Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 104, 14/06/07
 

 

 

 

 

 

FATE

Un paso adelante, pero la guerra recién comienza

Entre el jueves 7 y el viernes 8 se realizó un plebiscito para aceptar o rechazar el acuerdo alcanzado con la patronal. Ganó el SI con 700 votos, el NO sacó 200 y se abstuvieron más de 400 trabajadores. Esta votación expresa tanto el cansancio de las fuerzas obreras como también la disconformidad con la empresa y con la “dirigencia” gremial, que en vez de llamar a asamblea realizó el plebiscito. Van estas notas, entonces, como un aporte para poder hacer un primer balance y sacar algunas conclusiones de esta gran lucha.

El acuerdo finalmente aceptado es un 23.21% entre abril y junio del 2008 (12 en abril, 6 en octubre, 4 en febrero y 1.21 en junio, que son acumulativos llegando al 25%); mas $ 1.400 a la firma, más 400 a los 30 días (por única vez no remunerativos) y se está discutiendo el pago de las horas del lock-out patronal (en promedio 40 horas). Si bien no era lo esperado y por lo que se salió a luchar es –en las condiciones concretas en las que se desarrolló el conflicto– un empate digno en lo que se refiere a la cuestión salarial. No solo porque es uno de los acuerdos más altos firmados sino porque es una patronal durísima que viene de 15 años de imponer su voluntad de manera incondicional y porque tanto los delegados, como los “dirigentes” de la seccional estaban claramente del otro lado de la vereda, es decir, se luchó con las manos atadas y los trabajadores supieron pelear y organizarse para imponerle en más de una oportunidad –pero no en todas– los pasos a seguir a la burocracia.

El surgimiento de una nueva vanguardia

Lo que dejó un sabor a triunfo es la rebelión antiburocráctica. Si bien ésta, se viene incubando hace años, en la asamblea del viernes 1° estalló con toda su fuerza. Las renuncias firmadas del Pollo” Piexzara y sus secuaces –más allá que hoy la desconozcan– es un golpe político de los trabajadores y una dura derrota no solo para él sino un duro golpe a la patronal. Porque el “Pollo” fue y es, durante los últimos 15 años, el hombre de la empresa y no va dejar de serlo hasta que se lo derrote completamente, cosa que no ha sucedido y no va a ser fácil, porque cuenta con todo el apoyo político y material de Madanes-De Luca.

Durante los casi tres meses de conflicto surgió en los hechos una vanguardia muy aguerrida, muy luchadora, claramente antipatronal, antiburocrática y que lleva en su sello de origen el método de la asamblea, de la democracia obrera para decidir. Esta vanguardia que se organizó en parte en el comité de lucha, y al mismo tiempo es mas amplia que el comité, es el embrión de una nueva dirección de la fábrica, pero para llegar a serlo faltan mucha s batallas, sortear muchos escollos y sobre todo falta organizarse para poder defenderse de los ataques y persecuciones de la patronal y de la burocracia.

Pero lo más importante y que deben saber valorar y comprender en toda su dimensión los compañeros de FATE es el componente político del conflicto y del surgimiento de esta vanguardia: se cuestionó el poder de la patronal y de la burocracia en terreno mismo de la fábrica, es decir, “el derecho” de hacer y deshacer a su antojo que tuvo la empresa en los últimos 15 años, y eso no lo puede permitir la patronal. Más allá que Madanes diga en su carta del 31/05 –en que alude a nuestro partido­– “No es intención de nuestra empresa desmoralizar a ninguno de nuestros trabajadores, provocar a nadie, polarizar reunión alguna ni mucho menos someter por hambre a nuestra gente”. Entonces cómo explica tres meses de intransigencia, cómo explica que empezó ofertando un miserable 8%, cómo explica que no quiera pagar las horas de lock-out, etc., etc.

El conflicto no fue solo salarial, la dureza de la empresa, que se bancó dejar de producir más de 250.000 cubiertas se explica por este sencillo motivo político: le cuestionaron su poder, para vivir dignamente los obreros cuestionaron el “derecho” a superexplotar de Madanes-De Luca

Aviso de despidos

En todo el conflicto no hubo despidos masivos, la relación de fuerzas no le daba a la patronal para despedir masivamente, esto hubiese radicalizado aún más la lucha y la fuerza de los obreros. Hasta el momento sólo hubo despidos muy puntuales y que no pasan de 3 o 4 casos. Pero lo llamativo y que todos los activistas y trabajadores deben tener en claro es que la empresa se negó rotundamente a firmar la cláusula de Paz Social, poniendo sobre aviso que va a despedir.

