Socialismo o Barbarie, periódico, Nº 86, 31/08/06
 

 

 

 

 

 

Venezuela hoy

Cierta tristeza y preocupación

Por Flor Beltrán
Desde Caracas, para Socialismo o Barbarie, 10/08/06

La compañera de Socialismo o Barbarie Internacional nos escribe desde Venezuela describiendo elementos de la realidad política de ese país que contrasta con la pintura puramente apologética que se hace del proceso venezolano, del gobierno de Chávez y del chavismo. Se remarca, por el contrario, la posibilidad concreta y la necesidad ineludible de construir una herramienta política de la clase trabajadora totalmente independiente del chavismo, que hoy está en plena campaña reeleccionista.

Chávez ha tenido el coraje de amenazar a Israel con la ruptura de relaciones diplomáticas, gesto que ha causado satisfacción a todos los pueblos víctimas de los ataques imperialistas. Pero en su propio país Chávez dirige un capitalismo nacionalista, antineoliberal, pero capitalismo al fin... y los pobres pagan el precio.

En Caracas reina tristeza y preocupación: es el congelamiento o reabsorción de un proceso revolucionario que no cumplió sus promesas. Si bien se anuncian grandes proyectos de obras públicas (gasoductos, metros, trenes, autopistas) la situación del pueblo ha mejorado poco desde 2004. A pesar de las misiones, a través de las cuales la salud y la educación llegaron a la mayoría de la población, la inflación alcanza el 25% este año, lo mismo que el año pasado, sobre todo en alimentos y medicinas. Esto se refleja en las caras de los venezolanos de angustia y tristeza; se ha perdido el buen humor y el optimismo de los años anteriores. Naturalmente, los salarios no siguen este ritmo, la situación es desesperante para los desempleados, trabajadores informales, ancianos, mujeres solas, etc. Los abuelos deben gastar por lo menos el cuarto de su pensión en medicinas para paliar los achaques de la edad.

La inflación hace que el salario de los trabajadores sea bajo para asegurar las ganancias de los capitalistas y el estado. Las industrias agroalimentarias, el sector comercial y los bancos pueden obtener dólares baratos cuando quieren. También gana el estado con el IVA, impuesto al consumo, que aumenta con los precios.

Hay un automóvil “popular” que cuesta 20 millones de bolívares, asequible para los que gozan de un empleo que les permita solicitar un crédito. Y mientras Chávez continúa alabando las virtudes cristianas de la pobreza, vemos surgir nuevas mansiones, y en las calles se pasean Mercedes y BMWs. Chávez llama a los capitalistas a invertir mientras dice construir el socialismo del siglo XXI en el mismo programa de televisión. Abajo, en la esquina algunos chicos registran las bolsas de basura. Se ven personas en la miseria, jóvenes, adultos, mujeres. Los robos de bolsos ocurren por miles todos los días, en los fines de semana hay de 20 a 40 asesinatos por robos, problemas de drogas o violencia contra la mujer.

Es muy difícil conseguir vivienda hasta para la “clase media”, con la sola salida de mudarse a zonas alejadas de las ciudades, en la provincia, sin servicios como transporte y comercios, propios de una ciudad normal. Y se sigue pagando el 25% de los recursos del país a los bancos los países industrializados por concepto de deuda externa.

A la gente le queda el empleo “informal”:

“La economía crece en 9,6%, y sin embargo entre junio 2005 y junio de este año la cantidad de personas empleadas en el sector formal sólo se incrementa en 275.839, una magnitud deficiente ante los 400.000 jóvenes que cada año ingresan al mercado laboral. La inversión existe donde hay inversiones publicas y la inyección de capitales privados fue de tan sólo 9% del total nacional, de 18% del PIB. Sólo 519 millones de dólares de utilidades provenientes del sector privado fueron reinvertidas en el aparato productivo, de acuerdo al propio BCV. La reinversión en las industrias sólo creció en un 10%.

“Las empresas aumentan sus ventas, el gasto público aumenta en forma agigantada y el PIB registra aumentos anuales sostenidos, pero ¿dónde está el empleo? Pero agreguemos un dato más: en 2005 el PIB creció en 9,3 % y la cantidad de trabajo en 0,35%. En 2004, el PIB creció un 17,8% y el empleo un 5%, es decir, no hay proporción.

“Para que el empleo crezca, es necesario que se aumente la inversión en nuevas plantas, máquinas y equipos que requieren mayor número de trabajadores. La burguesía ha optado por hacer pocas inversiones, el país no puede continuar en la caída de la producción nacional y la mengua del empleo. Como muestra de esta grave crisis es tal que las importaciones en 2005 fueron de 23.000 millones de dólares, el nivel más elevado en los últimos años”.[1]

Un “proceso” para tranquilizar a los luchadores

Se ha neutralizado a los organizadores de los círculos bolivarianos, a los luchadores de los barrios, a las mujeres que exigían igualdad, dándoles puestos burocráticos en la administración y ocupándolos en un papeleo infernal.

