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Autopartista
de Lanús
Se
caldean los ánimos
Es
evidente que las estadísticas del gobierno estan hechas a
medida y sirven para justificar los topes miserables para
los aumentos salariales. Mientras tanto, el costo de vida
real sube casi tanto como las ganancias empresarias.
Publicamos esta nota como ejemplo de una situación
que se repite en muchisimos lugares de trabajo y que
probablemente desencadene una ola de conflictos el próximo
año
Corresponsal.-
En octubre pasado una metalúrgica Autopartista de Lanús
despidió a 7 operarios en el lapso de una semana y
amenazaba con más despidos para noviembre, argumentando una
reestructuración en la producción por una baja en las
ventas. Esta medida se venía anunciando por lo bajo,
generando incertidumbre y preocupación. Aunque la producción
se venía desarrollando con relativa normalidad, no se
consideró por parte de los delegados tomar ninguna medida
en solidaridad con los cesanteados. Optaron por el silencio,
y así avalaron el accionar de la empresa, dando por válidos
los motivos de los despidos.
Lamentablemente,
los compañeros no están preparados para enfrentar estos
avances de la patronal, que prepara el terreno para encarar
el 2007 con aprietes y despidos pero con aumento de la
productividad. Por esto es necesario resaltar algunas
cuestiones que sucedieron en los últimos tiempos, para
saber dónde estamos parados.
A
fines del 2005, el presidente de la empresa anuncia que ése
había sido un “gran año”, ya que se llegaron a récords
de producción y ventas, y nos invitaba a encarar el año
siguiente renovando esfuerzos, y bla, bla, bla. Ahora, a
fines del 2006 por un “problema de ventas”, despide una
tanda de trabajadores y nadie los defiende.
Este
año se generaron algunos desfasajes entre producción y
ventas, pero esto fue debido al crecimiento de la empresa,
que adquirió un nuevo depósito e implementó un nuevo
sistema informático, que incluía métodos como el just in
time, Kan Ban, etc., que concretamente sirven para optimizar
la producción y eliminar puestos de trabajo. Está claro
que si el año pasado la empresa ganó mucho dinero y en éste
hace inversiones, no está pasando por ninguna crisis. En
cambio, nuestro puesto de trabajo está en peligro y, al
igual que el año anterior, nuestro salario sigue estando
muy por debajo del costo de la canasta familiar, que según
el INDEC es de $2500.
A
fines de noviembre, en una reunión con los delegados, la
empresa anuncia que no va a despedir a ningún operario y
que se mantendrá el mismo plantel hasta el año próximo,
ya que hay buenas perspectivas de crecimiento, las ventas se
están recuperando, etc.
Pero
uno de los puntos de la reunión era discutir el pago de la
bonificación extraordinaria que se percibe a fin de año,
que es una suma de dinero en tickets canasta. Este año se
pagarían sólo $150, a diferencia de los $250 del año
pasado. Los delegados rechazaron esta propuesta, ya que
consideraron que al menos deberían pagar lo mismo que el año
anterior. Esto fue avalado por los compañeros de base en
una reunión, pero además se habló de algo más
importante: no permitir a la empresa ningún avance en lo
que respecta a productividad. Incluso
se planteó la posibilidad de “tomar una medida de
fuerza” en un hipotético conflicto. A pesar de que se está
discutiendo una diferencia de dinero muy pequeña, esto
puede preparar el camino hacia otros reclamos que se vienen
planteando en los últimos tiempos: pago de categorías,
mejora de las condiciones laborales, aumento de tickets,
etc.
Para
calmar la cosa, la empresa ofreció un asado “sin
cargo” en el comedor de la planta, lo que empeoró los ánimos,
ya que los compañeros lo tomaron como una burla y también
fue rechazado. Por primera vez desde hace mucho tiempo en
este lugar se están comenzando a ver gestos de
disconformidad, y seguramente se transformarán en luchas
reivindicativas. Sorpresivamente, la iniciaron los delegados
que hicieron la vista gorda a los despidos de octubre. Difícilmente
en lo que queda de este año haya novedades, pero al
regresar a las tareas luego del receso vacacional de enero,
debemos retomar la conversación que tuvimos para ganarle de
mano a la patronal, que proyecta ganancias millonarias a
cambio de trabajadores descartables.
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