Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 94, 28/12/06
 

 

 

 

 

 

Autopartista de Lanús

Se caldean los ánimos

Es evidente que las estadísticas del gobierno estan hechas a medida y sirven para justificar los topes miserables para los aumentos salariales. Mientras tanto, el costo de vida real sube casi tanto como las ganancias empresarias.  Publicamos esta nota como ejemplo de una situación que se repite en muchisimos lugares de trabajo y que probablemente desencadene una ola de conflictos el próximo año

Corresponsal.- En octubre pasado una metalúrgica Autopartista de Lanús despidió a 7 operarios en el lapso de una semana y amenazaba con más despidos para noviembre, argumentando una reestructuración en la producción por una baja en las ventas. Esta medida se venía anunciando por lo bajo, generando incertidumbre y preocupación. Aunque la producción se venía desarrollando con relativa normalidad, no se consideró por parte de los delegados tomar ninguna medida en solidaridad con los cesanteados. Optaron por el silencio, y así avalaron el accionar de la empresa, dando por válidos los motivos de los despidos.

Lamentablemente, los compañeros no están preparados para enfrentar estos avances de la patronal, que prepara el terreno para encarar el 2007 con aprietes y despidos pero con aumento de la productividad. Por esto es necesario resaltar algunas cuestiones que sucedieron en los últimos tiempos, para saber dónde estamos parados.

A fines del 2005, el presidente de la empresa anuncia que ése había sido un “gran año”, ya que se llegaron a récords de producción y ventas, y nos invitaba a encarar el año siguiente renovando esfuerzos, y bla, bla, bla. Ahora, a fines del 2006 por un “problema de ventas”, despide una tanda de trabajadores y nadie los defiende.

Este año se generaron algunos desfasajes entre producción y ventas, pero esto fue debido al crecimiento de la empresa, que adquirió un nuevo depósito e implementó un nuevo sistema informático, que incluía métodos como el just in time, Kan Ban, etc., que concretamente sirven para optimizar la producción y eliminar puestos de trabajo. Está claro que si el año pasado la empresa ganó mucho dinero y en éste hace inversiones, no está pasando por ninguna crisis. En cambio, nuestro puesto de trabajo está en peligro y, al igual que el año anterior, nuestro salario sigue estando muy por debajo del costo de la canasta familiar, que según el INDEC es de $2500.

A fines de noviembre, en una reunión con los delegados, la empresa anuncia que no va a despedir a ningún operario y que se mantendrá el mismo plantel hasta el año próximo, ya que hay buenas perspectivas de crecimiento, las ventas se están recuperando, etc.

Pero uno de los puntos de la reunión era discutir el pago de la bonificación extraordinaria que se percibe a fin de año, que es una suma de dinero en tickets canasta. Este año se pagarían sólo $150, a diferencia de los $250 del año pasado. Los delegados rechazaron esta propuesta, ya que consideraron que al menos deberían pagar lo mismo que el año anterior. Esto fue avalado por los compañeros de base en una reunión, pero además se habló de algo más importante: no permitir a la empresa ningún avance en lo que respecta a productividad.  Incluso se planteó la posibilidad de “tomar una medida de fuerza” en un hipotético conflicto. A pesar de que se está discutiendo una diferencia de dinero muy pequeña, esto puede preparar el camino hacia otros reclamos que se vienen planteando en los últimos tiempos: pago de categorías, mejora de las condiciones laborales, aumento de tickets, etc.

Para calmar la cosa, la empresa ofreció un asado “sin cargo” en el comedor de la planta, lo que empeoró los ánimos, ya que los compañeros lo tomaron como una burla y también fue rechazado. Por primera vez desde hace mucho tiempo en este lugar se están comenzando a ver gestos de disconformidad, y seguramente se transformarán en luchas reivindicativas. Sorpresivamente, la iniciaron los delegados que hicieron la vista gorda a los despidos de octubre. Difícilmente en lo que queda de este año haya novedades, pero al regresar a las tareas luego del receso vacacional de enero, debemos retomar la conversación que tuvimos para ganarle de mano a la patronal, que proyecta ganancias millonarias a cambio de trabajadores descartables.