trayectoria de lucha, no han tenido la posibilidad cierta de formar parte del aparato estatal, ya sea a través de la participación parlamentaria o bien formando parte del mismo gobierno, como en ministerios, entes, etc.

Esta posibilidad implicó una muy dura y necesaria controversia al interior de la vanguardia de luchadores, con encendidos y enriquecedores debates estratégicos y tácticos, teórico políticos e incluso de índole principista. Al mismo tiempo, como condimento, nunca antes la izquierda se presenta electoralmente con tantas variantes y diversidad de propuestas, y con un claro destaque en los medios de prensa masivos, lo que constituye una inusitada difusión de las mismas.

Teniendo en cuenta estos factores y la necesidad de asumir una posición política al respecto y contribuir al debate, el MST acerca sus posiciones a la vanguardia de luchadores y el movimiento de trabajadores en general.

Sobre Fernando Lugo

Podemos citar y hablar detenidamente de todos los presidenciables con sus respectivos proyectos, pero Fernando Lugo es de lejos el candidato que más chance tiene de ganar este 20 de abril. Aunque no se puede descartar una eventual victoria colorada por lo que significa tener a todo el aparato del estado como ventaja, las tendencias no refuerzan hasta ahora esa posibilidad.

Por eso vamos a centrarnos en la figura de Lugo y en lo que un futuro gobierno suyo puede significar. En ese sentido, el 11 de marzo pasado tuvimos la mejor muestra de lo que la misma significa en cuanto a “proyecto país”. Esa noche, en un muy promocionado debate con los miembros de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), los distintos candidatos presidenciales incluyendo a Fernando Lugo, ponían todo su esfuerzo en conquistar las simpatías de los terratenientes ganaderos, prometiendo -todos sin excepción- mano dura contra las invasiones de tierra y el abigeato, etc. Garantizando por sobre cualquier cosa, seguridad para la “propiedad privada” del sector más conservador y oligárquico de la burguesía local.

Al mismo tiempo la Alianza Patriótica Socialista[2], reunió en la plaza de la democracia a unas dos mil personas, integradas en su mayoría por militantes de organizaciones campesinas. De los cuales muchos de ellos están actualmente en lucha mediante la ocupación de latifundios y más de uno tiene encima una imputación de parte de la fiscalía gubernista o algún familiar muerto a manos de las bandas paramilitares pagadas por el otro sector reunido para el citado debate presidencial.

Sin embargo, a pesar de que muchos de estos combativos campesinos estaban esperando ver a su candidato, Fernando Lugo, desde muy tempranas horas, los mismos se quedaron con las ganas ya que el mismo no fue al acto en la plaza y prefirió quedarse a departir con los asociados de la ARP.

Este pequeño episodio, además de pintarnos cual es el sector para el cual Fernando Lugo gobernará posiblemente estos cinco años, nos da también una idea de como será su relación con las organizaciones del movimiento popular y de trabajadores.

Pero proponiendo un cambio de perspectiva, nos preguntamos si seguirá siendo esta la conducta que seguirá gran parte del movimiento popular con respecto a Fernando Lugo. El de una espera larga, demasiado paciente, innecesaria y si se quiere hasta muy candorosa…

El movimiento, la vanguardia y el gobierno luguista

Se ha discutido mucho sobre el tema, pero vale la pena recordar que la Alianza Patriótica Para el Cambio no es ni siquiera una alianza de tipo frente popular, sino más bien una alianza política burguesa clásica. Digamos que “progresista” a lo sumo, a pesar de tener como ejes centrales a dos partidos que se reclaman de izquierda y representantes de los intereses de la clase trabajadora[3]. En esto, insistimos, se parecen más a Kitchner y Lula que a los Evo o Chávez.

También, correctamente, se tiene claro que el mismo Lugo no es de izquierda[4]. Pero aún así, amplios sectores de masas tienen la esperanza de que su triunfo pueda dar al movimiento popular la posibilidad de tomar un respiro (principalmente el sector campesino), reorganizarse y avanzar en una especie de “primavera democrática”.

Pero esencialmente, pocos están planteando el problema clave de como queda, como se ubica, el movimiento en sí ante un posible gobierno Luguista.

