El PO y el PTS ante el
II Congreso de la UNT
Una posición
vergonzosa
Por
Roberto Sáenz
Ante el intento del
gobierno de Chávez de avanzar sobre la UNT, se impone la defensa de su
independencia. En ese marco, es lamentable la negativa del PO y el PTS a sumarse
a esa campaña, con argumentos sectarios y sin principios.
El 26, 27 y 28
de Mayo se realizó el II Congreso de la UNT (Unión Nacional de Trabajadores).
Como venimos informando en nuestro periódico, las cuatro corrientes que de una u
otra manera responden al chavismo [1] lo rompieron al son de “primero
Chávez”, planteando en los hechos que no habría mayor crimen que elegir la
dirección de la nueva central obrera este año. Los compañeros de la C-CURA, que
claramente expresó el sector mayoritario e independiente de los delegados al
Congreso, permanecieron en él votando un pliego reivindicativo que incluye una
marcha a Miraflores para el 16 de julio y pusieron fecha a la elección de la
dirección para el 14 de septiembre. El contenido del litigio es evidente: el
chavismo de ninguna manera quiere y puede admitir la puesta en pie de una
central obrera independiente del propio Chávez, y se juega con todo a domesticar
y / o romper la UNT para imponer su objetivo.
En estas
condiciones, debería ser claro -para las corrientes que nos consideramos del
marxismo revolucionario- de que lado debemos estar en esta contienda. En nuestro
caso, no tenemos dudas: del lado de la incondicional defensa de la
independencia de la UNT, del lado de la batalla que esta dando la C-CURA,
sin menoscabo de que al mismo tiempo critiquemos a los compañeros dirigentes de
esta corriente [2] por la equivocada y grave posición de llamado al voto
acrítico al gobierno burgués, incluso sumándose a la plebiscitaria campaña de
los 10 millones de votos para Chávez. [3] Pero esta crítica necesariamente la
subordinamos a la incondicional defensa de la independencia de la UNT,
defensa que consideramos es una obligación de principios para los
socialistas revolucionarios.
Por el
contrario, en el caso del PO y el PTS [4] de la Argentina, lo que se presenta es
una posición escandalosa.[5] Tanto uno como otro están totalmente de
espaldas a la necesidad de llevar a cabo esta decisiva batalla, llegando al
ridículo de igualar las posiciones de las tendencias chavistas y la
C-CURA y olvidándose del elemental “defensismo” (tan mal usado para “defender”
cualquier cosa) a la hora de jugarse por la organización independiente de los
trabajadores.
La lucha por
la independencia de la UNT
Hay que dejar señalados
una serie de elementos como para entender la cuestión. La UNT surge a mediados
de 2003 luego de las batallas contra el golpe de abril de 2002 y el
paro-sabotaje en PDVESA de comienzos de 2003. El rol abiertamente golpista y
pro-imperialista de la CTV (“Confederación de los Trabajadores Venezolanos”,
vieja central completamente burocratizada) quedó expuesto ante los ojos de
millones de trabajadores, lo que abrió el camino a la posibilidad de la
conformación de una central obrera alternativa.
A iniciativa de una
instancia de frente único de tendencias –el mismo que hoy se ha roto–, se fue
poniendo en marcha la construcción de la UNT, con un crecimiento espectacular
(no exento, igualmente, de enormes debilidades organizativas, como por ejemplo
el hecho de que la central no tenga finanzas propias) hasta desplazar casi
totalmente a la vieja central y tener afiliados hoy a 1,5 millones de
trabajadores, sobre todo en las ramas de la industria.
Obviamente, en
el transcurso de la emergencia y fortalecimiento de la UNT, se fue procesando
una diferenciación política. Las corrientes chavistas y burocráticas cada
vez han visto con mayor preocupación el hecho de que se vaya afirmando un
contenido de peligrosa independencia de la central respecto del gobierno
chavista.[6]
Al mismo
tiempo, los propios compañeros del C-CURA (Chirino, etc) fueron haciendo su
experiencia con Chávez (integraron inicialmente la FTB y se ubicaban como parte
del “campo” del chavismo) y girando hacia la izquierda, a posiciones de
creciente independencia política, más allá de sus limitaciones.[7]
Esta misma realidad y el
hecho de que los compañeros se están batiendo por que la central legitime su
dirección eligiéndola por voto directo de todos de todos los afiliados
(liquidando la actual situación de dirección “provisoria”) es lo que terminó en
el duro enfrentamiento de estas semanas.
