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IV
Congreso del nuevo MAS
Ante
la candidatura presidencial del obispo Lugo
Por
una política de independencia de clase
en Paraguay
Intervención
de Marco Boltes, de Agrupamiento por el Socialismo
(Paraguay)
Al
momento de realizarse el IV Congreso del nuevo MAS y la II
Reunión Internacional de la corriente Socialismo o
Barbarie, el obispo Fernando Lugo aún no había lanzado
formalmente su candidatura presidencial, aunque ya apuntaba
en ese sentido. Este informe analiza el contexto social y
político de ese hecho y plantea la lucha por una
alternativa política independiente de todo sector burgués.
Antes
que nada, un saludo fraterno y revolucionario de parte de
los compañeros de Agrupamiento por el Socialismo de
Paraguay al IV Congreso del nuevo MAS. Este congreso es un
paso importante, no sólo para el MAS, sino para la
construcción de la corriente internacional SoB.
Los
cambios en la situación
Hace
un año, cuando me tocaba dar el informe de Paraguay, hablábamos
mucho de la parte macroeconómica, la situación del
movimiento, así, a rasgos generales, previendo que se
creaban las condiciones para que a mediano o a largo plazo,
Paraguay se transformase en una especie de “campo seco”
donde cualquier chispa iniciaría un incendio. Hoy, a un año
de esa intervención, las cosas dieron un giro y tomaron un
dinamismo de una velocidad a la cual nosotros no estamos
acostumbrados.
Seguramente
habrán oído hablar sobre los acontecimientos del 5 de
diciembre por el juicio de la tragedia del supermercado Ycuá
Bolaños. Pero eso no fue, como decía Marx, “un rayo en
cielo sereno”, sino que fue producto de una acumulación
de hechos en este período corto, que fueron cambiando las
cosas vertiginosamente.
Este
período estuvo marcado por algunos elementos muy
importantes. Uno es que el gobierno de Nicanor, como preveíamos,
iniciaría ataques a la clase trabajadora, realizando
reformas neoliberales tardías. ¿Por qué tardías? Porque
van totalmente desfasadas con respecto al resto de América
latina.
Recortes
al gasto social, flexibilización a la clase trabajadora,
ataques muy duros al campesinado en cuanto al precio de sus
productos, etc. Para eso, el gobierno de Nicanor y la
burguesía utilizan, para tratar los conflictos que tiene
con el movimiento, la mano dura.
Anteriormente
los gobiernos utilizaban más la cooptación de los
dirigentes, los arreglos con las cúpulas, las famosas
“cocinadas” con las direcciones del movimiento. Pero en
el período último empezó a aparecer la famosa
criminalización de la lucha social y de la lucha obrera, la
verdadera imposición de un terrorismo de Estado,
principalmente contra la dirigencia campesina. Eso empezó a
utilizar la burguesía a partir del secuestro y asesinato de
la hija de un ex presidente.[1] Y se utiliza una figura del
derecho penal paraguayo que es la Fiscalía, una especie de
superpoder en el derecho paraguayo. Ni la Policía puede
actuar de oficio, sino un fiscal que le da la autorización.
Entonces tenemos fiscales por todos lados. Persiguiendo a
dirigentes sindicales y campesinos, acusándolos de
cualquier cosa.
El
régimen tiene olor a podrido
[...]
Otro hecho que marca este período es la corrupción
generalizada del régimen. Hemos dicho que en Paraguay había
una especie de dicotomía de la burguesía en su forma de
acumulación: que había una burguesía “normal”, que
explota y acumula por las vías “legales”, y otra
burguesía, muy importante, ligada a lo “ilegal”:
narcotráfico, contrabando, contrabando de armas.
[...]
Dentro del movimiento, la dirección del movimiento
campesino queda muy debilitada y cede su puesto a la clase
obrera ocupada y de la ciudad, principalmente a los sectores
trabajadores vinculados al aparato del Estado. Son los
trabajadores de la salud, de la educación, los empleados públicos
los que toman la vanguardia en la lucha contra las reformas
neoliberales y también contra la corrupción, las
licitaciones fraudulentas, la desaparición de dirigentes
campesinos, la operatividad de aparatos policiales. Es
decir, la lucha democrática.
El
gobierno de Nicanor empezó a promover los Consejos de
Seguridad Ciudadana, que son verdaderos ejércitos
parapoliciales, paramilitares. Están al servicio de
latifundistas y trabajan en estrecha conexión con
narcotraficantes. Entonces en el campo estaba dura la
situación para los dirigentes campesinos. En cambio, en la
ciudad se daba lo contrario al tomar la posta por la lucha
de las cuestiones democráticas por parte de los
trabajadores del Estado.
