Socialismo o Barbarie, periódico Nº 120, 21/02/08
 

 

 

 

 

 

Dana Spicer

Un balance necesario

Por Lucas Polit

En nuestra edición Nº118 del 24/01/2008, publicamos una charla con un trabajador activista de Dana Spicer. En ésta se podía ver la difícil situación en que estaba la lucha de los compañeros. Este duro conflicto lo terminó ganando la patronal, imponiendo los 40 despidos junto al cuerpo de delegados y poniendo a producir la fabrica militarizada y con la burocracia del SMATA apretando, patoteando y obligando a que los activistas que quedaron aislados adentro renuncien.

Exigimos la Reincorporación Ya de Guillermo Elizalde

El conflicto de la autopartista Dana empezó, a principios de enero, cuando la patronal decidió despedir a los delegados independientes de la burocracia del SMATA. Los mismos, conquistaron sus posiciones sindicales democráticas, al calor del argentinazo, luchando por los derechos de los trabajadores, conquistando mejoras laborales, venciendo el techo salarial de Kirchner.

La patronal comete una acción completamente ilegal ya que está violando los derechos que protegen a los representantes gremiales de los trabajadores, amparados por la ley laboral vigente.

Tan escandalosa como previsible es la actitud de la dirección del SMATA (Gordo Rodríguez y cía.) frente a los despidos, que no sólo no sale a defender y a exigir la reincorporación sino que incluso fue la responsable de quitarles los fueros que los protegían.

Es importante recalcar que los despidos se enmarcan dentro de una política del gobierno de atacar a la vanguardia independiente que se está forjando en la nueva generación obrera.

Por estas razones, desde el nuevo MAS, nos ponemos a disposición para luchar por la reincorporación de “Guille”, para defender los derechos de los delegados sindicales independientes y para frenar el ataque del gobierno, la patronal y la burocracia.

Corresponsal

Vayan estas líneas para analizar este conflicto que terminó en una grave derrota, pero también para sacar las duras lecciones que se imponen como manera de aportar al proceso –que comienza ahora– de reorganización de los compañeros adentro de la planta.

La burocracia prepara la cancha para el antiobrero pacto social K

Dana era la única fábrica del SMATA que tenía una interna independiente y antiburocrática de la Verde del Gordo “desaparecedor” Rodríguez a nivel nacional. Esta nueva organización, como otras, fue un subproducto del Argentinazo y fue arrebatada a la burocracia en medio del ascenso de las luchas abierto en el 2001. En esos momentos de sacudones que recibió la burguesía, no le permitía tener una ofensiva para deshacerse de esta interna, ya que la coyuntura nacional no le era muy favorable.

Esta nueva interna obtuvo muchos beneficios para los trabajadores de la fábrica: romper el techo salarial del gobierno K en el 2006 y 2007, recategorizaciones, etc.

Pero la burocracia no se quedó de brazos cruzados, fue metiendo gente de ellos. Así el compañero reporteado por nuestro periódico los señalaba como “un grupo de carneros especializados; son un grupo de 50 personas que van rotando por todas la fábricas del gremio, como un grupo de choque” (SoB Nº118).

Precisamente, quizás uno de los principales errores de los compañeros de la nueva comisión interna fue –desde el comienzo– no darle la debida importancia a los graves ataques que la burocracia Verde venía preparando contra ellos.

Así, a lo largo del 2007 no sólo el miembro de la interna en la dirección del sindicato fue expulsado, sino que a la interna en su conjunto les fue suspendida su afiliación del gremio, abriendo las puertas para sacarles los fueros gremiales, con el argumento de que “no eran orgánicos a la política del sindicato”.

Lamentablemente, ante este ataque brutal de la burocracia, los compañeros de la dirección de la fábrica decidieron quedarse sin hacer nada (ni siquiera una denuncia pública) dejándole vía libre a la ofensiva de la burocracia; como ya señalamos, un muy grave error.

Por ejemplo, no escucharon la advertencia de compañeros de otras fábricas de la zona que estaban en contacto directo con ellos y que les señalaron claramente que la burocracia les estaba preparando el terreno para barrerlos.

Es que era una necesidad imprescindible plantear alguna medida de fuerza o, como mínimo, alguna medida pública que denunciara este hecho, buscando el apoyo –en primer lugar– en la misma base obrera de la fábrica, que son la fuerza en donde debemos pararnos todos los dirigentes clasistas y antiburocráticos para derrotar las maniobras de la burocracia. Esto, claro está, que de manera conjunta a la apelación al resto de los trabajadores de la zona, a las direcciones independientes de la burocracia, los organismos de derechos humanos, los partidos de izquierda, etc.

