Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 94, 28/12/06
 

 

 

 

 

 

Con la represión, el gobierno interviene la UBA

Escándalo en la Universidad

Por Sergio Revelli

Finalmente, el lunes 18, en una bochornosa sesión, la reaccionaria Asamblea Universitaria sesionó en el Congreso y eligió como rector y vice de la UBA a la fórmula Hallú-Sorín, acordada previamente entre el conjunto de los decanos. Con un megaoperativo policial y violando el derecho a la presencia pública de la Asamblea, el Gobierno fue el principal garante de que las camarillas profesorales sigan en el poder de la universidad y vaciando la educación pública. Con camiones hidrantes, carros de bomberos y más de 500 policías y la Guardia de Infantería, ante el intento de entrar a la Asamblea Universitaria por parte de los estudiantes, la respuesta del Gobierno fue una salvaje represión y 7 detenidos, llegando incluso a abrir causas penales. Con esto queda demostrado el papel del gobierno de los “derechos humanos”: justo el día en que se cumplían tres meses de la desaparición de Jorge Julio López manda al mismo aparato represivo a apalear a los estudiantes.

Desde ya queda planteada la necesaria masificación de la lucha por la democratización de la universidad y contra los planes del Gobierno, porque ahora que pusieron el rector vienen con la CONEAU abajo del brazo.

El PaKto de los DeKanos: dime con quién andas y te diré quien eres

Cuando Alterini era el principal candidato de la mayoría de la Asamblea Universitaria y el movimiento estudiantil, con la FUBA, los Centros de Estudiantes y las corrientes luchadoras salimos a denunciarlo, un grupo de decanos “progres” (entre los que estaba Sorín) salieron a manifestarse, presionados por las circunstancias, contra Alterini y por la democratización de la universidad. La crisis entre las camarillas profesorales se profundizaba, el gobierno de Kirchner no lograba imponer ningún candidato oficialista que ganara como rector y desde el movimiento por la democratización impedíamos las sesiones tanto de la Asamblea Universitaria como del Consejo Superior.

A mediados de año, ya el Gobierno empieza a negociar con sectores del alterinismo: propone a Buzzi como candidato a rector, logrando que el bloque de los decanos progres lo apoye, pero éste no lograba contar con la mayoría, por lo que se vería frustrado este intento de relegitimar el podrido régimen universitario e imponer un rector K.

¿Qué fue lo que hizo que Buzzi no tenga la mayoría de los votos y sí los consiga Hallú, cuando no hay diferencias sustanciales entre ellos y los dos responden a Kirchner? La respuesta es una sola y se resume al rol que juega la propia Franja Morada en el nuevo reparto del botín de la UBA. ¿No se venía una administración progresista? Para nada; veamos cómo queda la repartija. El rector y vicerrector se referencian en el gobierno nacional. Las caras visibles de la UBA pasan a ser kirchneristas. Pero como a la Franja la dejaron sin el máximo sillón, le asignaron las muy tentadoras Secretarías General, de Hacienda y Extensión. Esto significa que la caja de la UBA, es decir, los fondos presupuestarios y los convenios de trabajo con empresas o entidades públicas, queda en manos de los radicales, una oferta no poco tentadora. El paquete para la Franja cierra al quedarse también con la Secretaría de Ciencia y Técnica, obteniendo así cuatro cargos fundamentales en la gestión de la UBA. El bloque progresista, aparte de quedarse con los cargos máximos del rectorado, completaría su negocio con dos secretarías mas, la Académica y una a crearse. Queda en evidencia que los pilares de la nueva gestión quedan en manos de los sectores alterinistas, con lo cual a la consigna que se llegó a escuchar de “no pactar con el alterinismo”, por parte de los progresistas, se la llevó el viento. El gobierno con esto no sólo tuvo que transar con la derecha, sino que tuvo que darle un rol protagónico en la “UBA progre”.

Un nuevo escenario para el año que viene

Algunos elementos de la nueva gestión ya los expresó el reaccionario Hallú apenas fue votado. En líneas generales podemos decir que, aunque lo haya logrado a través de un pacto con la Franja, el gobierno de Kirchner impuso el rector, y va a hacer política con el primer “rector peronista”. Éste, a su vez llega con los límites que le impone la vanguardia tanto al Consejo Superior como la Asamblea Universitaria, agarrando el cargo en el marco de un descrédito político feroz, en el que se combina tanto la sesión bochornosa que lo impuso como el proceso de lucha que desgastó a la Asamblea Universitaria propiamente dicha. Para el “gobierno de los derechos humanos” no hay nada más contradictorio que tener a su rector gracias a un megaoperativo policial y reprimiendo estudiantes, lo cual le trae un costo político muy alto.

A su vez, por boca de Hallu se evidenció un fuerte ataque hacia la vanguardia del movimiento estudiantil, llegando a llamarla “grupo de delincuentes”. Esto habla de una derechización que puede desembocar en una campaña contra la FUBA, los Centros combativos y la izquierda en general. También quedan claros los planes políticos para el año que viene, ya que Hallú fue quien avanzó con la LES en la Facultad de Veterinaria y es uno de los voceros de la acreditación en la CONEAU de varias carreras de grado de la UBA. Respecto a la democratización, plantea una convocatoria de reforma de los estatutos para julio, dejando en claro que su intención no es siquiera aumentar la representación estudiantil, sino que buscará una reforma cosmética para que parezca democratizada.

Con esto queda en evidencia que la nueva gestión va a ser, y no sólo desde un punto de vista formal, la correa de transmisión de la política de Kirchner-Filmus.

El rol de la vanguardia

En primer lugar, hay que hacer una lectura precisa del escenario político a partir de la imposición de Hallú como rector. A pesar de que fue una sesión absolutamente trucha, bajo custodia policial y en el marco de una represión en las puertas del Congreso, el hecho de que hayan elegido al rector es un retroceso. Pero no se puede obviar que este avance de las camarillas está plagado de elementos contradictorios. En primer lugar, una crisis objetiva presupuestaria, edilicia, de falta de salarios y de deslegitimación política que pone a la nueva gestión a la defensiva. En segundo lugar, la gran lucha que da la vanguardia, a la que no pueden reventar desde arriba, es un elemento muy importante en la política universitaria.

Esto pone sobre la mesa un desafío enorme para el movimiento estudiantil: luchar a brazo partido contra el Consejo Superior y el Rectorado, contra los planes de la CONEAU y privatizadores, por el desprocesamiento de los compañeros estudiantes luchadores y para avanzar en la lucha por la democratización, que tiene que pasar a ser una bandera de lucha permanente.

Es necesario tener una política audaz para derrotar a los planes de Kirchner-Filmus-Hallú. La primera tarea es hacer asambleas en todas las facultades e interfacultades para discutir el balance de lo que sucedió todo este año y masificar al movimiento para estar en condiciones de armar un plan de lucha que le tuerza el brazo a la política del gobierno e imponga nuestras demandas.