Si Lugo resultare electo lo más probable es que el mismo cumpla su promesa electoral de llamar a una mesa de “Reconciliación Nacional”. Y junto a las organizaciones sociales y políticas luguistas, en especial las que se dicen socialistas como el P-MAS y TEKOJOJA, llamen a un pacto social en defensa de la gobernabilidad y en apoyo al presidente, para luego sentarse consecuentemente y sin complejos a negociar con los sectores más reaccionarios incluyendo a los propios colorados, previendo los posibles “ataques de la derecha pro imperialista”. A los gremios obreros, campesinos y estudiantiles, seguidamente se los inste a respetar la paz social, dando tiempo para que el presidente firme tal o cual decreto paralizándolos de hecho. Y esto no es futurología, es de esperarse por simple analogía con los procesos parecidos llevados adelante recientemente en varios países de la región.

Pues bien, en este sentido claro está que solo el movimiento de trabajadores y el campesinado pobre puede hablar por si mismo. Pero aunque no descartamos lo de la posibilidad de un posible ascenso por lo de la oportunidad de “hacer leña del árbol caído”, no es menos cierta la fragmentación y la desmovilización actual del movimiento sumado al factor del oportunismo electoral: el todo vale con tal de ocupar cargos en el estado. Factor que en estos momentos está causando verdaderos estragos políticos al interior de la vanguardia[5]. No vemos que los movimientos, partidos e individuos que hoy están en este cause mañana asuman una posición política independiente, antes bien es más factible que terminen siendo TOTALMENTE sumisos al próximo gobierno.

El Bloque Social y Popular, un proyecto de independencia de clase malogrado

El Bloque Social y Popular surgió en enero del año pasado, producto de una lenta recomposición que se venía gestando en el movimiento popular. Emergió como un esfuerzo de constituir un frente único entre varias organizaciones, sentar las bases de un proyecto socio-político de la clase trabajadora y los sectores populares para constituirse en una alternativa independiente de todos los partidos políticos del régimen. Surgió, además, como un espacio de coordinación de las luchas populares.

En ese marco la tarea central, lo estratégico, era construir el Bloque Social y Popular aprovechando la actual coyuntura nacional de ruptura de amplios sectores de la población con las cúpulas de los partidos patronales que están totalmente desacreditados, tanto del oficialismo colorado como el de los “falsos opositores” de lo que fue la Concertación. Ampliar sus bases, llamando a todas las organizaciones del movimiento obrero, campesino y estudiantil, que por tal o cual motivo aun no se estaban integrando, hasta que se constituyese en el organismo central de coordinación de las luchas de los trabajadores y el conjunto de los explotados que se estaba necesitando. En ese marco, llamar a un diálogo entre el Bloque Social y Popular y la Alianza Patriótica Socialista para la conformación de un Frente Único de los trabajadores era la gran tarea impuesta al movimiento. Las presiones electoralistas, fortísimas desde el vamos, solo podían contrarrestarse poniendo de nuevo en pie un reagrupamiento que articule la lucha cotidiana ocupando el lugar dejado por el Frente Nacional de Lucha por la Soberanía y la Vida[6].

La consolidación del Bloque Social como un instrumento político independiente de los trabajadores era indispensable para llevar al proceso consecuentemente hacia la izquierda, incluso en lo electoral. Por más radical que resultase el discurso del “candidato”, ello no serviría de mucho sin el fortalecimiento de una organización que canalice y potencie el proceso, ya de por si contradictorio por ser amplio y heterogéneo, que no quede enredado en el electoralismo y que concrete realmente esa ruptura con la burguesía en la lucha cotidiana.

Lamentablemente, las presiones electoralistas jugaron una mala pasada a este germen de herramienta política independiente de los trabajadores. Lentamente los partidos y la dirigencia de las centrales, fuertemente “pro luguistas” fueron transformando el carácter del mismo, en el de un aparato electoralista.

En una plenaria realizada en el mes de agosto del año pasado, la dirección del Bloque Social y Popular integrada principalmente por el P-MAS, el movimiento TEKOJOJA, y representantes de la Coordinadora Sindical, decretaron la muerte del mismo como herramienta política clasista e independiente de los trabajadores y el conjunto de los explotados, al aprobar la coalición con partidos sostenes del régimen, como el PLRA, País Solidario, etc. en la denominada “Alianza Patriótica para el Cambio”, todo esto en el marco de un apoyo incondicional a la candidatura de Fernando Lugo por parte de estos sectores del movimiento.

La gran contradicción, aún vigente, en la que se encuentran las organizaciones citadas consiste en que organizaciones autodenominadas socialistas y de izquierda no pueden plantear, bajo ningún pretexto creíble, la construcción de una alternativa distinta a favor de un verdadero cambio social, con quienes son la contrapartida política del régimen de la burocracia corrupta del Partido Colorado[7].

