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IV
Congreso del nuevo MAS
A
un año de Evo Morales en el gobierno
Informe
de Carla Punkoya y Martín Camacho, de SoB Bolivia
Transcurrido
el primer año de experiencia con el gobierno de Evo Morales
y el MAS, los compañeros de Sob Bolivia hicieron un informe
a modo de resumen político, en el que se distinguen dos períodos
bien diferenciados de la gestión gubernamental, el primer
semestre y el segundo. Presentamos una síntesis de las
intervenciones de los compañeros al IV Congreso del MAS.
En
el primer semestre podemos decir Evo Morales consiguió una
muy buena nota de parte del pueblo boliviano. Ese primer período
estuvo caracterizado por la aplicación de una serie de medidas
más simbólicas que políticas o estructurales, con un discurso
totalmente populista, indigenista y campesinista. Por
ejemplo, se implementó el “Plan de alfabetización”,
destinado principalmente a las zonas rurales y del
Altiplano. Tengamos en cuenta que la población originaria,
sobre todo aymara y quechua, es de cerca del 80%, y con un
alto índice de analfabetismo. Otra campaña implementada
por el gobierno –y auspiciada por Hugo Chávez– fue el
“Plan Operación Milagros”, consistente en una campaña
de operaciones de cataratas. También fue ayudado por Fidel,
quien le aportó el envío de un contingente de médicos
cubanos destinados básicamente a cubrir el área de salud
en las zonas rurales.
De
todos modos, el primer semestre estuvo recorrido por una
serie de contradicciones que saltaban y se acumulaban, pero
aún de manera dispersa y con poco alcance. Un ejemplo
ilustrativo en este sentido es el siguiente: los médicos
bolivianos, frente a la llegada de sus colegas cubanos, con
razón, ponían sobre la mesa las contradicciones que
encerraban las medidas implementadas en salud y decían:
“nosotros no tenemos trabajo en nuestro país, hay 10.000
médicos desocupados, y además la cuestión de salud en
Bolivia no pasa por la ceguera, sino por la desnutrición,
la diarrea y la tuberculosis, por citar sólo algunos
problemas”. A su vez, denunciaban que claramente no se
trataba de los mejores profesionales cubanos, sino de los
que quieren escaparse de la isla en gomones.
Cuando
llega el 1º de mayo, el “regalo” que Evo les hizo a los
trabajadores fue la tramposa nacionalización del gas.
Que, por supuesto, fue vendida a la población como una
parte importante del cumplimiento de la agenda de octubre.
Paralelamente,
en este período el gobierno se dedicó a dividir,
enfrentar y separar a los sindicatos y a las organizaciones
de masas, junto con cooptar a sus dirigentes y dedicarse
a ocupar lugares estratégicos en el gobierno (el caso de
los ministerios y entes estatales importantes como YPFB,
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, y Comibol, la
Corporación Minera de Bolivia). Uno de sus “logros” en
este sentido fue enfrentar la lucha del magisterio por
aumento salarial y reforma educativa con los padres de los
alumnos. De conjunto, durante estos primeros meses el
gobierno tuvo una legitimidad muy grande.
El
ring pasó del Congreso y la Constituyente a las calles
A
partir de la nacionalización empieza a cambiar un poco el
panorama, y en el segundo semestre empezaron las
contradicciones para el gobierno del MAS. Pues luego del
decreto “nacionalizador” había que rever los contratos,
o sea, fijar las nuevas reglas. Fue la primera crisis política
del gobierno, reflejada en la primera crisis de gabinete,
que es cuando se expulsa a Andrés Soliz Rada (el entonces
ministro de Hidrocarburos), representante del ala más
nacionalista del MAS, ya que al interior del propio MAS hay
contradicciones.
Otro
de los puntos centrales de la agenda de octubre era la
Asamblea Constituyente, que se instaló hace seis meses y
finaliza el 6 de agosto del año próximo, pero al día de
hoy continúa totalmente estancada. Ha sido el ring, el
escenario de las disputas entre dos proyectos de país: el
del MAS, basado en el incremento de la participación
estatal (se está discutiendo la refundación de YPFB y la
Comibol) y el de la oposición de derecha de la Bolivia de
hace 20 ó 30 años, la de “Tuto” Quiroga y Doria
Medina. Ellos son la oligarquía, la burguesía con un
proyecto neoliberal puro y duro, pero que se quiere acomodar
a las nuevas reglas del juego sin perder ni un milímetro de
sus privilegios.
El
segundo semestre estuvo caracterizado por el traslado de la
pelea o pulseada entre el gobierno y la derecha a otro
escenario: la medición de fuerzas se movió a las calles.
Por supuesto que el gobierno todavía tiene mucho margen
de maniobra y de legitimidad. Esto nos pone en un
aprieto, porque decir que las reformas impulsadas por el
gobierno de Morales esconden una gran trampa para los
trabajadores significa, para un compañero originario o
campesino, que estás con la derecha. Ese razonamiento es
muy difícil de desenredar.
