Carne
de cañón para Afganistán
El
SU traiciona al socialismo revolucionario y
a los trabajadores de Italia
La
bancarrota de EEUU en sus aventuras colonial-petroleras se
ha ido agravando en los últimos meses. Junto al desastre en
Iraq y la derrota de Israel en Líbano, la situación en
Afganistán ha venido empeorando. El ascenso de la
resistencia ha puesto en crisis a las tropas de ocupación y
al gobierno títere de Kabul. Y EEUU no puede enviar
refuerzos porque está desbordado en Iraq. Así, el gobierno
de Bush viene haciendo presiones desesperadas sobre sus
socios europeos de la OTAN para que envíen más “carne de
cañón” a Afganistán y/o mantengan las tropas que tienen
allí. Uno de los que han cumplido los deseos de Washington
es el gobierno de “centro-izquierda” de Romano Prodi de
Italia.
Hasta aquí,
nada nuevo bajo el sol. Pero, en este caso, se produjo un
hecho inusitado y escandaloso, que debe ser mundialmente
denunciado. En las cámaras, cuando se debatió el tema de
las tropas de Afganistán, también votaron a favor algunos
parlamentarios que se dicen de la “Cuarta
Internacional”.
El gobierno
de “centro-izquierda” presidido por Romano Prodi es una
coalición en la que participa el partido Rifondazione
Comunista. Una de las corrientes de Rifondazione está
integrada por la sección en Italia del llamado Secretariado
Unificado de la Cuarta Internacional. Se trata de una
antigua corriente del trotskismo europeo, cuya principal
organización es hoy la LCR (Liga Comunista Revolucionaria)
de Francia.
El hecho
escandaloso, que configura una traición inexcusable, es que
parlamentarios de Rifondazione que pertenecen a esa
corriente acataron la disciplina del bloque y votaron a
favor de las tropas para Afganistán. Y doblemente grave es
que, sin sus votos, esa moción hubiese perdido. Lógicamente,
este escándalo ha tenido amplia repercusión en Italia
–donde existe un fuerte movimiento antiguerra que fue
decisivo para la derrota de Berlusconi y el triunfo de Prodi–
y también en la izquierda anticapitalista del resto de
Europa.
Los
argumentos de por qué, oponiéndose verbalmente a la
guerra, capitularon de esa manera, son particularmente
aleccionadores: Prodi había convertido lo de Afganistán en
una “moción de confianza”, lo que significa –en el régimen
parlamentario italiano– que si perdía la votación, caía
el gabinete y debía llamarse a nuevas elecciones. Por
supuesto, ¿qué son la ocupación colonial de Afganistán,
las torturas y matanzas diarias, incluyendo las muertes de
soldados italianos, comparadas con el gravísimo peligro de
perder los sillones de diputados o senadores en unas nuevas
elecciones?[1]
El
argumento con el que esta gente pretende defender lo
indefendible –haber votado en un parlamento imperialista a
favor de una guerra colonial– los enloda más aún. Prodi
los chantajeó de esa manera porque sabía que iban a doblar
la rodillas. ¿Por qué no le devolvieron el chantaje,
anunciando públicamente que Prodi sería responsable de la
caída del gobierno, por traicionar el mandato de la mayoría
de los trabajadores y el pueblo italiano que votó contra la
participación en la guerras de Bush a las que se había
asociado Berlusconi?
Por último,
digamos que, para los socialistas revolucionarios y
trotskistas, este triste episodio trasciende los marcos de
Italia. Es otra anécdota de una corriente que, desde su
habitual oportunismo, salta a veces a cosas mucho más
graves. Es que lo sucedido en Italia es en esencia lo mismo
que ocurrió en Brasil. Esta corriente, conocida allí como
Democracia Socialista del PT, terminó integrando con
ministros el gobierno de Lula, y hoy uno de sus dirigentes,
Raúl Pont, es secretario general del PT. Es decir, se han
integrado tranquilamente a un gobierno y un partido al
servicio total del capitalismo y corruptos hasta la médula.
Nota:
1.
“Afghanistan: 6 mesi per decidere”, en
www.sinistracritica.org
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