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Con
la represión, el gobierno interviene la UBA
Escándalo
en la Universidad
Por
Sergio Revelli
Finalmente,
el lunes 18, en una bochornosa sesión, la reaccionaria
Asamblea Universitaria sesionó en el Congreso y eligió
como rector y vice de la UBA a la fórmula Hallú-Sorín,
acordada previamente entre el conjunto de los decanos. Con
un megaoperativo policial y violando el derecho a la
presencia pública de la Asamblea, el Gobierno fue el
principal garante de que las camarillas profesorales
sigan en el poder de la universidad y vaciando la
educación pública. Con camiones hidrantes, carros de
bomberos y más de 500 policías y la Guardia de Infantería,
ante el intento de entrar a la Asamblea Universitaria por
parte de los estudiantes, la respuesta del Gobierno fue una
salvaje represión y 7 detenidos, llegando incluso a abrir
causas penales. Con esto queda demostrado el papel del
gobierno de los “derechos humanos”: justo el día en que
se cumplían tres meses de la desaparición de Jorge Julio López
manda al mismo aparato represivo a apalear a los
estudiantes.
Desde
ya queda planteada la necesaria masificación de la lucha
por la democratización de la universidad y contra los
planes del Gobierno, porque ahora que pusieron el rector
vienen con la CONEAU abajo del brazo.
El
PaKto de los DeKanos: dime con quién andas y te diré quien
eres
Cuando
Alterini era el principal candidato de la mayoría de la
Asamblea Universitaria y el movimiento estudiantil, con la
FUBA, los Centros de Estudiantes y las corrientes luchadoras
salimos a denunciarlo, un grupo de decanos “progres”
(entre los que estaba Sorín) salieron a manifestarse,
presionados por las circunstancias, contra Alterini y por la
democratización de la universidad. La crisis entre las
camarillas profesorales se profundizaba, el gobierno de
Kirchner no lograba imponer ningún candidato oficialista
que ganara como rector y desde el movimiento por la
democratización impedíamos las sesiones tanto de la
Asamblea Universitaria como del Consejo Superior.
A
mediados de año, ya el Gobierno empieza a negociar con
sectores del alterinismo: propone a Buzzi como candidato a
rector, logrando que el bloque de los decanos progres lo
apoye, pero éste no lograba contar con la mayoría, por lo
que se vería frustrado este intento de relegitimar el
podrido régimen universitario e imponer un rector K.
¿Qué
fue lo que hizo que Buzzi no tenga la mayoría de los votos
y sí los consiga Hallú, cuando no hay diferencias
sustanciales entre ellos y los dos responden a Kirchner? La
respuesta es una sola y se resume al rol que juega la propia
Franja Morada en el nuevo reparto del botín de la UBA. ¿No
se venía una administración progresista? Para nada; veamos
cómo queda la repartija. El rector y vicerrector se
referencian en el gobierno nacional. Las caras visibles de
la UBA pasan a ser kirchneristas. Pero como a la Franja la
dejaron sin el máximo sillón, le asignaron las muy
tentadoras Secretarías General, de Hacienda y Extensión.
Esto significa que la caja de la UBA, es decir, los
fondos presupuestarios y los convenios de trabajo con
empresas o entidades públicas, queda en manos de los
radicales, una oferta no poco tentadora. El paquete para
la Franja cierra al quedarse también con la Secretaría de
Ciencia y Técnica, obteniendo así cuatro cargos
fundamentales en la gestión de la UBA. El bloque
progresista, aparte de quedarse con los cargos máximos del
rectorado, completaría su negocio con dos secretarías mas,
la Académica y una a crearse. Queda en evidencia que los
pilares de la nueva gestión quedan en manos de los sectores
alterinistas, con lo cual a la consigna que se llegó a
escuchar de “no pactar con el alterinismo”, por parte de
los progresistas, se la llevó el viento. El gobierno con
esto no sólo tuvo que transar con la derecha, sino que tuvo
que darle un rol protagónico en la “UBA progre”.
Un
nuevo escenario para el año que viene
Algunos
elementos de la nueva gestión ya los expresó el
reaccionario Hallú apenas fue votado. En líneas generales
podemos decir que, aunque lo haya logrado a través de un
pacto con la Franja, el gobierno de Kirchner impuso el
rector, y va a hacer política con el primer “rector
peronista”. Éste, a su vez llega con los límites que le
impone la vanguardia tanto al Consejo Superior como la
Asamblea Universitaria, agarrando el cargo en el marco de un
descrédito político feroz, en el que se combina tanto la
sesión bochornosa que lo impuso como el proceso de lucha
que desgastó a la Asamblea Universitaria propiamente dicha.
Para el “gobierno de los derechos humanos” no hay nada más
contradictorio que tener a su rector gracias a un
megaoperativo policial y reprimiendo estudiantes, lo cual le
trae un costo político muy alto.
A
su vez, por boca de Hallu se evidenció un fuerte ataque
hacia la vanguardia del movimiento estudiantil, llegando a
llamarla “grupo de delincuentes”. Esto habla de una
derechización que puede desembocar en una campaña contra
la FUBA, los Centros combativos y la izquierda en general.
También quedan claros los planes políticos para el año
que viene, ya que Hallú fue quien avanzó con la LES en la
Facultad de Veterinaria y es uno de los voceros de la
acreditación en la CONEAU de varias carreras de grado de la
UBA. Respecto a la democratización, plantea una
convocatoria de reforma de los estatutos para julio, dejando
en claro que su intención no es siquiera aumentar la
representación estudiantil, sino que buscará una reforma
cosmética para que parezca democratizada.
Con
esto queda en evidencia que la nueva gestión va a ser, y no
sólo desde un punto de vista formal, la correa de transmisión
de la política de Kirchner-Filmus.
El
rol de la vanguardia
En
primer lugar, hay que hacer una lectura precisa del
escenario político a partir de la imposición de Hallú
como rector. A pesar de que fue una sesión absolutamente
trucha, bajo custodia policial y en el marco de una represión
en las puertas del Congreso, el hecho de que hayan elegido
al rector es un retroceso. Pero no se puede obviar que este
avance de las camarillas está plagado de elementos
contradictorios. En primer lugar, una crisis objetiva
presupuestaria, edilicia, de falta de salarios y de
deslegitimación política que pone a la nueva gestión a la
defensiva. En segundo lugar, la gran lucha que da la
vanguardia, a la que no pueden reventar desde arriba, es un
elemento muy importante en la política universitaria.
Esto
pone sobre la mesa un desafío enorme para el movimiento
estudiantil: luchar a brazo partido contra el Consejo
Superior y el Rectorado, contra los planes de la CONEAU y
privatizadores, por el desprocesamiento de los compañeros
estudiantes luchadores y para avanzar en la lucha por la
democratización, que tiene que pasar a ser una bandera de
lucha permanente.
Es
necesario tener una política audaz para derrotar a los
planes de Kirchner-Filmus-Hallú. La primera tarea es hacer
asambleas en todas las facultades e interfacultades para
discutir el balance de lo que sucedió todo este año y
masificar al movimiento para estar en condiciones de armar
un plan de lucha que le tuerza el brazo a la política del
gobierno e imponga nuestras demandas.
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