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La
lucha por el derecho al aborto y la libertad de Romina
Tejerina
Kirchner
decide, Romina no
Por
Belén,
Secretaria de Género del Centro de Estudiantes
de Ciencias Sociales, militante de Las Rojas y
Manuel, de la Agrupación Carne Clasista
Dejar que
venga otro y te diga qué tenés qué hacer con tu vida, no
pudiendo hacer lo que querés o necesitás. Incluso esto
llega hasta lo más profundo, lo más íntimo, nuestro
propio cuerpo, tan hondo cala el patriarcado en esta
sociedad capitalista.
Cuesta,
pero el primer paso para intentar entender la realidad es
verla de frente, sin rodeos. Por más duro que sea, es
complicado empezar a hablar del tema sin comenzar por los números:
entre 500 y 800 mujeres mueren por año por abortos
clandestinos. Cada doce horas muere una mujer en Argentina
por no tener derecho a decidir. La violencia que sufrimos día
a día las mujeres se manifiesta de diversas maneras,
algunas más solapadas que otras, pero es en el tema del
aborto donde más se refleja esta violencia.
El
objetivo de la pelea por la legalización del aborto no es
instalar un nuevo método anticonceptivo, sino garantizarnos
el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Sólo una mente
reaccionaria y machista puede pensar que las mujeres
recurriríamos al aborto de forma masiva e indiscriminada si
pudiéramos disponer de nuestros propios cuerpos a nuestro
mejor parecer.
Las
mujeres abortamos hoy en día porque nos quitaron la
libertad de decidir. Poder armar nuestras vidas a nuestra
voluntad, como nosotras querramos, no sólo en el plano
sexual, sino en todos los planos. Poder elegir cuándo
formar una familia, cómo y con quién querramos (si es que
queremos) y poder elegir cuándo, cómo y con quiénes tener
relaciones sexuales.
La
violencia patriarcal nos expropia cotidianamente este
derecho y el capitalismo utiliza esta opresión para
redoblar su explotación. Pero como sistema de dominación
basado en las clases, es sobre nosotras, las mujeres pobres
y trabajadoras, donde cae el peso más pesado. Somos las
proletarias de los proletarios. Somos la vasta mayoría de
las que morimos por abortos clandestinos.
La
superxplotación y flexibilización laboral que sufrimos
como trabajadoras, la falta de posibilidades de tener
perspectivas y proyectos propios, la miseria social
imperante en Argentina “favorecen” el aborto porque
limitan las posibilidades materiales de evitarlo, el acceso
a métodos anticonceptivos y a una educación sexual científica
que nos forme para disfrutar plenamente de nuestra
sexualidad. Así se llega a que hoy en día sean casi
iguales los números de abortos a los de nacimientos.
Kirchner
es responsable de que Romina esté presa
Hace
cuatro años que Romina Tejerina está presa, y lo está
porque no pudo, no supo cómo abortar. Su historia es el
ejemplo más conocido por todo el país de la violencia que
sufren las mujeres jóvenes y pobres. Su caso ha conmovido
al país entero, no con sus lágrimas, que nos llegaron a
todas, sino porque reabrió un debate oculto en la sociedad,
el del aborto. Resume en una experiencia concreta todo un
debate y una necesidad de las mujeres: el derecho al aborto
libre, seguro, legal y gratuito.
¿Qué
es lo que tiene a Romina tras las rejas? ¿Por qué después
de 4 años sigue presa? Kirchner es responsable de que así
sea. Sus aliados en Jujuy la condenaron a prisión, y él no
movió un dedo para evitar que esto no sea así. No tuvo ni
la más mínima consideración, humana, elemental, porque el
gobierno se opone terminantemente a dar el derecho al
aborto, como en reiteradas ocasiones fue afirmado por
distintos funcionarios del gobierno, como el caso de
Cristina Kirchner.