Las corrientes
chavistas, evidentemente, no quieren una central obrera legitimada que pueda
comenzar a plantarse frente al propio Chávez.[8] Por eso no quieren las
elecciones este año: estiman que luego de la votación plebiscitaria por Chávez
(la maniobra de la campaña por los “10 millones”) obviamente se les hará mas
fácil desplazar a la C-CURA y someter a la UNT.
Éste es el
contenido del debate en oportunidad del II Congreso, más allá del grave
error del sector que pelea abiertamente por el carácter independiente de la UNT
(la C-CURA) de presentar una posición de voto acrítico a Chávez. Esto se plantea
como un “irrestricto” apoyo político a un gobierno burgués, por más
“nacionalista” que sea, posición totalmente errónea y contradictoria con
el contenido real de su pelea.
Las crónicas
del Congreso hablan por sí solas
Los informes del
Congreso son elocuentes respecto de su
contenido.
Veamos el informe de la principal dirigente de una de las corrientes chavistas,
Marcela Máspero: “cuando se terminó el trabajo de las comisiones, en la comisión
de elecciones para la central no hubo acuerdos. La gente de Chirino quiso
imponer su voluntad y cuando los otros compañeros subieron a la tarima a
expresar sus opiniones, los agredieron físicamente. (…)
La gente nuestra asumió una consigna que yo creo
que salió del corazón, diciendo ‘primero Chávez’.
En
cambio, ellos decían ‘elecciones
ya’
(...). Podemos llegar a la conclusión de que éste no es sólo un tema sindical,
sino político”.[9]
En el mismo
sentido, otra corriente chavista como la FBT (Fuerza Bolivariana de los
Trabajadores) hace el siguiente análisis: “Es importante señalar que habíamos
llegado a este congreso con profundas diferencias políticas y sobre todo
respecto del análisis de la coyuntura política actual; esto conlleva a que la
C-CURA plantee la necesidad de elecciones de la UNT para este año 2006. Para
nosotros (FBT) es de vital importancia y prioritario la defensa del proceso
revolucionario, debido a las constantes agresiones por parte del imperialismo
norteamericano y en particular de Bush, y en ello se enmarcan las elecciones
presidenciales de diciembre de este año; por eso es necesario que los
trabajadores nos organicemos para la conquista de los 10 millones de votos y así
poder reelegir al presidente Chávez (...) quedaron al descubierto en cuanto
su único interés [refiriéndose a la C-CURA. RS]: las elecciones de la
central sindical y evadiendo el debate (...) de la defensa del proceso
revolucionario garantizando la reelección de Chávez (...). Como conclusión
de este Congreso, la FBT señala que “no estamos en una división de la UNT, sino
que es una fractura política ya anunciada, en donde el sector minoritario
de la central (C-CURA) considera más importantes las elecciones internas que la
defensa del proceso revolucionario; ya los veremos pavoneándose en los medios
de comunicación golpistas y la canalla oposicionista aplaudiéndoles junto a la
CTV”.[10]
Por si faltara
más ilustración, en otros textos se acusa a los compañeros de “tener relaciones
con un grupo que a nivel internacional, está declarado, tiene el mismo juego de
la oposición de llamar a la gente a abstenerse” o “la intención de la C-CURA de
utilizar a la UNT para formar un nuevo partido político” preguntándose “¿serán
casuales las coincidencias de opiniones de voceros de la ultra-derecha y la de
cierta ‘corriente sindical’ dentro de la UNT?”.
Huelgan las
palabras: el contenido de la pelea del II Congreso y sus derivaciones es
absolutamente claro. Se trata de la emergente pelea por la independencia de la
UNT respecto del gobierno de Chávez. En esta pelea no podemos ser “neutrales”:
esta defensa de la independencia de la UNT y la lucha contra las calumnias a
compañeros como Chirino o Stalin es de principios para los socialistas
revolucionarios.
Sectarismo
sin principios
Con sólo ver
los títulos de los artículos del PO y el PTS en sus periódicos respecto del
Congreso alcanza para comprender el desastre de su posición. El PTS
titula “Ruptura en la UNT de Venezuela”… y nada más; el PO, por su parte titula
“El Congreso de la UNT y la reelección de Chávez”. En ninguno de los dos [11] se
plantea ni una palabra (no digamos un renglón) acerca de la necesidad de
poner en pie una campaña en defensa del carácter independiente de la UNT y
contra las calumnias chavistas a los compañeros dirigentes obreros.
