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La pelea por mejores
condiciones laborales
El accidente nuestro de cada día
Por Oscar Alba
El lunes 19 de junio la medianera de un galpón en obra se
derrumbó en el barrio de Villa Luro y un obrero quedó atrapado bajo los
escombros durante más de una hora. El accidente ocurrió en la calle Margariños
Cervantes al 4700, a la mañana. El obrero fue rescatado por personal de Bomberos
y atendido por la unidad del Servicio de Atención Médica de Emergencia (SAME) y
de guardia de Auxilio.
“Después de más de una hora de trabajo, fue trasladado al
Hospital Vélez Sársfield con fractura en la pierna izquierda y traumatismos
generales, aunque está fuera de peligro. Hubo que trabajar con mucho cuidado
porque había peligro de que se viniera todo abajo, hubo que mover los escombros
muy despacio (…) Otro operario también sufrió heridas y traumatismos, «aunque lo
salvó el casco», aclaró el comisario Medina” (Clarín, 20-6-06)
Es ya cotidiano saber de este tipo de noticias en los distintos
medios de difusión, y reflejan que uno de los mayores problemas que enfrentan
los trabajadores todos los días son los accidentes laborales. La reactivación de
algunos sectores de la economía, junto a la mayor superexplotación obrera, ha
traído consigo un incremento de los accidentes de trabajo. En este sentido,
nuestro país no escapa al alto índice de accidentes laborales a nivel mundial,
donde se calcula que anualmente ocurren alrededor de dos millones de accidentes
creados por las pésimas condiciones laborales impuestas por los capitalistas.
A fines de abril se realizó en nuestro país la III Semana
Mundial de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, organizada por la OIT. A ella
asistieron, entre otros, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, que buscó
exaltar los logros de la gestión de Kirchner. Pero más allá de leyes y discursos
oficiales, la realidad nos indica que la superexplotación que sufren a diario
los trabajadores son la causa fundamental de los accidentes laborales.
Las largas jornadas de trabajo de diez a doce horas desgastan
permanentemente la capacidad de trabajo y provocan la disminución de los
reflejos en las tareas laborales. De esta manera, no es casual que los
accidentes laborales, en gran parte, se produzcan en las últimas horas de
trabajo, que es cuando los trabajadores están más cansados. De esta manera,
mientras el presidente Kirchner se desgañita en sus discursos “progresistas”
hablando de lograr la ansiada “justicia social”, los trabajadores quedan
atenaceados entre sus patrones, que les exigen más y más esfuerzos, y las ART,
que lucran con el riesgo laboral.
A su vez, la precariedad laboral y el empleo en “negro”, además
de reducir costos para las patronales sin pago de aportes y por lo tanto sin
cobertura de Obra Social y Aseguradora de Riesgos de Trabajo, dejan a una franja
de trabajadores indefensos ante la posibilidad de un accidente de trabajo.
Una pelea global
La reactivación de algunos sectores de la producción como, por
ejemplo, los frigoríficos y la construcción, ha engordado los bolsillos de las
patronales, pero no han significado un aumento cualitativo del nivel de vida de
los trabajadores. Por el contrario, miles de obreros de esos sectores deben
realizar doce o catorce horas de trabajo para poder subsistir, con el
consiguiente desgaste de sus fuerzas y el aumento de los riesgos de accidente.
Pero es bueno aclarar que en todas las ramas de la producción se ha incrementado
la tasa de accidentes. El gobierno de Kirchner, a su vez, cuenta con la
burocracia sindical para imponer las actuales condiciones laborales. Desde hace
aproximadamente 10 años, en la Argentina, el 42% de los nuevos convenios
acordados por patrones y sindicalistas contiene cláusulas de alargamiento de la
jornada laboral. Por eso, la lucha por mejores condiciones de trabajo es una
pelea global contra la política del gobierno de Kirchner, la superexplotación
patronal y la complicidad de los Moyano, Daer, Palacios y los “nuevos”
burócratas” de la CTA, con De Genaro a la cabeza. Y debe estar unida a los
reclamos salariales como parte de la defensa de las condiciones laborales,
teniendo como objetivo fundamental la reducción de la jornada laboral sin rebaja
salarial.
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