Ante el fracaso de un Frente Clasista

En vistas al fracaso del Bloque Social, el Agrupamiento por el Socialismo hoy integrante del MST, decidió retirarse del mismo conjuntamente con el Partido de los Trabajadores[8] y el Partido Humanista.

Aunque básicamente las tres organizaciones tenían el mismo análisis de la crisis suscitada al interior del Bloque Social, y a pesar de llevarse a cabo varias reuniones a fin de encarar, incluso antes de la salida, una lucha como fracción de izquierda al interior del mismo para sostener la herramienta independiente, no se pudo avanzar mucho en la construcción de un frente clasista post Bloque Social.

Lastimosamente los compañeros del PT se negaron sistemáticamente a avanzar sobre los acuerdos, si es que los hubo, existentes. Antes bien, haciendo gala de un amor exagerado por la construcción de su propio aparato partidario, dejaron de lado cualquier muestra de buena voluntad política para sacar adelante un frente electoral clasista e independiente. Actitud que finalmente derivó en la presentación de candidaturas propias y exclusivas de los compañeros, que aunque podamos admitir se presentan como independientes y críticas a su manera, carecen absolutamente de representatividad alguna. Por razones que desconocemos, el Partido Humanista terminó por su lado el dialogo con el PT y acaba también presentando candidaturas propias. Hoy ambas opciones electorales son dificultosamente visibles incluso para la vanguardia. Estamos seguros de que hubiese sido muy diferente, si sumábamos nuestros muchos y fragmentados esfuerzos.

En este marco y en vistas de que lastimosamente hoy el Movimiento Socialista de las y los Trabajadores no forma parte de ningún frente clasista[9], reiteramos que nosotros no pensamos que la simple “alternancia” o cualquier candidato pueden por sí solos, sin la construcción de un instrumento político independiente amplio y fortalecido del movimiento de masas que sostenga y organice la lucha, llevar adelante ningún cambio radical a favor de la clase trabajadora y el campesinado pobre.

Consideramos un hecho muy progresivo la posibilidad cierta de la caída del Partido Colorado (eje del régimen) a través de la candidatura de Lugo. Y reconocemos también que Lugo es “el candidato” de amplios sectores de masas que rompen, (fenómeno muy progresivo), con los partidos patronales. Pero siendo consecuentes con los análisis y la caracterización hecha no podemos llamar a votarlo ni críticamente, en todo caso reconocemos que el movimiento lo va a votar, aún ante la perspectiva moderadamente “progresista” que tiene el propio Lugo, y no la anticapitalista y de independencia de clase que estamos necesitando los trabajadores. Ante lo cual vemos que es imperioso advertir que Fernando Lugo por sí solo no va solucionar los problemas de fondo y estructurales que sufrimos los trabajadores. Antes bien, lo más probable es que atado de pies y manos a un partido oligárquico, de la misma calaña que el Colorado, y ante la ausencia y el vacío creado por la falta de un frente real de luchas que represente al conjunto del movimiento de masas, termine defraudando las inmensas expectativas que genera.

Exijamos a Lugo una Constituyente Soberana y Popular

Por todo lo dicho, el MST llama a aquellos sectores del movimiento que de una u otra forma sostienen una actitud crítica hacia Lugo, a converger y reorganizarnos en un frente independiente y clasista de oposición al futuro gobierno, que por más progresista que sea evidentemente no es un gobierno de los trabajadores y el conjunto de los explotados. Se impone este reagrupamiento para relanzar la construcción de un frente único de luchas que exija a Lugo, entre otras reivindicaciones urgentes para los trabajadores, una Asamblea Nacional Constituyente soberana y popular. Para que desde todas las organizaciones políticas y sociales llevemos una discusión integral acerca de toda la organización política y social del Paraguay, la que necesariamente pondría en cuestión no solo al actual régimen de la podredumbre del Partido Colorado, sino a la propia sociedad paraguaya capitalista como tal.

Esta Constituyente realmente transformadora solo podría ser convocada, no por las actuales instituciones -patronales- que siempre han cocinado pactos espurios y anti populares entre cuatro paredes, sino desde las organizaciones independientes de los trabajadores de la ciudad y el campo.

Solo esta Constituyente puede garantizar el cambio que los trabajadores están esperando, un cambio de régimen como el inicio de un cambio radical de las estructuras económicas y sociales hoy al servicio de los privilegios de una ínfima minoría.