El
gobierno progre, de los “derechos humanos”, que tiene
mayoría automática en el Congreso y en la justicia, no
hizo nada por dejarla en libertad. En estos cuatro años
demostró que su verdadero interés es que Romina se pudra
en la cárcel, porque rompió el mandamiento impuesto de la
maternidad, consagrado con una violación. Y esto es algo
que el gobierno K no está dispuesto a tolerar: el gobierno
prefiere que entre 500 y 800 mujeres mueran por abortos
clandestinos, con tal de no darles este derecho.
Como
es habitual en él, Kirchner disfraza las conquistas de la
lucha popular, como concesiones de su graciosa voluntad. Un
claro ejemplo es la revocación de la sentencia por la Corte
Suprema de Justicia: semanas después del Encuentro Nacional
de Mujeres, votado especialmente hacerlo en Jujuy por Romina,
el gobierno manda a revocar la sentencia de condena, pero en
ningún momento obliga a la corte jujeña a dejarla en
libertad. Así busca Kirchner confundir a los que luchamos
por su libertad.
Kirchner
es responsable de que Romina esté presa y lo haya estado
por cuatro años, es responsable del aborto clandestino y
sus muertes. Es el garante de continuar la expropiación a
la mujer de su derecho a decidir.
Movilicémonos
por la libertad a Romina y el derecho al aborto
Frente
al vínculo entre la lucha por la libertad de Romina y la
lucha por el derecho al aborto, hay dos posiciones
diferentes que desligan ambos temas, haciéndole el juego al
gobierno. Por un lado, el feminismo histórico (que forma
parte de la comisión organizadora del Encuentro Nacional de
Mujeres) no reconoce la lucha por Romina como central a los
problemas de la mujer hoy en día, negándole toda su
importancia. Al mismo tiempo, también se bajan de la lucha
por el derecho al aborto, buscando el camino de menor
resistencia para llegar en cierto momento a hacer oficial su
pasaje al gobierno, como ya lo hizo María José Lubertino.
Por otro lado, el PCR–CCC
(dirección de la campaña por la libertad de Romina)
desliga totalmente la pelea por el derecho al aborto de la
campaña. Su argumento es que hay un sector de la Iglesia
jujeña que está a favor de Romina pero en contra del
aborto. Centran toda la campaña en que Romina genere
suficiente cantidad de lástima como para obtener su
libertad, según lo ven, ganando la misericordia de Fellner
y la Iglesia jujeña. Por esto, privilegian los acuerdos por
arriba, en vez de basarse en la movilización del movimiento
de mujeres; incluso llegando a oponer los primeros al
segundo, como quedó demostrado en el Encuentro en Jujuy.
Ambas posiciones, la del feminismo histórico y del PCR,
quedaron fuera de sintonía con la mayoría de las
activistas que asistieron al Encuentro, que demostraron que
a Jujuy se fue a luchar por la libertad de Romina y por el
derecho al aborto.
Este
23 de febrero es el cuarto aniversario de la encarcelación
de Romina. Cuatro años pasaron y no podemos confiar que
Kirchner la libere por su propia voluntad, ya que por propia
voluntad la mantuvo cuatro años presa. Tampoco podemos
esperar que los acuerdos por arriba con los que fueron cómplices
directos del encarcelamiento con Romina la dejen en
libertad: sólo con nuestra movilización podemos arrancarle
algo a este gobierno. Tenemos que poner la campaña a la
ofensiva, saliendo a mostrar que la libertad de Romina sigue
siendo un reclamo del movimiento de mujeres, junto al
derecho al aborto. Para esto es necesario salir y mostrar el
reclamo más allá de la Casa de Jujuy, donde ocurrieron las
pequeñas actividades que se mantuvieron en Buenos Aires en
los últimos meses por la libertad de Romina. Hay que sacar
la campaña a la luz, a lugares de circulación masiva, como
Callao y Corrientes, y levantar las consignas de libertad a
Romina y aborto libre, seguro, legal y gratuito tanto en el
23 de febrero, como en el próximo 8 de marzo, día
internacional de la mujer trabajadora.
Si
el aborto sería libre, seguro, legal y gratuito, Romina no
estaría presa. Kirchner es responsable de que esto no sea
así.
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