Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 109, 31/08/07
 

 

 

 

 

 

El MST y el PO

Deshojando la margarita

Por José Luis Rojo

El cierre de los plazos electorales para la presentación de frentes encontró al MST y el PO mostrando elementos de crisis y puntos ciegos de su política que van más allá de lo meramente electoral.

Sin el pan y sin la torta

En primer lugar está el caso del MST, que esperó hasta último momento poder cerrar un acuerdo electoral con Pino Solanas... que nunca llegó, en un paso mas de esta organización en la pretensión de expresar en nuestro país el espacio supuestamente “vacante” del chavismo, “nacional y popular”.[1]

Pero lo que ocurrió es que Solanas, uno de los representantes más “legítimos” de lo que queda de la izquierda peronista de los 70, de la mano de Claudio Lozano (representante intelectual de parte fundamental de la burocracia de la CTA) y de la legalidad de un partido fantasma como el PSA, terminaron dejando afuera al propio MST, en la búsqueda de dar expresión a “un espacio más amplio que el meramente reducido a la izquierda tradicional”.

Aun así, y en un último esfuerzo por llegar a un acuerdo, en el acto del MST del pasado sábado 25, Vilma Ripoll dedicó la parte fundamental de su discurso a insistir en la necesidad de lograr una “confluencia entre el espacio de la izquierda y el nacional y popular”... Pero el resultado es que pasado el 28 de agosto, se ve que no lograron arrodillarse lo suficiente…

Para colmo el espacio político “centroizquierdista” que disputan es muy reducido y han quedado  hecho un “sándwich” entre los nacionalistas “originales” (Solanas, Lozano y cía.) y las corrientes verdaderamente de izquierda independientes. Se trata de las desventuras de ex socialistas que buscan abrazarse al “nacionalismo populista” como supuesta vía –nunca demostrada– para “hacerse de masas”.

¿Partido “hegemónico” o ratón asustado?

El otro caso serio es el del PO. Ya en la edición anterior denunciábamos  la ridícula “lógica” del frente único consigo mismo. Pero esta “lógica” ya está quedando desnuda antes de lo que suponíamos, pagando su precio en condena política por parte de amplios sectores de la vanguardia, por su ridícula orientación autoproclamatoria.

El caso es que tuvieron la mala suerte que en el mismo momento en que se estaban cayendo todos los plazos y que el PO, claramente, ya había lanzado de manera pública su campaña electoral, aparecieran los resultados de las elecciones de la provincia de Tucumán. Ridículamente, habían llamado, desde la contratapa de su ultimo periódico, a un “voto de masas” en dicha provincia, llegando a alardear índices de hasta un 17% que, según ellos les daban las encuestas, y la “posibilidad de colocar tres diputados provinciales”. Pero, como decía el viejo Lenin, los hechos son testarudos: apenas si orilló el 1% en toda la provincia, muy lejos del proclamado “voto de masas”.

El colmo es que en medio de esta debacle, apareció el propio 28 al mediodía –después de que el frente nuevo MAS-PTS-IS se hubiera inscripto en la justicia electoral– un llamado desesperado de la dirección del PO para “explorar, ahora sí, la posibilidad de conformar un frente”... Que este poco serio planteo de último momento no pasaba de ser una burda maniobra quedó al desnudo ante el simple planteo que hicimos los integrantes del frente de que pusieran por escrito cualquier propuesta que nos quisieran hacer (algo que, obviamente, no hicieron).

Es decir, a último momento no sólo se terminaron haciendo visibles los límites de la autoproclamatoria “lógica de ratón” del PO (que, recordamos, fue llamado a encabezar el frente de la izquierda roja) y no del gran partido “hegemónico” que pretenden ser, sino que se comportaron como un ratón… asustado.

La moraleja es que si el caso del MST es ya un desbarranque desde el punto de vista de la perspectiva de poner en pie en nuestro país y el continente todo una alternativa obrera y socialista, el PO deberá reflexionar a la hora de seguir por un curso de contemplación de su ombligo que, tozuda y reiteradamente, se choca contra los hechos de la realidad.


[1] Se trata de un “giro orgánico” de esta corriente, que en Venezuela alienta el ingreso en el PSUV de Chávez y “teoriza” acerca de la “imposibilidad” de toda perspectiva obrera y socialista en Latinoamérica.