La política de la interna en el conflicto

Lamentablemente los errores acumulados hicieron que los compañeros llegaran ya mal ubicados para enfrentar el duro conflicto que terminó descargando contra ellos la Santa Alianza de la patronal, la burocracia Verde y el Ministerio de Trabajo K.

“El lunes 7 de enero los trabajadores volvían de las vacaciones y sorpresivamente se encontraron con que la patronal los recibía con 60 despidos, entre ellos, los de los delegados” (SoB Nº118).

De más queda aclarar que los despedidos eran, en su gran mayoría, luchadores reconocidos en la fábrica, aunque también los hubo de aquellos compañeros más de base que terminan arreglando con la burocracia y vuelven a entrar...

La respuesta obrera no se hizo esperar y los trabajadores acamparon en la puerta de la fábrica logrando dos semanas de paro absoluto.

Sin embargo, en estas dos semanas pasó mucha agua por debajo del puente, cometiéndose un segundo error de mucha importancia: desaprovechar la posición de fuerza lograda con el paro completo de la planta para salir a difundir el conflicto entre los más amplios sectores de trabajadores y pedir su apoyo.

¿Pero por qué los compañeros de la interna no hicieron esto que era a todas luces evidente? Porque tuvieron la errada política de ir solo contra la patronal. Según las irrealistas palabras de los compañeros: “no queremos abrir más frentes contra el sindicato ni contra el gobierno, esto es una lucha directamente contra la patronal”...

El problema era que, precisamente, los frentes ya estaban abiertos; no los abrimos nosotros, sino que se desprenden de la acción mancomunada de nuestros enemigos (gobierno K, patronal y burocracia) que están en un sólido frente unido en contra de las luchas que nacen desde las bases.

¿O acaso no tuvo nada que ver que la burocracia los eche del sindicato, con los despidos a los delegados?, cabría preguntarse. También si la patronal de Dana –por sí sola– puede manejar a la Policía y la Infantería, que se pasó semanas dentro de la fábrica militarizándola. Pensar que se estaba enfrentando solamente a la patronal no fue más que una ingenua fantasía que terminó desarmando a los compañeros en su lucha.

Pero los errores no terminarían aquí.

El lunes 14 de enero desembarcó la patota a sangre y fuego e hizo un desastre que se vio agravado por el desarme total que exhibió la interna ante esta eventualidad. Las acciones patoteras sobre los conflictos obreros se vienen multiplicando, pero los compañeros –ingenuamente otra vez– creyeron que la “legalidad” los iba a salvar!

Está claro que la legalidad no los salvó; también que los compañeros no tuvieron el reflejo de poner en pie ninguna medida de autodefensa del piquete y menos que menos –una vez más– de salir a denunciar políticamente con alguna medida de fuerza contundente la salvaje agresión de la que fueron objeto (comparemos que distinta ha sido la reacción de los compañeros de la línea 60 ante una situación parecida). Por el contrario, lamentablemente, lo que se generó entre los compañeros fue una situación defensiva total y una psicosis de miedo.

En síntesis, los compañeros de la dirección del conflicto tuvieron –a nuestro respetuoso modo de ver– una errada posición legalista y sindicalista, que los llevó a una trampa mortal, porque la ley está hecha por los patrones y para los patrones. Y así, la política –la más de las veces– pasa por arriba de lo legal (Dana es un claro ejemplo). ¿O acaso es “legal” que despidan a delegados de los trabajadores que supuestamente están protegidos por los fueros sindicales?

En este punto la enseñanza es, que siempre el punto fundamental de apoyo y nuestra confianza es en la pelea de los trabajadores y que todas las demás instancias, que no dejan de ser importantes, se deben subordinar a la lucha.

Conclusiones

La idea de este balance es que ayude a comprender en qué nos equivocamos y no volver a cometer los mismos errores. De la derrota también deben aprender los trabajadores. Lo que queremos dejar bien en claro desde el nuevo MAS y la juventud del Ya Basta! es que el responsable principal de estos ataques que sufre la clase obrera tiene nombre y apellido: Cristina Kirchner.

Compañeros: es necesario saber dónde estamos parados y en qué coyuntura, eso es política: comprender la realidad y pelear para cambiarla. La táctica no puede reemplazar a la política, eso desarma a los compañeros que no terminan comprendiendo contra qué ni quién están peleando.