Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 104, 14/06/07
 

 

 

 

 

 

Terrabusi-Kraft: continúa la rebelión obrera

“No dejar pasar más despidos”

MAS - Pacheco

Después del corte de Panamericana y Henry Ford llevado adelante por cientos de jóvenes compañeros trabajadores del turno noche de Kraft, acompañados por compañeros del turno tarde, representantes de otras fábricas y coordinado con los compañeros de Fate, también en lucha por un aumento de salarios que eleve el básico al valor de la canasta familiar, la comisión interna de Kraft convocó a un quite de colaboración para reclamar un aumento de salario superior al maldito 16 % en cuotas acordado entre el sindicato y el gobierno.

Esta medida afecta de manera decisiva la producción de la empresa, basada en la superexplotación y en las jornadas interminables, donde la vida del trabajador está a disposición de las necesidades de ganancia de la patronal.

Otras demandas muy sentidas por los compañeros son las de efectivización de todos los trabajadores de Kraft, tanto por agencia como contratados y tercerizados, ya que la empresa utiliza diversos métodos para dividir y mantener el miedo al despido. Este "trabajo temporario" no se justifica por ninguna variante temporaria de la producción.

También en el turno noche hay un fuerte reclamo para no trabajar los domingos, ya que los compañeros tienen un solo franco semanal, lo que sumado al cansancio producido por el trabajo nocturno resulta en una situación de verdadero agotamiento, a la que se suma la constante presión empresaria para que hagan horas extras, reforzada por el temor a los despidos en los trabajadores "temporarios" y porque el sueldo no alcanza para vivir trabajando sólo el horario estipulado.

La patronal no tardó en responder al quite de colaboración, que tuvo un acatamiento total, despidiendo a más de cien compañeros en los tres turnos, trabajadores por agencia, con la excusa ridícula de que había poca presión de gas.

Mientras tanto, las agencias ya tenían seleccionados otros cien trabajadores para reemplazar a los despedidos. Intentaban así reimplantar el régimen de terror con que manejaban la fábrica todos los años pasados, que había provocado la resistencia de los compañeros hartos de ser descartables para la empresa luego de proporcionarle grandes ganancias con su trabajo. Producto de esta resistencia, de este “no dejar pasar los despidos” que se hizo carne entre los compañeros, en el último año lo empresa no había podido aplicar este sistema de permanente recambio y se habían logrado bastantes efectivizaciones y hasta el pase a planta de un sector tercerizado, si bien continúan otros compañeros en esa situación, algunos sometidos a métodos de trabajo y explotación absolutamente inhumanos, a los que ni siquiera se les da un plato de comida mientras trabajan.

Al ver que los reclamos de los trabajadores avanzaban hacia la conquista de mejores remuneraciones, y condiciones de trabajo más dignas, y que se fortalecía la unidad y la organización entre los compañeros, la patronal quiso “volver a la normalidad” despidiendo a estos “trabajadores temporarios”.

Pero cuando tenía que entrar el turno noche, se presentaron como acostumbraban los compañeros despedidos y, saltando las vallas y enfrentando a la seguridad de la empresa, con la ayuda de los compañeros que estaban adentro junto a los delegados del turno noche, ingresaron al establecimiento.

Pronto se realizó una asamblea en el sector de amasado, donde se inicia el proceso productivo, y se decidió parar hasta obtener la reincorporación de los compañeros. El paro se fue extendiendo a los demás sectores de la planta, a medida que más trabajadores se iban sumando, recorriendo la fábrica para explicar lo que pasaba. Poco después van a buscar a los representantes del sindicato, que estaban encerrados en su local, y tras una fuerte presión consiguen que el sindicato avale el paro.

Por la mañana llegaron los despedidos de este turno, a quienes los trabajadores del turno noche ayudaron a entrar abriendo los portones, y una masiva asamblea del turno mañana decide continuar el paro.

Ante la fuerza con que se realizan las medidas, el Ministerio de Trabajo convoca a una reunión urgente entre las partes y aplica la conciliación obligatoria, que significa volver a la situación anterior al conflicto por diez días hábiles, es decir, volver a trabajar con los despedidos adentro.

El turno tarde que había resuelto continuar con la medida realiza una inmensa asamblea, con todo el personal de la planta, donde a pesar de que la conciliación con los despedidos adentro significaba un triunfo, el ánimo era tan fuerte que a los dirigentes de la interna les cuesta explicar a los compañeros que convenía acatar la conciliación, ya que querían continuar con el paro.

El viernes se realizó una reunión en el Ministerio de Trabajo con la interna, la patronal y el sindicato; acompañó a los delegados un grupo entusiasta de alrededor de 80 compañeros, en su mayoría del turno noche, que a pesar de haber trabajado la noche anterior y tener que volver esa noche a la fábrica deciden ser parte del resultado de las negociaciones.

En el Ministerio la patronal se compromete de palabra a no despedir a nadie, y se conviene en realizar una reunión en la fábrica la semana siguiente para discutir el resto de los reclamos.

Creemos que esta lucha que vienen dando los compañeros está dando resultados muy positivos, ya que está transformando el miedo y la indiferencia ante los despidos en un sólido sentimiento de unidad entre los trabajadores, dentro y fuera de la fábrica, como fue en el corte de Panamericana con los compañeros de Fate. Unidad que es la principal garantía de que puedan mejorar las condiciones de trabajo y sus salarios, al mismo tiempo que una amplia vanguardia de luchadores va haciendo su experiencia con la patronal, el gobierno y en especial con la burocracia del sindicato.

Un paso adelante producto de esta lucha es que la empresa haya abierto canales de negociación y se haya comprometido a realizar una oferta salarial.

Hoy nuestra tarea es profundizar la unidad lograda, y organizarnos para garantizar no aflojar con el quite de colaboración, frente a las presiones de la empresa y la campaña de miedo del sindicato.

Sabemos que aunque tenemos que enfrentar la dureza de la empresa a la hora de repartir algo de sus inmensas ganancias y la política del gobierno –con el apoyo de los burócratas sindicales– de establecer una pauta salarial del 16%, unidos podemos lograr un aumento mejor –como lo han logrado por ejemplo los compañeros de Fate, que con su lucha lograron un 25%–, así como avanzar en todos nuestros reclamos y en nuestra organización.