El
primer hecho que fue uno de los antecedentes de la mini
rebelión del supermercado Bolaños fue el asesinato a
sangre fría de un chico de 11 años que salía de un
partido de fútbol. Entre vecinos, las barras bravas del
equipo de fútbol, los parientes, asaltaron la casa de ese
personaje y lo quisieron linchar. Hubo un enfrentamiento con
la fuerza antimotines.
A
una semana de eso, se trata en la Cámara de Senadores el
presupuesto de gastos de la Nación. Y los médicos,
juntamente con los trabajadores del Estado, los educadores,
los trabajadores de la salud, llaman a movilizarse frente a
las plazas del Congreso para que se apruebe el presupuesto
para el gasto social. A la salud pública se le recortan
alrededor de 31 millones de dólares. A la Universidad
Nacional alrededor de 5 ó 6 millones de dólares, que es prácticamente
dejar a la Universidad sin presupuesto. Tanto es así que
los trabajadores de la salud dicen: “No vamos a entrar en
este presupuesto” y cercan el Congreso, no dejan salir a
ningún diputado ni a ningún funcionario, a nadie, si no se
reveía ese presupuesto, ese recorte. Aparecen estudiantes,
fundamentalmente de la Facultad de Medicina y Filosofía.
Entonces viene la orden de represión, durísima, contra los
trabajadores de la Salud y estudiantes.
[...]
Luego de eso hay un hecho que tiene que ver con la cuestión
de la corrupción generalizada. Un senador muy importante,
Juan Carlos Galaverna, festeja su cumpleaños y realiza un
banquete para 2.500 personas. En ese humilde cumpleaños se
observa a tres miembros de la Corte Suprema de Justicia, a
todos los diputados y senadores del Partido Colorado, a la
mayoría de los fiscales, a la Fiscalía en pleno, a
operadores políticos y varios personajes vinculados al
narcotráfico. El narco estaba en el fondo de la mesa y acá
estaba el presidente de la Corte Suprema de Justicia. Y
Nicanor Frutos sentado al lado del agasajado.
El
régimen se está pudriendo, y de la cabeza. Y la prensa
burguesa también le dio manija a esa cuestión. En ese
contexto, a unos días, finaliza el juicio por el secuestro
y muerte de Cecilia Cubas. A los responsables se los condenó
a 35 años de cárcel, cuando el sistema penal paraguayo
fija como máximo 25 años de cárcel. Pero inventaron la
figura legal de “elementos de extrema peligrosidad”. La
gente queda anonadada.
El
estallido popular por Ycuá Bolaños
Una
semana después resurge el caso Bolaños. Es la muerte en un
incendio de 400 personas en un supermercado, que no murieron
asfixiadas, sino quemadas. Mucha gente se quedó con partes
de sus parientes, y de algunos sólo las cenizas quedaron.
Lo peor del caso es que fue un incendio donde el propietario
del supermercado, que estaba presente, en vez de evacuar a
las personas, ordenó el cierre de las puertas para que
nadie se lleve nada. Obligó a las cajeras a permanecer en
sus puestos y mientras pasaba eso, la gente se quemaba. Él
tuvo tiempo de llamar a alguno de sus empleados, hizo venir
a un auto, se subió hasta las cajas, retiró toda la
recaudación del día, puso a buen recaudo su plata y se
mandó a mudar.
Además
de que no había salida de emergencia, de que el
supermercado era una especie de bomba de tiempo, el hecho es
que el tipo dio la orden de que se cierre, con intención y
premeditación bien clara. Eso fue filmado, fotografiado, se
grabaron las comunicaciones por celular. Teniendo todas esas
pruebas en contra y todo el dolor general por 400 muertes,
los acusados son condenados a 5 años de cárcel, y como ya
estuvieron 2 años durante el proceso, 6 meses más y estarían
libres.
La
gente, como era un juicio público, la gente reaccionó como
debía reaccionar. Ahí los parientes salieron a la calle
llamando a la solidaridad de la ciudadanía en general, y
después la gente sale a las calles de motu proprio.
Hubo enfrentamientos muy fuertes y ahí hay algo para
destacar: ningún partido burgués, grande o pequeño, dijo
una sola palabra. Fue la gente en las calles, los vecinos,
los familiares, gente independiente y la izquierda. Y eso es
algo muy importante, porque la izquierda, de su marginalidad
característica, pasa a tener protagonismo.
Ahora
inventaron una figura jurídica medio extraña: la Fiscalía
recusa a los jueces en plena sentencia. Había que inventar
algo para poder zafar, o si no la burguesía tenía que
admitir que la pueblada era la que mandaba. Se saquearon
supermercados y negocios del barrio que estaban vinculados a
los dueños del supermercado. A partir de ahí la burguesía
hace un frente común. “Muchachos, acá están tocando la
propiedad privada, eso no se hace”, “está bien que
ustedes lloren por sus muertos, pero la propiedad privada no
la toquen”. Ahí se dio un vuelco. La prensa burguesa
empezó a atacar a la izquierda, a los familiares, y la cosa
está en un interregno.
