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Docentes
de Santa Cruz en
lucha contra el techo salarial K
Un
paso adelante
El
conflicto docente de Santa Cruz no puede ser evaluado sólo
como un conflicto económico y sindical en el ámbito de una
provincia. La dinámica que adquirió la lucha y el grado de
enfrentamiento entre trabajadores y gobierno le fueron dando
un profundo sentido político y una proyección nacional que
golpeó al propio gobierno K. El hecho de que el ministro de
Trabajo Tomada se tuviera que sentar personalmente a
negociar con los representantes docentes de Santa Cruz es un
indicativo de la fuerza que la base docente le impuso al
reclamo salarial. Hemos ido informando y apoyando desde
nuestras páginas esta gran lucha docente. Creemos que es
fundamental que junto a los activistas y delegados docentes
hagamos un balance lo más profundo posible que permita
armar y fortalecer la continuidad de las luchas próximas.
En este sentido, presentamos algunos elementos; no un
balance acabado sino algunas primeras observaciones.
El
lunes 28 los docentes de Santa Cruz volvieron a trabajar
después de casi tres meses de huelga. Esta heroica lucha
nació como parte de la pelea salarial de los trabajadores
de la educación, lucha que a nivel nacional, rápidamente,
la burocracia de CTERA frenó y negoció en los marcos que
propuso el gobierno K. Los docentes de Santa Cruz, junto a
los de Neuquén y Salta, continuaron la pelea. El asesinato
de Carlos Fuentealba, a manos de la policía del gobernador
Sobisch fue el precio más alto que pagaron los docentes en
esta lucha. Sin embargo, los maestros de Santa Cruz
siguieron su pelea y junto a ellos se fue desarrollando una
verdadera rebelión popular en la mismísima provincia del
Presidente.
La
fuerza de los docentes se asentó en las asambleas y en el
surgimiento de decenas de nuevos delegados que, junto a
otros con un poco más de experiencia, fueron el andamiaje
donde se asentaron las masivas movilizaciones que lograron,
en su momento, atraer el apoyo de amplios sectores de la
población, fundamentalmente de los padres. Y tuvieron también
como componente la lucha de los trabajadores de la salud,
estatales y municipales.
El
desarrollo del conflicto
El
26 de marzo, los compañeros docentes del MAS de Río
Gallegos informaban: “Es importante dejar en claro algo:
el detonante de este conflicto social fueron los
trabajadores docentes. Pero después de un mes de conflicto,
con paro escalonado de más del 90% de acatamiento y
habiendo arrastrado, con la masividad del reclamo, a otros
sectores de estatales, el contenido de la lucha ya no sólo
es salarial: tiene un contenido político" (Socialismo
o Barbarie 99) Esto lo comprendió desde un primer
momento tanto el gobierno nacional como el provincial, que
organizaron, entre otras cosas, una contramarcha, inventando
un supuesto grupo de “padres autoconvocados”, y por otro
lado desplegó las fuerzas de la Gendarmería en escuelas y
calles para amedrentar a los huelguistas.
A
medida que el conflicto docente se extendía más, la
represión iba en aumento. Así, fue quemado un coche de
ADOSAC (Asociación de Docentes de Santa Cruz) y unos días
después arrojaron una molotov contra un gimnasio en donde
se llevaba a cabo una peña para juntar fondos para los
huelguistas. Los activistas eran amenazados por las patotas
y la policía provincial. No obstante, la lucha docente
siguió adelante y cada acción del gobierno provocaba una
reacción mayor por parte de los docentes. Los escraches y
el cerco a la Casa de Gobierno por parte de miles de
manifestantes mostraban la creciente polarización,
tratando, por otro lado, de incorporar a otros sectores de
trabajadores que también se encontraban en medio de
reclamos salariales. “Hay que extender el conflicto a
otros sectores”, nos decía Mónica, delegada de la EGB 67
de la localidad de 28 de Noviembre y militante del MAS (SoB
99).
El
9 de mayo, la policía de Río Gallegos reprime duramente
una marcha de trabajadores municipales. La movilización
precedida de camiones y máquinas municipales es atacada por
la policía con disparos de balas de goma y de plomo. Quince
trabajadores son heridos y se produce una verdadera batalla
campal en el centro de la ciudad. Esto, lejos de intimidar a
los docentes y a la población, provocó su reacción. Una
masiva movilización recorre las calles reclamando la
renuncia del gobernador Sancho y al grito de ¡Que se vayan
todos! El 10 de mayo Sancho dimite y en su reemplazo asume
Daniel Peralta, que se desempeñaba como interventor en los
yacimientos carboníferos de Río Turbio. En este marco, la
dirección de ADOSAC, encabezada por Pedro Muñoz y Mónica
Galván, se trasladó a Buenos Aires convocada por el
ministro de Trabajo para negociar una salida al conflicto,
mientras los docentes mantenían el paro.
La
dirección del sindicato quiso levantar el paro antes de
negociar, pero no lo logró porque las asambleas y el
Congreso Provincial votaron mantener las medidas de fuerza.
Ante la propuesta del gobierno, la dirección de ADOSAC buscó
maniobrar para que los docentes la aprobaran sin conocerla
ni discutirla a fondo. Pero tampoco pudo hacerlo. Los
docentes pasaron a cuarto intermedio para analizar la
propuesta, y ese viernes no sólo fue rechazada sino que
también se pidió la renuncia y castigo de los responsables
de la represión a los municipales y el retiro de la
Gendarmería de las escuelas, que desde ese punto de vista
fue un triunfo. La dirección de ADOSAC siguió trabajando
para que se aceptara la propuesta. Una semana después, el
viernes 25 de mayo, 522 docentes de Río Gallegos
resolvieron por mayoría aceptar la propuesta. La votación
fue de 323 votos a favor de levantar el paro contra 199
votos por continuar con la medida. Esta votación fue
decisiva, ya que a lo largo del conflicto la asamblea de Río
Gallegos fue la principal referencia que tuvieron los
docentes de las seccionales menores.
La
propuesta del gobierno lleva el salario básico de $ 161 a $
500 y quedan por negociar los puntos que aún no cierran en
el convenio. Entre ellos, el pago de los días de huelga de
marzo y el pase del plus por presentismo ($ 250) al básico.
Con la aceptación de la propuesta del gobierno, se cierra
una etapa en la lucha de los docentes para recuperar su
salario básico y la estabilidad laboral. En este sentido, los docentes de Santa Cruz han dado un paso adelante, mediado porque el
logro efectivo sigue siendo insuficiente. Un sector
importante de trabajadores así lo consideró y quería
seguir peleando.
No
podemos confiar ni en Peralta ni en la dirección de ADOSAC
para lograr que se cumpla lo convenido. Desde este punto de
vista, es fundamental mantener las asambleas y el cuerpo de
delegados surgido en la lucha y avanzar en las conclusiones
y enseñanzas que ha dejado una de las luchas más
importantes contra el gobierno de Néstor Kirchner para
volver a la pelea. Los docentes de Santa Cruz con su lucha han
puesto sobre el tapete la dureza y la decisión con que
deben ir armándose los trabajadores de todo el país para
torcerle el brazo al gobierno K.
Oscar
Alba
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