En la armazón de los listados para ayudar a las madres en “pobreza extrema” hay preferencias y funciona el “amiguismo”, como en casi todos los planes “misiones”: vivienda, trabajo, etc. Hasta los pollos de Mercal [2] son vendidos a los amigos y la familia en primer lugar. Industrias Polar, que controla un importante sector de la manufactura alimentaría de Venezuela y que jugó un rol fundamental en los sucesos fascistas de 2002 y 2003, es actualmente uno de los principales proveedores de Mercal.

Y mientras se trata con rigor a los empleados públicos que ganan el salario mínimo (475.000 bolívares más un bono “alimentación” de casi la misma cantidad, pero que no es salario y no pasa a las jubilaciones), la canasta familiar es de 1.750.000 bolívares para 4 personas. Se los amenaza con despidos por enfermarse o llegar tarde, se les impiden hacer demandas salariales hasta después de las elecciones porque hay que garantizar los “10 millones de votos”, mientras los bancos hacen enormes ganancias, por ejemplo, con la compra de bonos argentinos (en dólares), que venden en el mercado negro.

Ahora el gobierno promete pagar deudas a los empleados públicos y los aguinaldos de diciembre. Así calmará a los trabajadores justo antes de las elecciones, pero será un alivio pasajero. Todo este dinero terminará en los bolsillos de los capitalistas, que pueden comprar dólares a través de las acciones de la Cantv, por ejemplo, al precio oficial, y obtener los preciados billetes verdes en su próximo viaje a Miami, donde los depositarán en sus cuentas en la banca imperialista.

Chávez amenaza a los terratenientes con expropiación de las propiedades, pero los asesinatos de dirigentes y familias campesinas continúan impunemente. Los industriales crean escasez de productos básicos como azúcar, café, harina para crear descontento y aumentar los precios. El gobierno se hace el ciego para no molestar a los capitalistas.

“Por otro lado, además del temor de clase de la oligarquía nacional y de la inquietud del imperialismo, sabemos que el plan contrarrevolucionario sigue su marcha, y que un pilar fundamental es el debilitamiento de la economía nacional. Los ingresos extraordinarios petroleros han frustrado y amortiguado en buena forma el plan de saboteo a la economía nacional, pero a qué precio, al de estar invirtiendo miles de millones de dólares en importaciones. Una real locura que no puede continuar.

“Visto el análisis económico anterior, resulta absurdo que el Estado esté invirtiendo millonarias sumas en importaciones, millones de dólares para subsidiar a los banqueros con bonos a alto interés para retener la masa monetaria en las bóvedas, mientras la economía real está en grave crisis, sólo que disimulada en una burbuja. Si queremos hacer la Revolución, deberíamos expropiar a los capitalistas e invertir todos esos recursos en capitalizar al aparato productivo tras siete años de saboteo de la oligarquía; se produciría en corto plazo en las nuevas empresas nacionalizadas bajo control obrero un crecimiento espectacular del empleo, de la productividad nacional y una caída en las importaciones, con lo que se podría a su vez invertir más en la educación y en la salud del pueblo, además que aumentaría la conciencia de clase del trabajador venezolano, convirtiéndolo ahora sí en vanguardia del proceso revolucionario”.[3]

Resistencia de los trabajadores

En la última marcha del sector autónomo de la UNT, el 19 de julio, convocada por Orlando Chirino y otros dirigentes por la renegociación de los contratos laborales, hasta los buhoneros (vendedores informales) desfilaron por primera vez pidiendo el derecho a trabajar (el gobierno pretende instalar un “día de parada” para “limpiar” las calles).

La resistencia de obreros y empleados va en aumento. Cada día estallan nuevos conflictos, aunque se responsabiliza a algún personaje del gobierno o la empresa privada, no directamente a Chávez (hay muchos que creen que él está en una burbuja, protegido por vividores que no le dejan conocer la situación del pueblo). Ya los trabajadores del sector eléctrico obtuvieron una victoria cuando amenazaron con ir a la huelga. Lograron 600.000 bolívares de aumento mensual, entre otros ingresos previstos en el contrato.

También han aumentado las ocupaciones de terrenos, familias en la miseria han sido desalojadas, a veces violentamente, por la guardia nacional. Los damnificados, que se han quedado sin vivienda por las lluvias, manifiestan frecuentemente exigiendo vivienda.

Una oposición verdaderamente clasista y popular tiene las puertas abiertas y una audiencia ávida. El pueblo es el que salvó a Chávez en el golpe del 2002 y fue la clase trabajadora el héroe que salvó al país del paro sabotaje de la burguesía y el imperialismo. Ahora cualquiera entiende que sólo los trabajadores y el pueblo organizado pueden hacer salir el país de la crisis social y despertar un verdadero optimismo revolucionario en Venezuela. Chávez lo sabe, pero lo que pasa es que tiene más miedo a la iniciativa revolucionaria y autónoma de los trabajadores y el pueblo que al imperialismo.


Notas:

[1] http://www.aporrea.org/ideologia/a24615.html

[2] Mercados del gobierno, con precios bajos.

[3] Idem 1.