Dana Spicer
Un balance necesario
Por Lucas Polit
En nuestra edición Nº118 del
24/01/2008, publicamos una charla con un trabajador
activista de Dana Spicer. En ésta se podía ver la difícil
situación en que estaba la lucha de los compañeros. Este
duro conflicto lo terminó ganando
la patronal, imponiendo los 40 despidos junto al cuerpo
de delegados y poniendo a producir la fabrica militarizada
y con la burocracia del SMATA apretando, patoteando y
obligando a que los activistas que quedaron aislados adentro
renuncien.
|
Exigimos la Reincorporación Ya de Guillermo Elizalde
El conflicto de la autopartista Dana empezó, a principios
de enero, cuando la patronal decidió despedir a los
delegados independientes de la burocracia del SMATA.
Los mismos, conquistaron sus posiciones sindicales
democráticas, al calor del argentinazo, luchando por
los derechos de los trabajadores, conquistando mejoras
laborales, venciendo el techo salarial de Kirchner.
La patronal comete una acción completamente ilegal ya que
está violando los derechos que protegen a los
representantes gremiales de los trabajadores,
amparados por la ley laboral vigente.
Tan escandalosa como previsible es la actitud de la dirección
del SMATA (Gordo Rodríguez y cía.) frente a los
despidos, que no sólo no sale a defender y a exigir
la reincorporación sino que incluso fue la
responsable de quitarles los fueros que los protegían.
Es importante recalcar que los despidos se enmarcan dentro
de una política del gobierno de atacar a la
vanguardia independiente que se está forjando en la
nueva generación obrera.
Por
estas razones, desde el nuevo MAS, nos ponemos a
disposición para luchar por la reincorporación de
“Guille”, para defender los derechos de los
delegados sindicales independientes y para frenar el
ataque del gobierno, la patronal y la burocracia.
Corresponsal
|
Vayan estas líneas para analizar
este conflicto que terminó en una grave derrota, pero también
para sacar las duras
lecciones que se imponen como manera de aportar al
proceso –que comienza ahora– de
reorganización de los compañeros adentro de la planta.
La burocracia prepara la cancha para el antiobrero pacto social K
Dana era la única fábrica del
SMATA que tenía una interna independiente y antiburocrática
de la Verde del Gordo “desaparecedor” Rodríguez a nivel
nacional. Esta nueva organización, como otras, fue un
subproducto del Argentinazo y fue arrebatada a la burocracia
en medio del ascenso de las luchas abierto en el 2001. En
esos momentos de sacudones que recibió la burguesía, no le
permitía tener una ofensiva para deshacerse de esta
interna, ya que la coyuntura nacional no le era muy
favorable.
Esta nueva interna obtuvo muchos
beneficios para los trabajadores de la fábrica: romper el
techo salarial del gobierno K en el 2006 y 2007,
recategorizaciones, etc.
Pero la burocracia no
se quedó de brazos cruzados, fue metiendo gente de
ellos. Así el compañero reporteado por nuestro periódico
los señalaba como “un grupo de carneros especializados;
son un grupo de 50 personas que van rotando por todas la fábricas
del gremio, como un grupo de choque” (SoB Nº118).
Precisamente,
quizás
uno de los principales errores de los compañeros de la
nueva comisión interna fue –desde el comienzo– no darle
la debida importancia a los graves ataques que la burocracia
Verde venía preparando contra ellos.
Así, a lo largo del 2007 no sólo
el miembro de la interna en la dirección del sindicato fue
expulsado, sino que a la interna en su conjunto les fue
suspendida su afiliación del gremio, abriendo las puertas
para sacarles los
fueros gremiales, con el argumento de que “no eran orgánicos
a la política del sindicato”.
Lamentablemente, ante este ataque
brutal de la burocracia, los compañeros de la dirección de
la fábrica decidieron quedarse sin hacer nada (ni siquiera
una denuncia pública) dejándole
vía libre a la ofensiva de la burocracia; como ya señalamos,
un muy grave error.
Por ejemplo, no escucharon la
advertencia de compañeros de otras fábricas de la zona que
estaban en contacto directo con ellos y que les señalaron
claramente que la burocracia les
estaba preparando el terreno para barrerlos.
Es que era una necesidad
imprescindible plantear alguna medida de fuerza o, como mínimo,
alguna medida pública que denunciara este hecho, buscando
el apoyo –en primer lugar– en la misma base obrera de la
fábrica, que son la fuerza en donde debemos pararnos todos
los dirigentes clasistas y antiburocráticos para derrotar
las maniobras de la burocracia. Esto, claro está, que de
manera conjunta a la apelación al resto de los trabajadores
de la zona, a las direcciones independientes de la
burocracia, los organismos de derechos humanos, los partidos
de izquierda, etc.