El
ajuste quedó para “mejor momento”
Sobre
el presupuesto general de gastos de la Nación, al día
siguiente la Cámara de Diputados dice: “Se reafirma por
unanimidad el presupuesto”, que no era el presupuesto básico
que fue rechazado por Senadores. Y recomendaba a los
senadores que lo aprobasen en la misma forma, porque la
situación no estaba para rechazar ni hacer recortes del
presupuesto. Eso se tomó como una victoria del movimiento
de trabajadores de la salud y la educación.
Estas
cuestiones que estoy comentando se dan dentro de una situación
superestructural de una crisis de toda la democracia del régimen.
Se hicieron hace poco las elecciones municipales y sólo
hubo un 40% de participación. El Partido Colorado, el
partido burgués más grande, solamente contó con el 20% de
los votos de los afiliados. Eso es una victoria pírrica,
porque el Partido Colorado pudo conservar el principal
municipio pero perdió localidades donde nunca había sido
derrotado.
Monseñor
Lugo: ¿un Evo Morales guaraní?
Aquí
asoma un fenómeno muy interesante que tiene mucho que ver
con los vientos que corren en América latina, que es la
aparición de un obispo de uno de los departamentos más
pobres del Paraguay, con mucha popularidad y aceptación
dentro del campesinado principalmente, Fernando Lugo,
vinculado a la Teología de la Liberación. Como lo define
la prensa burguesa, está más cerca de Chávez y de Evo que
de Kirchner o Tabaré.
El
fenómeno de Lugo está respaldado por movimientos, por
varios partidos de izquierda, por varias agrupaciones
independientes y por un fuerte contingente de la dirección
campesina. Llama a un proyecto de unidad nacional, de
regeneración nacional, en contra de la corrupción. Tiene
un discurso democrático anticorrupción, apuntando a aliar
el Bloque Social [2] donde están las fuerzas de la
izquierda y de los trabajadores, con la burguesía. Y además,
a toda la izquierda, a todos los movimientos, los mete en
problemas, porque tiene elementos bastante sui generis:
al ser un hombre de la Iglesia es atacado por ese lado por
los sectores más reaccionarios de la burguesía. Entonces
vemos personajes de la izquierda defendiendo a sectores
progresistas de la Iglesia.
En
ese contexto, antes de los acontecimientos de Ycuá Bolaños,
estábamos trabajando alrededor de propagandizar sobre la
organización del movimiento que estaba dentro del Bloque
Social, diciendo que monseñor Lugo será muy progresista, o
será muy progresista derrotar al Partido Colorado que lleva
más de 60 años en el poder, pero que no deja de ser un
proyecto burgués, y que lo que necesitamos es una
herramienta independiente de los trabajadores.
Estamos
en medio de un proceso que está empezando, hay muchas
mediaciones. La evolución del Bloque Social no está
cerrada. Dudamos mucho de que con Lugo a la cabeza llegue a
tomar las dimensiones que nosotros proponemos. Lo que puede
ser progresivo es que se forme un Bloque Social independiente
de la burguesía. Pero eso dependerá de qué actitud
tengan hacia Lugo, que es en su mayoría de cederle, de
capitularle.
[...]
Nosotros tuvimos un papel destacado en las últimas marchas
de los trabajadores de la Salud y en el último cierre de
ruta que hicieron los estudiantes de la Universidad Nacional
de Aunción por el recorte universitario, y seguimos
trabajando en el Bloque Social
en la medida en que podemos, propagandizando nuestra
política, por fuera. Nosotros asistimos como invitados;
somos oyentes, no formamos parte del Bloque Social. Y
esperamos la colaboración de los compañeros de la
corriente internacional, la colaboración de los compañeros
del MAS, para ir afilando nuestra política, nuestra forma
de insertarnos más en ese proceso. Justamente ahí está la
gran utilidad y la necesidad de una corriente internacional.
Notas:
1.
Se refiere al secuestro y asesinato de Cecilia Cubas,
atribuido a una organización guevarista llamada Patria
Libre.
2.
Bloque Social: frente único de organizaciones de
masas (de trabajadores y campesinas) y de la mayoría de las
agrupaciones de izquierda no marxistas, que propicia la
candidatura de Monseñor Lugo y rechaza la posibilidad de
llevar adelante una política independiente de todas las
facciones burguesas. El Agrupamiento por el Socialismo
participa de sus reuniones como observador –no como
miembro–, precisamente por ser un ámbito para la batalla
política por una alternativa independiente.
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