La
justificación de este escándalo político: el PTS da a entender que la pelea del
Congreso tuvo lugar entre dos tendencias chavistas y burocráticas:
habla todo el tiempo del “sector más chavista y burocrático”, como si la
C-CURA también lo fuera, sólo que en menor grado. Es decir, se trataría de una
mera diferencia cuantitativa, no de calidad, como si se tratara de una pelea
entre Gdansky y, digamos, el Barba Gutiérrez en la UOM.
Dicen los
compañeros: “El Congreso se instalo con un día de retraso por las maniobras
burocráticas en la acreditación de delegados provocadas por los sectores más
ligados al gobierno, y terminó con una ruptura (...). Al sector más
burocrático y oficialista le aterrorizaba perder sus puestos y prebendas
frente a una posible derrota a manos de la C-CURA (...). Si bien la C-CURA (...)
dice querer construir una central de trabajadores mas democrática (...) no se
dio una lucha real por una central independiente del gobierno (...) [se]
muestran los limites de una política donde no hay una lucha por la
independencia del gobierno de Chávez”.[12]
Esto es un
escándalo sectario de frente y de perfil. Porque sin duda los compañeros tienen
fuertes limitaciones en lo que hace a terminar de plantarse de manera
totalmente independiente frente al gobierno de Chávez, pero es evidente que la
C-CURA no es una corriente “burocrática y oficialista”, sólo que en un “grado
menor”; por el contrario, su dinámica expresa un curso muy progresivo. Lo que se
procesó en el Congreso fue una lucha real, y no un mero “titanes en el
ring”.
El PO presenta
una ubicación parecida: “el hecho de colocar la reelección de Chávez como eje
político estratégico revela que más allá de las diferencias, la central
obrera está sometida al nacionalismo burgués (...) no está en discusión la
circunstancia de apoyar a uno u otro candidato en una elección, pero esta
cuestión es táctica, no puede convertirse en el eje de una campaña estratégica
(...) lo que ha distinguido a la UNT a lo largo de sus escasos años de
existencia no es su independencia de clase sino su falta de ella”. Otra
vez, la diferencia es solo de grado.
Nos
preguntamos: ¿cuál ha sido entonces el contenido de la enconada pelea que ha
partido la central? ¿El dinero, los cargos, la mera figuración, el prestigio? ¿O
lo que se ventila es una pelea real que expresa la búsqueda de una afirmación
independiente de la central, de evitar el sometimiento de la UNT al gobierno
chavista?
A nuestro modo
de ver, es obvio que se trata de una pelea real, más allá de los límites
políticos que expresan los compañeros en su voto acrítico a Chávez. Si no
fuera real, ¿por qué la habrían tomando tan en serio Máspero y los demás
chavistas? ¿Sólo por los cargos y las prebendas? Esta es una mirada
despolitizada y despolitizante de la disputa, más cuando se trata de una central
que –por lo que sabemos– no dispone de mayores finanzas propias.
Si por el
contrario, el conflicto tiene un contenido real; si lo que está en juego es el
surgimiento de una central obrera independiente del chavismo, aun con todas las
grandes limitaciones que este extraordinario y estratégico proceso todavía
tiene, la incondicional defensa de los compañeros y la independencia de la
UNT es una cuestión de principios. Es decir, se trata de una obligación
objetiva, que no puede estar subordinada a si gusta o no la tendencia política a
la cual pertenecen los compañeros, y que no admite doble estándar: es
decir, medir arbitrariamente con una vara allí donde está la tendencia propia, y
con otra muy distinta donde no se tiene peso alguno. Se trata de un razonamiento
plagado de ofuscación sectaria, de espaldas a una pelea política donde están en
juego cuestiones estratégicas.
Nacionalismo
burgués y clase obrera
Todos los
antecedentes históricos y actuales deberían facilitar ubicarse
correctamente frente a esta elemental cuestión. Porque es sabido que los
gobiernos nacionalistas burgueses de Perón, Cárdenas, Vargas, Paz Estensoro,
etc., lograron cooptar y estatizar al movimiento obrero en su época,
utilizándolo como masa de maniobra en sus peleas con éste o aquél imperialismo.