La política de la interna en el conflicto
Lamentablemente los errores
acumulados hicieron que los compañeros llegaran ya mal ubicados para enfrentar el duro conflicto que terminó
descargando contra ellos la Santa Alianza de la patronal, la
burocracia Verde y el Ministerio de Trabajo K.
“El lunes 7 de enero los
trabajadores volvían de las vacaciones y sorpresivamente se
encontraron con que la patronal los recibía con 60
despidos, entre ellos, los de los delegados” (SoB Nº118).
De más queda aclarar que los
despedidos eran, en su gran mayoría, luchadores reconocidos
en la fábrica, aunque también los hubo de aquellos compañeros
más de base que terminan arreglando con la burocracia y
vuelven a entrar...
La respuesta obrera no se hizo
esperar y los trabajadores acamparon en la puerta de la fábrica
logrando dos semanas
de paro absoluto.
Sin embargo, en estas dos semanas
pasó mucha agua por debajo del puente, cometiéndose un
segundo error de mucha importancia: desaprovechar
la posición de fuerza lograda con el paro completo de la
planta para salir a difundir el conflicto entre los más
amplios sectores de trabajadores y pedir su apoyo.
¿Pero por qué los compañeros
de la interna no hicieron esto que era a todas luces
evidente? Porque tuvieron la errada política de ir
solo contra la patronal. Según las irrealistas
palabras de los compañeros: “no queremos abrir más
frentes contra el sindicato ni contra el gobierno, esto es
una lucha directamente contra la patronal”...
El problema era que,
precisamente, los frentes ya
estaban abiertos; no los abrimos nosotros, sino que se
desprenden de la acción mancomunada de nuestros enemigos
(gobierno K, patronal y burocracia) que están en un sólido
frente unido en contra de las luchas que nacen desde las
bases.
¿O acaso no tuvo nada que ver
que la burocracia los eche del sindicato, con los despidos a
los delegados?, cabría preguntarse. También si la patronal
de Dana –por sí sola– puede manejar a la Policía y la
Infantería, que se pasó semanas dentro de la fábrica
militarizándola. Pensar que se estaba enfrentando solamente
a la patronal no fue más que una ingenua
fantasía que terminó desarmando a los compañeros en su
lucha.
Pero los errores no terminarían
aquí.
El lunes 14 de enero desembarcó
la patota a sangre y fuego e hizo un desastre que se vio
agravado por el desarme total que exhibió la interna ante
esta eventualidad. Las acciones patoteras sobre los
conflictos obreros se vienen multiplicando, pero los compañeros
–ingenuamente otra vez– creyeron que la
“legalidad” los iba a salvar!
Está claro que la legalidad no
los salvó; también que los compañeros no tuvieron el
reflejo de poner en pie ninguna medida de autodefensa
del piquete y menos que menos –una vez más– de
salir a denunciar políticamente
con alguna medida de fuerza contundente la salvaje agresión
de la que fueron objeto (comparemos que distinta ha sido la
reacción de los compañeros de la línea 60 ante una
situación parecida). Por el contrario, lamentablemente, lo
que se generó entre los compañeros fue una situación
defensiva total y una psicosis de miedo.
En síntesis, los compañeros de
la dirección del conflicto tuvieron –a nuestro respetuoso
modo de ver– una errada posición legalista
y sindicalista, que los llevó a una trampa
mortal, porque la ley está hecha por los patrones y
para los patrones. Y así, la política –la más de
las veces– pasa por arriba de lo legal (Dana es un claro
ejemplo). ¿O acaso es “legal” que despidan a delegados
de los trabajadores que supuestamente están protegidos por
los fueros sindicales?
En este punto la enseñanza es,
que siempre el punto fundamental de apoyo y nuestra
confianza
es en la
pelea de los trabajadores y que todas las demás instancias,
que no dejan de ser importantes, se deben subordinar a la
lucha.
Conclusiones
La idea de este balance es que
ayude a comprender en qué nos equivocamos y no volver a
cometer los mismos errores. De la derrota también deben
aprender los trabajadores. Lo que queremos dejar bien en
claro desde el nuevo MAS y la juventud del Ya Basta! es que
el responsable principal de estos ataques que sufre la clase
obrera tiene nombre y apellido:
Cristina Kirchner.
Compañeros: es necesario saber dónde
estamos parados y en qué coyuntura, eso es política: comprender la realidad y pelear para cambiarla. La táctica no puede
reemplazar a la política, eso desarma a los compañeros que
no terminan comprendiendo contra qué ni quién están
peleando.
|