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Venezuela
II
¿“Libertad
de prensa”... para quiénes?
Lo
de Venezuela y el circo que han montado internacionalmente
los “medios” nos lleva a un problema más importante y
de dimensiones mundiales: que entre los 6.000 millones de
habitantes del planeta, los únicos que tienen realmente
“libertad de prensa” son el puñado (cada vez menor y más
concentrado) de corporaciones que manejan las cadenas de TV,
prensa y radio.
A
nivel de Estados Unidos (y por extensión de América Latina
y gran parte del mundo) son apenas diez los pulpos que manejan lo fundamental de la TV, la prensa y la
llamada “industria del entretenimiento”. Se
trata de los holdings AOL/Times Warner, Gannett Company, Inc.,
General Electric, The McClatchy Company/Knight–Ridder,
News Corporation, The New York Times, The Washington Post,
Viacom, Vivendi Universal y Walt Disney Company. ¡Ellos son los dueños del circo, a escala mundial!
Son
los que manejan las “picadoras de cerebro” no sólo de
los noticieros sino también de esas series y/o
“documentales” donde siempre todos los yanquis son
buenos, todos los árabes son terroristas, todos los latinos
son narcos, todos los gobernantes que se oponen en algo a
EEUU son dictadores, etc., etc.
Se
trata, entonces, de la “libertad
de prensa” para esos diez holdings, (y sus sucursales
y socios menores de América Latina y otros continentes), lo que al mismo
tiempo significa su derecho a mentir como deseen e imponer
una mordaza al resto de la humanidad.
Este
puñado de corporaciones mundiales se
entrelazan y asocian, a nivel latinoamericano, con los
monopolistas “nacionales” de los medios, como aquí
son Clarín y La Nación, por ejemplo.
Esta
es la “libertad de prensa” que informó al mundo que había
que invadir Iraq por las terribles “armas de destrucción
masiva” que tenía escondidas Saddam debajo de la cama. Y
aquí, es la “libertad de prensa” para silenciar los
reclamos y luchas de los trabajadores, o para presentarlos
como facinerosos, como vagos que no quieren trabajar y que
además impiden que otros lo hagan cuando paran el
transporte o cortan una ruta.
En
el caso de Venezuela, tanto RCTV como Venevisión y
Globovisión, están en manos de algunas de las
aproximadamente “30 familias” que componen la gran
burguesía pre-chavista: a saber, la familia Granier-Phelps
(RCTV) y la familia Cisneros (Venevisión), que a su vez están
emparentados entre sí. Aquí es verdad el dicho de que
“todo queda en familia...” Ambos grupos familiares están
asociados con capitales de EEUU: Granier-Phelps con General
Dynamics, y los Cisneros con AOL-Time Warner. Por su parte,
Globovisión es de otros multimillonarios –Alberto
Federico Ravell y Guillermo Zuloaga, antiguo dueño de
Electricidad de Caracas–. Esta cadena es de hecho una
repetidora de la CNN yanqui.
Los
socialistas siempre denunciamos que las libertades de la
“democracia” de los patrones quedan en gran medida en el
papel, porque los trabajadores y explotados no pueden
realmente ejercerlas con plenitud. Como señalaba Lenin, aun
bajo la máxima “democracia” burguesa, si los
capitalistas son los dueños de las grandes imprentas, la
“libertad de prensa” para los trabajadores en los hechos
se vuelve ficticia.
Pero,
al día de hoy, esto se
ha agravado cualitativamente. Es que –con la radio y
la TV– los medios no sólo se han desarrollado más allá
del papel impreso, sino que han
acompañado el
curso de concentración monopólica del capitalismo.
Hoy, un puñado de capitalistas, a través de los medios y
de esa falsa “libertad de prensa”, pretende dictar a
cientos de millones lo que deben pensar y creer.
En
las últimas décadas se ha dado una vuelta de tuerca en
este proceso degenerativo
de liquidación real
de la “libertad de prensa”, mientras más se
vocifera sobre
ella. El paso a una monopolización
de dimensiones internacionales está terminando incluso
con la prensa burguesa que décadas atrás aparecía como
“independiente” y/o “crítica”, como Le
Monde o The New
York Times. Hoy Le
Monde –en manos de uno de los “padrinos” de
Sarkozy– se dedica principalmente a publicar traducidos
los cables de Associated Press. Del gran diario burgués
“independiente”, “pluralista” y “progre” sólo
queda el mausoleo.
En
cuanto a la TV, basta un sencillo experimento: hacer zapping
entre los distintos canales de noticias, para ver cómo
repiten prácticamente lo mismo. Y no sólo en los
canales de Buenos Aires, sino también en el resto: con
pocas excepciones, como Telesur o Al-Jazeera, todos recitan
como loros, en todos los idiomas, el mismo libreto casi
textual.
Este
es, entonces, el verdadero panorama mundial de la
“libertad de prensa”.
Claudio
Testa
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