Las
cifras de la inflación
Dibujando
los números
al servicio de la explotación
Por
Rodolfo F. Torres
Respecto
de los “números”, digamos que se explica porque el
gobierno los intenta manipular. El año pasado se largó un
control de precios selectivo para condicionar las paritarias
y fijar un techo del 19%; pero esta estrategia no se puede
repetir por el simple motivo de que el control de precios
sigue vigente y que a todas luces cada vez se evidencia más
como un fracaso. En
todo caso, el “único éxito” del control es dibujar los
números según el deseo oficial.
Pero
en la realidad cotidiana la inflación del año pasado fue
muy superior al anunciado 9,8%.
Por ejemplo, las frutas y verduras tuvieron una
escapada anual del 27.7%
y 25.3% respectivamente; los alquileres subieron un 13.8 %;
la indumentaria subió el 14.5 %; el esparcimiento el 10.7%;
la educación el 19.9%. Por eso a los aumentos conseguidos
el año pasado ya se lo comió la inflación real, la que
sentimos todos los trabajadores en los bolsillos.
Para
este año el gobierno proyectó la inflación, entre el 7 al
11%. Pero según los propios números oficiales, en los últimos
4 meses, la inflación de la canasta básica de alimentos
(el límite de la indigencia o hambre, y la más controlada
por la subsecretaría a cargo de Guillermo Moreno), ya subió
un 8.6%. Anualizando este porcentaje estaríamos en una
inflación superior al 25 %, muy lejos de los dibujos y
mentiras oficiales. Para colmo, si se proyecta sólo enero
(el 2.6%) se estaría cerca de la friolera del 32%. Y el
gobierno y los empresarios nos quieren poner un tope que va
entre el 10 y 16%! ¿Se explica ahora la manipulación de
los datos del INDEC?
Como
si esto fuera poco, comparando el poder adquisitivo promedio
previo a la devaluación (que ya era bajo) con el actual, se
llega a que el sueldo promedio que obtiene el que tiene
empleo, se ubica todavía en un 9.25% por debajo del poder
adquisitivo que tenia en 2001. Se trata de nada menos que
14.3 millones de ocupados que son asalariados,
cuentapropistas o profesionales que en promedio ganan
miserables $ 974 mensuales.
Para
colmo, hay una tremenda diferenciación salarial. Los
trabajadores están muy fragmentados. Según informa el
diario Clarín: “Con la reactivación económica el cambio
no está dado por la mejora salarial de los que ya estaban
ocupados, sino de los desocupados que pasaron a tener un
empleo. En ese lapso, la ocupación pasó de 11.7 millones a
14.3 millones de personas en el tercer trimestre del 2006.
Los
datos oficiales, además,
marcan que entre los ocupados hay una fuerte
diferenciación salarial y de ingresos. Un 30 % –4.3
millones de personas– gana menos de 500 pesos. Otro 40%
percibe entre 500 y 1100 pesos (y aquí esta el grueso de
los trabajadores en blanco). Y en la cúspide, otro 30%,
gana entre 1100 y 3000” (13-1-07). Es decir que al menos
el 70% de los trabajadores gana una miseria, sobre la que se
quiere poner un techo secreto de no más del 16% de aumento.
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