Socialismo o Barbarie, periódico Nº 124, 17/04/08
 

 

 

 

 

 

La clase obrera tiene que intervenir en la crisis

Por el camino de los obreros de Sidor

Como ya señalamos, entre las crecientes pugnas interburguesas y los coletazos de la crisis económica resonó días atrás un campanazo: el anuncio de la estatización de la siderúrgica Sidor luego de 15 meses de enconada lucha de sus 15.000 trabajadores.

No todos los días es posible imponer conquistas de esta magnitud. Pero la importancia del hecho es aún mayor porque el caso de Sidor se constituye en esta coyuntura en el más alto ejemplo de un tercer camino alternativo entre las diversas fracciones burguesas enfrentadas.

La estatización de la empresa ha sido impuesta por la lucha directa de los trabajadores, más allá de que el gobierno de Chávez ya está maniobrando para hacer que Techint se quede en Sidor con una jugosa participación accionaria, además de cobrar una jugosa indemnización. Y, por supuesto, el chavismo hará todo lo posible por evitar todo atisbo de control y/o administración obrera porque “en las empresas estratégicas sólo puede mandar el Estado”...

Sin embargo, nada de esto quita que la estatización esboce un camino alternativo, independiente y obrero frente a la crisis. Por eso no es casual el grito en el cielo que han puesto desde la UIA (Unión Industrial Argentina) hasta connotados empresarios del país, así como, en voz más baja para no dañar su amistad con el bolivariano, el propio gobierno de Cristina K.

Juan Carlos Lascurain (titular de la UIA y muy cercano al gobierno K) denuncia que la medida afecta “al Mercosur y a las inversiones argentinas en el exterior, dificultando el proceso de integración”, lo que de paso revela el verdadero contenido capitalista de los proyectos de “integración” del progresismo.

Pero lo que más importa aquí es que al imponer la estatización se evidencia la posibilidad de una salida obrera frente a la crisis. Esto es, la perspectiva de una intervención independiente de los trabajadores con un programa propio, que apunte a descargar la crisis sobre los bandos capitalistas en pugna.

Y de esto mismo se trata el 1° de Mayo que se avecina: marcado por la disputa patronal entre el gobierno K y los ruralistas, pero también por el creciente malestar por la inflación en los lugares de trabajo, el creciente repudio al escandaloso techo salarial del 19,5% y la eventualidad cierta de la emergencia de importantes y duras luchas de los trabajadores en el próximo periodo contra la Santa Alianza de Cristina, los empresarios y la CGT-CTA.

Es por esto una obligación levantar en Plaza de Mayo una tribuna de lucha obrera independiente del gobierno K y el reaccionario paro agrario. Una tribuna de todas las organizaciones que sostenemos una posición independiente frente a la pelea entre tiburones capitalistas abierta en el país. Una tribuna que se ponga a disposición del creciente malestar que se comienza a abrir paso en los lugares de trabajo y que más temprano que tarde va a detonar en durísimas luchas obreras.