Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 109, 31/08/07
 

 

 

 

 

 

Sobre las posiciones del PCR para las elecciones

Voto en blanco, nulo o abstención:
¿al servicio de qué política?

Por Ana Vázquez

Muchas veces nos enfrentamos a esta difícil discusión: ¿conviene o no participar de las elecciones? ¿Fortalece la lucha obrera y popular presentar una alternativa revolucionaria, de izquierda? ¿Debemos llamar a la abstención como mejor forma de oponernos a la trampa electoral?

Esta discusión no por vieja deja de ser actual. Trabajadores, activistas, luchadores de derechos humanos, organizaciones de izquierda se la replantean cada vez que hay un llamado electoral. Llamado electoral que realiza la burguesía y como primera cuestión nos instala en su terreno: el de la participación en los mecanismos institucionales burgueses.

Que ese sea su terreno no significa que los revolucionarios no aprovechemos su intervención en él, de la misma forma que la Justicia tal cual funciona hoy es un andamiaje del Estado opresor y no significa que no utilicemos con denuncias, presentaciones o querellas cuando son útiles para acompañar nuestro reclamo en las calles, cuando reprimen a los trabajadores, cuando un patrón cierra su fábrica o nos movilicemos ante el Congreso para presionar para que se voten leyes favorables a los trabajadores/as, como sería la ley sobre la despenalización del aborto en este momento.

Pero nuestra intervención siempre está subordinada a ver cómo ayuda a fortalecer la lucha por la independencia política de los trabajadores y hacer propaganda sobre la salida socialista.

En este sentido encaramos esta polémica con los compañeros no como una cuestión episódica, táctica, sino como una cuestión de fondo, de clase contra clase. Porque opinamos que puede haber situaciones en la que táctica del voto blanco nulo sea la más conveniente, como lo fue en la reciente segunda vuelta en las elecciones de Capital.

Desde este punto de vista, no proclamamos como la única táctica posible participar siempre de las elecciones burguesas con candidaturas.

Por qué es conveniente participar en octubre del 2007

Sí nos parece que en estas elecciones nos conviene participar. Porque junto con los elementos de crisis política y de luchas de los trabajadores que ha enfrentado y enfrenta el gobierno K, todavía hay un grado muy fuerte de legitimidad política entre los trabajadores de este gobierno y del peronismo. Las luchas más aguerridas superaron los límites impuestos por las distintas burocracias pero no se consolidó ni atisbó siquiera una alternativa política en ellas, ni siquiera una alternativa sindical (fueron excepciones incluso las coordinaciones de las luchas como la de los trabajadores del Casino y el Hospital Francés).

¿Por qué esto es así? Porque hay todavía una atrasada conciencia peronista, de conciliación de clases entre los trabajadores. Por lo tanto, es muy probable que la mayoría de los trabajadores (y aún una franja importante de los que más lucharon) voten a CK y en menor medida a otra variante a la derecha, llámese Lavagna o Macri.

Por lo tanto, las elecciones son una magnífica oportunidad para pelear en esa atrasada conciencia desde un punto de vista de clase, por un programa independiente. Y la mejor forma de hacerlo es participando, ya que opinamos que los trabajadores van a votar mayoritariamente y no hay posibilidades de dar esta pelea (y que alguien se entere) si no es con programa, candidatos, boletas, etc.

Por eso los revolucionarios debemos participar y desde el MAS batallamos por constituir un frente de izquierda y de los trabajadores para que esta pelea sea más eficaz.

No hacerlo es favorecer ¿a quién?

Una discusión estratégica

Y acá viene la discusión de la discusión con los compañeros, que no es táctica, sobre esta elección 2007. Patear el tablero de las elecciones burguesas con una política abstencionista puede significar agitar la capa por la izquierda para dejar pasar el toro por la derecha.

Los compañeros son bien claros cuando afirman: “Otras fuerzas llaman a frentes de izquierda. Son fuerzas que consideran que la revolución en la Argentina es “socialista desde el inicio”, negando las tareas democráticas (como la reforma agraria) y aislando a la clase obrera de las fuerzas patrióticas y democráticas. Así, esos “frentes de izquierda” terminan en frentes parlamentarios testimoniales. Es una vieja propuesta que se ha demostrada equivocada en todos los países oprimidos por el imperialismo. Toda la experiencia histórica de la Argentina demuestra que la clase obrera debe pugnar por hegemonizar al conjunto de las clases y capas interesadas en una revolución democrática popular, agraria y antiimperialista, en marcha ininterrumpida al socialismo  (Hoy 1177, 1/8/07)

Y para esa “revolución democrática popular, agraria y antiimperialista, en marcha ininterrumpida al socialismo” necesitan aliados por fuera de la clase obrera. ¿De qué signo?

Al querer embarrarnos con sectarismo, nos muestran de aliados de la clase obrera a burgueses “progresistas” o militares “patrióticos” (o nada progresistas ni patrióticos) para apoyar políticamente con todo. Como fueron en su momento el apoyo a Isabel Perón y a Menem en el ’89, y el apoyo al pedido de libertad del coronel Seineldín en el año 2002 por considerarlo del sector nacionalista del Ejército. Y el más reciente apoyo en la segunda vuelta de Tierra del Fuego a la candidata del ARI. Esa es la trayectoria “elíptica” del voto nulo o en blanco que siempre han levantado. Con semejantes aliados no necesitamos enemigos.

Esta es la propuesta “nueva” que se ha demostrado eficaz, parece, en los países dominados por el imperialismo. ¿Se referirá quizás el artículo al fracaso en que han terminado todas las experiencias de gobiernos nacionalistas burgueses que han enchalecado y terminado masacrando o coptando a la clase obrera como fueron el de Paz Estensoro en Bolivia, la primera presidencia de Alan García en Perú y las actuales de Evo Morales o del general Hugo Chávez? Creemos que la nota se refiere a esos “éxitos” que nos han hecho retroceder años, donde dirigió y hegemonizó la burguesía y la clase obrera le hizo de triste comparsa.

Con la cara realidad de los hechos les decimos: ¿No será un discurso para atrapar luchadores por izquierda y luego llevarlos para la derecha?

Lo decimos con todas las letras: compañeros, ni su política estratégica ni su táctica electoral van en el sentido de avanzar en la independencia política de los trabajadores. Por esa independencia debemos pelear para poder avanzar hacia una salida socialista.