Debemos exigir a Fernando Lugo que la asuma como eje central de su gobierno en contraste a la mentada propuesta de “mesa de reconciliación nacional”. Una Constituyente donde se discuta como barrer a la corrupción y al narcotráfico. Una Constituyente que garantice la reforma agraria integral bajo control de las organizaciones campesinas. Una constituyente que asegure un plan de obras públicas y la industrialización del país para generar empleos genuinos.

Ante un posible fraude: ¡todos a las calles!

Sin embargo a pesar de que la derrota colorada parece inevitable, debemos tener en cuenta que los mismos, ante la pérdida del control del aparato estatal y la consecuente reducción de sus privilegios, no dudarán en tomar cualquier medida con tal de evitarlo.

Es por eso que el fraude masivo no es un temor infundado, y ante la posibilidad del mismo todo el movimiento de masas debe estar atento y preparado para salir a las calles y reclamar la conquista que significa el respeto a los resultados de las votaciones.

Los defensores de los privilegios están acostumbrados a defender a capa y espada las formalidades de la democracia representativa, pero cuando la misma no refleja sus deseos ni sirve para legitimar su dominación, no dudan un instante en patear el tablero y recurrir a otros métodos más violentos.

Solo el estado de movilización permanente va a garantizar el respeto de los resultados, aparte del control meticuloso durante las elecciones. No podemos confiar bajo ningún sentido en los “aparatos antifraude” como el de los liberales por ejemplo, ya que los mismos están acostumbrados a transar con los colorados y aceptar mansamente los resultados fraguados.


[1] El lanzamiento de la iniciativa por la conformación del Movimiento Socialista de las y los Trabajadores es producto de la convergencia de dos grupos fundacionales socialistas; el Agrupamiento por el Socialismo y el Círculo Socialista, los cuales junto a compañeros que se han venido integrando como individualidades proponen a la vanguardia un espacio político de lucha. La democracia obrera, el clasismo y el socialismo, son las bases bien firmes sobre las cuales compañeros provenientes del movimiento obrero y estudiantil iniciamos esta tarea.

[2] Alianza electoral entre los Partidos Comunista, Convergencia Popular Socialista, Unidad Popular y una Coordinadora Indígena Campesina.

[3] La Alianza Patriótica por el Cambio, es un frente de varias organizaciones, pero de las cuales destacan el PLRA (Partido Liberal Radical Autentico) uno de los dos partidos conservadores ejes del bipartidismo y otros dos que se reclaman socialistas: el Partido Movimiento al Socialismo y el Movimiento Tekojoja.

[4] Sobre este punto el mismo se definió como seguidor de la política “Social de la Iglesia”. Sin dudas la definición de Lugo como la del “cura rojo” se debe al esfuerzo del Nicanorismo por desprestigiarlo más que a otra cosa. Es importante recalcar esto porque no solo organizaciones locales tienen esta falsa apreciación, también por ejemplo el MST argentino en un artículo reciente lo define como la figura que “encarna la propuesta del socialismo del siglo XXI”. Alfredo Miñarro, Vientos de Cambio. http://www.mst.org.ar

[5] Por ejemplo la Alianza Patriótica Socialista, que inició el proceso electoral con la posición del voto crítico, llega en este tramo final de las elecciones con la del voto acrítico. Dejando de lado cualquier intento de discurso independiente o clasista con frases como “Salvemos a la ANR de los corruptos. Elegí Lista 33. Lugo Pdte” sic. ¿¿??

[6] Frente único de luchas, en el cual estuvieron aglutinados casi todas las organizaciones del movimiento popular, y que tuvo como principal logro detener mediante movilizaciones masivas la privatización de las empresas estatales de servicios básicos en el 2001.

[7] En los actos proselitistas llevados adelante por la Alianza Patriótica para el Cambio resulta realmente patético para cualquier conocedor de la política local, ver por ejemplo a miembros y militantes de partidos pertenecientes al movimiento y autodenominados de izquierda como el P-Mas o Tekojoja, compartir alegremente la fiesta con personajes realmente funestos para los trabajadores, en especial los dirigentes del PLRA.

[8] Organización integrante de la LITCI.

[9] Tratamos de llegar a un consenso interno con el fin de apoyar a alguna lista de las varias que se presentan en el espectro de la izquierda, especialmente con los compañeros de las Listas 33 y 12, - fundamentalmente por ser listas compuestas por compañeros luchadores - lamentablemente no pudimos llegar al citado consenso.