Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 108, 17/08/07
 

 

 

 

 

 

La otra gran tarea para la campaña electoral y más allá

Poner en pie un Movimiento Político de clase

Por José Luis Rojo

Las dificultades a que hacemos referencia en las reuniones por el frente de izquierda remiten, en el fondo, a la ceguera a la hora de comprender que ninguna corriente por sí misma –por más “grande” que se considere–, podría resolver la traba histórica que viene arrastrando la clase obrera argentina: no haber logrado aún su independencia política como clase.

Por supuesto, no hay un camino “mecánico” o una “escalerita”. La independencia de clase podría, eventualmente, resolverse “directamente” por la vía de que una organización socialista revolucionaria realmente alcanzase influencia política de masas. Pero no es el caso de nuestro país. No sólo esto no existe en la actualidad, sino que siquiera se logra que porciones de amplia vanguardia de los trabajadores se inclinen por salidas independientes. Basta con hacer una “encuesta” entre la base de sectores de vanguardia como el Subte, el Hospital Francés, el Garraham, Fate, las opositoras docentes, etc., para darse cuenta de la escisión que sigue existiendo en la cabeza de los compañeros entre la acumulación de experiencia de lucha y su traslado al terreno de sacar conclusiones políticas generales.

En estas condiciones, cada vez que hemos hecho el planteo de poner en pie un Movimiento Político de Trabajadores, el PO invariablemente ha respondido que no hace falta porque “el PO es el partido”. Con los compañeros del PTS compartimos la preocupación por dar una batalla por la independencia política de clase. Esta organización hoy levanta el planteo de un PT. Sin embargo, caben dos objeciones: la más grave es que es habitual la práctica de hacer planteos pero para NO llevarlos a cabo, o siquiera dar un paso práctico que nos acerque a ellos. Segundo, que el mismo planteo organizativo de partido luce demasiado poco flexible a la hora de concretar algo que se podría hacer ahora, que es poner en pie una Mesa por un movimiento por la independencia de clase.

Para no hablar del MST, que ha abandonado totalmente esta pelea de clase elemental, ya que han sacado la “conclusión” de que la lucha por la independencia política de clase (y la construcción como corriente auténticamente socialista) no tendría futuro, y que para alcanzar “influencia entre las masas” habría que pasarse con armas y bagajes a un perfil de tipo “nacional y popular”; en sus palabras, “ocupar el lugar del chavismo” en nuestro país (de allí sus llamados a Claudio Lozano y Pino Solanas para formar un frente electoral común).

Desde el nuevo MAS, llamamos a las corrientes de la izquierda independiente, a las comisiones internas, cuerpos de delegados y sindicatos combativos, a las opositoras docentes, a los movimientos de trabajadores desocupados independientes, a las agrupaciones combativas de la mujer y estudiantiles, etc., a poner en pie una Mesa por un Movimiento Político de Trabajadores.