Aclaremos esto. Este tipo de cláusulas de paz social figuran en la mayoría de los convenios paritarios y son una trampa para los trabajadores. Las distintas burocracias sindicales las firman y se comprometen a no realizar medidas de fuerza mientras dure el acuerdo salarial; a cambio la patronal se compromete a no despedir sin causa. Pero todos sabemos que las patronales tienen mil formas de perseguir y despedir en forma encubierta. Son las mismas empresas las primeras en pedir este tipo de cláusulas y en ponerlas, para evitar conflictos, mientras ellas en los hechos tienen las manos libres para hacer lo que quieran. Lo llamativo en el caso de FATE es que la empresa se niega a firmar la Paz Social haciendo público su decisión de despedir y hay que estar preparados.

Si tocan a uno “le hacemos como en Terrabusi”

La patronal se prepara para despedir. En sus cálculos inmediatos –aparentemente– no estaría el objetivo de despedir masivamente, pasar el escobillón, sino, en un sentido, algo más peligroso: pasar el cepillo fino. Es decir: se prepara para apretar, perseguir, no justificar los día de enfermedad, etc., y echar con causa buscando arreglos individuales, cosa que hizo el año pasado con los compañeros que hablaron en las asambleas, por ejemplo. Pero todos estos ataques que preparan, no son ataques “individuales”: serán ataques a los compañeros que se han mostrado más activos, a la nueva vanguardia y al embrión de nueva dirección que está surgiendo. Por eso el primer deber de todo activista es no entrar en el juego de las provocaciones patronales y en el juego del arreglo individual. Porque lo que está en juego es el futuro colectivo: recuperar un salario digno, recuperar las conquistas arrebatadas en los últimos 15 años, es decir lo que está en juego es el futuro colectivo de las familias obreras de FATE.

Por eso hay que estar preparados y no permitir ni un despido por más encubierto que sea y responder ante el primer despido “político” de cualquier activista como hicieron la semana pasada los trabajadores de Terrabussi (ver página 2) que ante el despido de los trabajadores contratados permanecieron todos los turnos, a medida que llegaban, dentro en la planta e inclusive los compañeros despedidos que lograron entrar también hasta que la empresa pidió la conciliación obligatoria con todos los obreros adentro.

Del comité de huelga a la organización permanente

Nada va a ser fácil, todo va ser producto de la lucha. Ya hay un debate y una pelea por el balance del conflicto. Por ejemplo la patronal y su “gente”, el “Pollo”, quieren desmoralizar, sembrar la desconfianza entre los luchadores y hacen correr bolillas y cartas contra los “zurdos”, diciendo que “se luchó al pedo”, que en las otras empresas se consiguió casi lo mismo sin hacer paro, etc. Sin embargo, todos saben que si Pirelli y Firestone consiguieron más del 20% fue gracias a la lucha de FATE y que las patronales actuaron coordinamente para derrotar a FATE.

La gente de la Violeta con Pedro a la cabeza dice que lo que se consiguió fue gracias a ellos. Pero todos el mundo sabe y vio cómo en los momentos decisivos Pedro jugó para la Bordó. Y todos se acuerdan que los años anteriores el “combativo” Pedro consiguió 5 o 6 puntos por debajo del techo que había puesto el gobierno de Kirchner.

Una y cada una de las tareas pendientes será una batalla, desde hacer un balance, hasta prepararse ante los posibles aprietes y despidos, hasta conseguir el llamado a elecciones a delegados, presentarse, conseguir elecciones libres y limpias, conseguir elecciones para la seccional, etc. Todo será una batalla, una carrera de obstáculos contra los distintos sectores burocráticos que ya están viendo y pensando cómo mejor derrotar al activismo.

Para todas y cada una de esta tareas el activismo que surgió de la lucha, si o si, se debe organizar en una agrupación, lista o como se quiera llamar, pero estar unido y organizado. La unidad que se logró en la lucha se debe mantener, no se puede dividir al activismo por cuestiones de segundo orden. Insistimos en esto porque no en todos los compañeros hay necesidad de esto que es una necesidad absoluta para que no se diluyan los pasos dados, avanzar hasta tener una nueva dirección y defenderse para los ataques que se van a venir. En síntesis: agrupar a todos los compañeros que estuvieron en la pelea y que expresaron en los hechos un programa común de lucha, antipatronal, antiburocrático y de respeto a la asamblea deben estar unidos y organizados.