Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 108, 17/08/07
 

 

 

 

 

 

Mar del Plata después de un primer triunfo

Impasse del conflicto en el puerto

MAS, Mar del Plata
mas_mardelplata@gmail.com

Hace unas semanas Mar del Plata se vio sacudida por una enorme lucha: la de los trabajadores cooperativizados del puerto. Como informamos en SoB 107, en nuestra ciudad existen más de 200 cooperativas del pescado impuestas desde la década del 90 con el único objetivo de abaratar la mano de obra y evitar que los sectores patronales se hagan cargo de los aportes patronales, de la jubilación, obra social, etc.

Durante años nada pasó, los obreros aceptaron esa imposición, creyendo ingenuamente que con ello se convertían en socios en las ganancias (tal fue la propaganda en los 90 destinada a que se aceptara esta situación). Pero la paz de los cementerios no es eterna y la paciencia de los explotados tiene un límite. Bastó que una de las patronales, en este caso Giorno (dependiente del grupo Valastro) diera la orden a las 8 cooperativas que de ella dependen (pero que no admite) de echar a parte de su personal para que todo estallara. Los trabajadores dijeron basta y se plantaron durante un mes en las entradas del puerto con los piquetes y las carpas, impidiendo que pasara el pescado a las plantas procesadoras.

Tanto se plantaron y tan resuelta fue su lucha que soportaron los aprietes, las amenazas, el extremo frío del invierno marplatense, la traición del SOIP (Sindicato de la Industria del Pescado), que en todo momento jugó para los empresarios, la política de aislamiento de la CGT y la CTA, la complicidad del gobierno de Kirchner que sostiene que combate el trabajo en negro mientas acepta que sus amigos, los Valastro, Moscuzza, Di Leva, Mellino, Solimeno, negreen a los trabajadores, y la presión de las patronales, que llegaron a cortar la ruta 2 pidiendo la represión a los obreros del puerto.

Y tanto se plantaron que obligaron a las patronales a acercarles una oferta que consistió en lo siguiente: 1) suma fija horaria de $800 mensuales en concepto de garantía horaria, haya pescado o no; 2) abrir una mesa de negociación durante 60 días hábiles entre los sectores patronales, los delegados de cada una de las cooperativas, el sindicato y el Ministerio de Trabajo que sea resolutivo con respecto al blanqueo de los trabajadores cooperativizados; 3) negociaciones en torno al convenio 161-171/75 (que rige a todos los trabajadores del pescado en tierra); 4) no se incluyó cláusula de paz social; 5) incluir en esta mesa la situación del resto de las cooperativizadas del puerto a fin de blanquear a los trabajadores.

Esta propuesta fue aceptada por los trabajadores, que la percibieron como un triunfo. Desde entonces estamos viviendo un impasse en la lucha de los trabajadores. Se negocia en el Ministerio de Trabajo, con la CTA como intermediaria (con el objetivo muy claro de crear un sindicato paralelo al SOIP, dividiendo aún más a los trabajadores de la pesca, política para la que cuentan con la ayuda inestimable del Partido Comunista) y bombero de la situación, con las patronales intentando que el blanqueo se circunscriba únicamente a las 8 cooperativas dependientes de Giorno y que el ejemplo de lucha no se traslade al resto de las 200 cooperativas. Al momento de escribirse esta nota, llega la noticia de que en una cooperativa que no había estado en conflicto hubo 15 despidos ante el intento de los empresarios de obligar a los trabajadores a aceptar condiciones de trabajo aún más flexibilizadas ante la falta de pescado. Y que los obreros de esa planta instalaron una carpa frente a la planta y se van a movilizar al Ministerio.

El trasfondo de toda esta situación es que el recurso, el pescado, está en grave peligro por la sobreexplotación que se ha hecho. Esto es normal para el capitalismo: si se agota un recurso, se busca otro que genere más rentabilidad. De hecho, ya se viene investigando la posible existencia de petróleo frente a las costas de nuestra ciudad y de toda la Patagonia (para ello se pidió un informe al INIDEP, Instituto Nacional de Investigación Pesquera)

Hasta ahora, los obreros del pescado, con sus métodos del piquete, el acampe, las asambleas, dieron un pequeño paso que sirvió para despertar a un gigante dormido. Las patronales quieren darle un golpe a ese gigante. Es tarea de los sectores clasistas apoyar con todas nuestras fuerzas este proceso, aportando a clarificar la lucha. Porque los empresarios y la burocracia sindical quieren que todo siga como antes.

Los compañeros del MAS estuvimos desde el primer día aportando con nuestras fuerzas al desarrollo de esta lucha, llevando la solidaridad, vinculando sectores, intentando que el conflicto trascienda el puerto y se instale como conflicto en la ciudad. Eso hicimos y eso seguiremos haciendo. Porque de la lucha de los trabajadores por mejores condiciones de trabajo y para que se le reconozcan sus derechos, depende también que se detenga el saqueo de este recurso natural.