Pero
la disputa que hoy se ve en las calles, entre el gobierno y
la derecha, refleja la pelea de un gobierno de frente
popular que todavía tiene legitimidad y una derecha que
tiene poco para ofrecer. Por ejemplo, frente a la crisis de
la Asamblea Constituyente, cuando la derecha inicia los
piquetes de huelga de hambre, “en nombre de la democracia
y por el respeto a la Ley de Convocatoria a la
Constituyente”, el propio Morales dijo frente a las cámaras
que “no hacían la huelga por ética, sino por estética”
(por los empresarios con unos cuantos kilos de más).
Huanuni,
la ley agraria y las perspectivas
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En
Huanuni junto a los mineros asalariados
“Llegamos
el mismo día de los enfrentamientos, cuando se
termina el conflicto, por la mañana, con los compañeros
muertos en la mina. La tensión era total, nadie sabía
qué iba a pasar. Al día siguiente siguió todo muy
tenso, había horarios para enterrar a los compañeros.
Se enterraban los cooperativistas a las 3 de la tarde
y a las 4 a los asalariados, todo el mundo estaba a la
expectativa, porque si se encontraban se iban a matar
nuevamente.
“En
realidad, fueron 13 muertos. Como es todo muy
informal, nunca se supo verdaderamente hasta que se
comprobó. De los 13, ocho eran asalariados y cinco
cooperativistas
“A
la semana vamos con los periódicos. Vendimos más de
140 periódicos, y dejamos en un “kiosco”
40 más, que se vendieron en la semana. Fuimos
dos viernes más y vendimos 45 más. En 4 horas vendíamos
40 periódicos. La avidez era total, porque los compañeros
tenían necesidad de procesar lo que había pasado, y
además el gobierno no daba respuestas claras. Fue una
experiencia por un lado tremenda, pero muy impactante
para los compañeros que fuimos a dar la solidaridad a
los mineros”. |
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El
gobierno de entrada favoreció a las cooperativas mineras.
Le dio un diputado al cooperativismo minero y el ex ministro
de Minería. Favor por favor, ya hecha la nacionalización,
los cooperativistas, envalentonados y con el apoyo del
gobierno, van a asaltar a Huanuni, que es la mina más
importante de estaño de Oruro, asalariada, nacionalizada.
Ahí nosotros estuvimos por la defensa incondicional de
los trabajadores mineros asalariados, que heroicamente
se defendieron con un saldo de varios muertos. Al gobierno
le estalló una granada en la mano, y se rompió la alianza
gobierno-cooperativismo. El problema de la minería quedó
en suspenso, pasa para el año que viene.
Por
otro lado la COB renovó a su dirección, encabezada por
Pedro Montes, mucho más conciliadora que la
anterior. Y aquí se pone nuevamente sobre el tapete la
discusión y la necesidad de construir un Instrumento Político
de los Trabajadores. Porque el mismo problema que tenemos
nosotros para discutir una política independiente frente
a Evo lo tienen los sectores más combativos, como los
son el magisterio, los mineros asalariados y la misma COB.
Otro
factor de tensión fue la implementación de la ley INRA
(nueva ley agraria). El discurso es: “Vamos a acabar con
los latifundios y con los terratenientes”. Ahora bien, ¿cómo
se puede acabar con los latifundios y los terratenientes si
lo primero que se va a distribuir son las tierras fiscales?
Porque bien aclaró el gobierno que se respetarán las
tierras “productivas”, o sea, las que cumplan con la
Función Económica y Social (FES). Pues bien, todo el mundo
sabe que la riqueza de los terratenientes se basa en lo muy
productivas que son sus tierras, que por supuesto también
son extensos latifundios. Por otro lado, para su aprobación
en el Congreso, con toda impunidad el MAS pasó la
aplanadora, ya que en Diputados tiene mayoría. Pero al no
contar con mayoría en Senadores, solucionó el problema vía
decreto presidencial.
Este
juego de tensar la cuerda para mejor negociar después, si
bien hoy le permite al gobierno meterse en el bolsillo a la
mayoría de la población, esconde grandes contradicciones.
La primera y principal: ¿qué país va a funcionar? Hoy el
país está totalmente polarizado y los problemas
estructurales de Bolivia continúan intactos, además de
que temas fundamentales como la minería, la refundación de
YPFB y la COMIBOL, la educación, por citar algunos, han
sido pateados para el año que viene, por lo que la
perspectiva para el gobierno es la acumulación de
contradicciones, que seguramente estallarán cuando
comience el año político en el 2007.
Al
cierre de esta edición, los sectores sociales, en
concertación con el gabinete ministerial, las directivas de
las cámaras del Cingreso, la directiva masista de la
Asamblea Constituyente y la dirigencia nacional del MAS
definirán el futuro del gobierno, la Asamblea
Constituyente, el congreso y el modelo de autonomías, entre
otros puntos de importancia, en un encuentro nacional
convocado para el 3, 4 y 5 de enero en Cochabamba.
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