Hoy hay una
nueva pelea con los gobiernos “progresistas” en la región que (a una escala si
se quiere más de “vanguardia”) plantea la misma pelea. Es el caso de la CUT en
Brasil bajo el gobierno de Lula y el PT y la emergencia de Conlutas; es el caso
en la Argentina de los movimientos desocupados, muchos de ellos cooptados por el
gobierno K, y el proceso de emergencia de un nuevo clasismo; es el caso de la
COB en Bolivia y el reciente –bastante fallido– intento de someterla al gobierno
de frente popular, a pesar de la aguda inconsecuencia de la dirección de la COB
(la anterior y la nueva).
Debería ser
evidente que el caso de la UNT en Venezuela es parte de este proceso de pelea
continental. Debería ser evidente que a Chávez no le hace gracia alguna la
emergencia de un movimiento obrero que se plante de manera cada vez más
independiente frente a su gobierno, incluso aunque la mayoría de la base obrera
aún se considera chavista.
Porque en el
actual periodo de mediación del ciclo de rebeliones populares en Latinoamérica,
la pelea por la independencia de las organizaciones obreras respecto de estos
gobiernos burgueses gatopardistas y del Estado se ha colocado como absolutamente
central: es una de las principales líneas del frente de batalla contra
estos gobiernos que, en lo esencial, buscan desviar y derrotar las rebeliones de
las cuales son un emergente indirecto y tramposo.
Notas:
1. Estas corrientes son la de Marcela Máspero (diputada suplente del chavismo en
la Asamblea Nacional), el FBT (Frente Bolivariano de los Trabajadores), la
corriente de Franklin Rondón (burócrata proveniente de la vieja central CTV) y
la corriente Autonomía Sindical.
2. El compañero Chirino es el principal dirigente de la C-CURA y
uno de los principales dirigentes obreros del país. Integra el PRS, que tiene
una mayoría de su dirección ligada al MST-El Socialista de Argentina, que
sostiene la misma errónea posición del voto acrítico a Chávez.
3. Para más elementos sobre este tema, ver “Qué hacer en las
elecciones presidenciales”, SoB 80.
4. Ver Prensa Obrera 950 y La Verdad Obrera,
edición del 22-6-06.
5. No ha sido casual que los compañeros de ambas organizaciones
no se hayan hecho presentes en la actividad frente a la Embajada de
Venezuela el viernes 23 de junio, a la que tampoco asistieron representantes del
PC ni de la CCC (chavistas convictos y confesos). Tendrían que haber visto la
cara que puso el embajador venezolano ante las banderas rojas plantadas en la
puerta de su embajada…
6. Parece que “no les alcanza” el hecho de que el II Congreso
haya llamado a hacer la campaña por los 10 millones. En ese sentido, son más
agudos que muchos izquierdistas que denuncian esta errónea posición pero
pierden de vista la dinámica más de conjunto que está expresando la construcción
de la UNT.
7. El paso –aun muy inicial, pero muy progresivo– hacia la puesta
en pie del PRS como proyecto de organización política obrera y socialista
independiente del chavismo va en este sentido, luego de que los compañeros
pasaran por diversas instancias y experiencias como ala izquierda del chavismo,
algo que hace al retraso con que el propio PRS está poniéndose en pie.
8. En la nota a la que nos estamos refiriendo, el PO señala que
“el carácter anodino del plan de lucha aprobado en el Congreso no incluye
ninguna medida de lucha concreta”... No nos parece tan “anodina” y “sin
contenido” una marcha (¿esta no es una medida de lucha “concreta”?) que se
dirigirá hasta la mismísima casa de gobierno. Por más limitado que el pliego de
reivindicaciones pueda ser, no creemos que a Chávez le cause gracia una
movilización obrera, campesina y popular ante sus narices. Veamos si no lo
que dice el compañero Marco Tulio Díaz, dirigente de la federación de obreros de
la construcción en apoyo a la marcha: “el 80% de los
obreros no han podido discutir sus convenciones colectivas de trabajo y no
podemos seguir con este jueguito”.
9. “El reto es derrotar las prácticas antidemocráticas que
desdicen del sindicalismo revolucionario”, Marcela Máspero, en www.aporrea.org
10. “El II Congreso reflejó los cimientos de la vieja burocracia
sindical cetevista, pero al final triunfamos los trabajadores”, Rafal Chacon, en
www.aporrea.org
11. El PO editó otro artículo en PO 949 titulado “II Congreso de
la UNT, derrota de la burocracia cooptada”, que en lo esencial sostiene la misma
posición que estamos criticando, tomada de PO 950.
12. La Verdad Obrera, 22-6-06.
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