Triunfo en Medio Oriente
¿Qué es
Hezbollah?
Por Claudio Testa
Su resonante triunfo militar ha puesto
a Hezbollah en el centro de la atención mundial. Su líder,
Hassan Nasrallah, está en el pináculo de la popularidad,
tanto en Líbano como en los demás países árabes e islámicos.
Contra las mentiras interesadas del imperialismo y sus
agentes mediáticos, cabe evaluar con criterio marxista el
carácter de esa organización.
En todas partes del mundo, la opinión
de las masas trabajadoras y populares, a contrapelo de la
cloaca que destilan los medios manejados por la propaganda
yanqui-sionista, se ha inclinado en casi todos los países
contra los genocidas de Israel y su padrino Bush. En
Argentina, las encuestas revelan que ocho de cada diez
consultados están contra USAIsrael.
La contrapartida de este justo repudio
es que también fuera del mundo árabe e islámico Hezbollah
y su líder comienzan a ser vistos con admiración y simpatía.
Al mismo tiempo, se conoce poco acerca de ellos. Y tampoco
se ha disipado del todo la leyenda negra de la propaganda
yanqui-sionista, que trata de presentar a Hezbollah –un
movimiento de masas que hoy tiene el apoyo del 87% de los
libaneses de todos los credos– como una “organización
terrorista”. En Argentina, estas calumnias se agravan. La
Embajada y las organizaciones sionistas (doblemente rabiosas
por la derrota militar y el rechazo mayoritario a los crímenes
de guerra de Israel) hacen una campaña culpando a Hezbollah
del atentado de la AMIA, sin prueba alguna.
Es necesario, entonces, explicar la
naturaleza de Hezbollah y también fijar nuestra posición
política frente a este movimiento.
¿“Organización terrorista” o gran
movimiento nacional?
Desde ya que su caracterización como
“organización terrorista”, dictada por Washington y
repetida por sus escribas a sueldo en los medios, es una
calumniosa falsedad. Tratan de hacer una amalgama con Al-Qaeda,
pero en verdad Hezbollah es lo opuesto por el vértice
a esa dudosa organización, cuyos dichos y hechos
invariablemente han beneficiado al gobierno yanqui, ayudándolo
a montar la inmensa farsa de la “guerra contra el
terrorismo”.[1]
Hezbollah es hoy un gran movimiento
nacional de masas. Cuenta con una fuerte milicia que
derrotó a los sionistas, pero Hezbollah no es sólo, ni
principalmente, una organización militar. Como movimiento,
abarca un amplio espacio político y social, asentado
principalmente en las masas pobres. Tiene un carácter de
organización “plebeya”, es decir que socialmente no
es de trabajadores. Hezbollah ha ido desarrollando en el
Líbano hospitales, escuelas y una vasta red de
asistencialismo. Cubre las necesidades populares que el
estado “oficial” libanés no soluciona.
Como partido político, Hezbollah logró
un fuerte bloque parlamentario, en elecciones inobjetables
desde el punto de vista democrático-burgués. Esto es algo
que no se puede decir de los reyezuelos corruptos y los
presidentes títeres, siervos de EEUU, como los de Arabia
Saudita, Jordania y Egipto.
Asimismo, Hezbollah tiene una radio y
el canal de TV más popular del país. Una desesperación de
los sionistas durante la reciente guerra fue tratar –sin
éxito– de silenciarlo con los bombardeos. Efectivamente,
Hezbollah ha creado un “estado dentro del estado”.
Los orígenes de Hezbollah
Hezbollah fue fundado a principios de
la década del 80 para resistir la primera invasión de
Israel al Líbano. Los sionistas, con pleno apoyo de EEUU,
en 1982 invadieron y ocuparon el sur de ese país, aliados a
una organización fascista “cristiana”, la Falange
libanesa. Nació entonces Hezbollah, proponiéndose luchar
por la expulsión de Israel del Líbano y también de los
territorios ocupados por los sionistas en la guerra de 1967
(Cisjordania, Gaza, Jerusalén este y el Golán).
Inicialmente, por supuesto, este
movimiento no tenía la envergadura actual. En esos
momentos, Hezbollah sostenía un programa islamista
estrecho. Estaba fuertemente influenciado por la revolución
de Irán de 1979 y se planteaba la creación de un “estado
islámico”, similar al que había erigido allí el
ayatollah Jomeini. Esta influencia es también facilitada
porque las masas más pobres del Líbano, sobre las que se
asienta Hezbollah desde su nacimiento, pertenecen
principalmente a la rama chiíta del Islam, al igual que los
iraníes.
Sin embargo, sería equivocado analizar
esto mediante las charlatanerías “religiosas” al uso de
la prensa occidental, que refleja a un imperialismo
obsesionado por dividir a los pueblos de Medio Oriente por
sus creencias y etnias. Los procesos son más complejos: ya
a mediados de los 80, también se incorporan a Hezbollah
amplios sectores provenientes del Partido Comunista Libanés,
reflejando la crisis de la ex Unión Soviética y el
desastre de la invasión a Afganistán. Y en los 90, después
del colapso de la URSS, secciones enteras del PC se pasan a
Hezbollah.
Hezbollah se hace de masas en
la guerra contra el invasor israelí
Al calor de lucha contra el ocupante
israelí, Hezbollah va desarrollándose como un gran
movimiento de masas. Israel responde con masacres, con miles
de civiles son asesinados por los sionistas, pero esto no
hace más que impulsar la resistencia. Israel apela entonces
al asesinato de los líderes. En 1992, los helicópteros
israelíes atacan un convoy donde viajaba el líder de
Hezbollah, Abbas Musawi, y otros dirigentes, que son
muertos. Pero el resultado de esta acción es que emerge un
joven liderazgo alrededor de un nuevo jefe, Hassan Nasrallah.
Esta nueva dirección produce un viraje
político y programático de cierta importancia. En función
de la unidad para luchar por la expulsión de los israelíes,
Hezbollah trata de actuar por encima de las divisiones
religiosas sectarias. Para eso abandona el programa de un
estado islámico, diciendo que sería imposible en una
sociedad tan diversificada como la de Líbano. Pero, al
mismo tiempo, plantea crear esa sociedad islámica dentro de
la comunidad shiíta.[2]
En los últimos años de la década del
90, el combate contra el ocupante sionista y sus títeres
(el “Ejército del Sur del Líbano”) se va convirtiendo
para Israel en una derrota humillante. Finalmente, en mayo
del 2000, la resistencia expulsa a Israel del país. El Financial
Times de Londres describe esto como “una humillación
de la escala de la derrota de EEUU en Vietnam”.
Notas:
1. El mismo Hezbollah opina que “Al Qaeda hace el
juego de la administración estadounidense, y sus acciones
no hacen otra cosa que perjudicar al Islam y a todos los
musulmanes”. ("Hezbollah estima que Al Qaeda es un
engendro de EEUU", en www.socialismo-o-barbarie.org,
edición del 13-8-06).
2.
“Nosotros –dice Naim Kassem, su vicesecretario
general– haremos todo lo posible para llegar a un punto de
acuerdo entre dos visiones. Por un lado, la necesidad que
tenemos de respetar nuestro código islámico, ir a favor de
las leyes islámicas. Y, por el otro, adaptarnos y
amoldarnos a las necesidades y características de la
sociedad libanesa, una sociedad plural y muy variada. Por
tanto, no vamos a hacer nada que vaya en contra de nuestra
religión, pero tampoco vamos a hacer nada que vaya en
contra de la especificidad y de la variedad de la
sociedad”.
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