El
reagrupamiento de corrientes socialistas revolucionarios
Dar
pasos concretos
Por
Rodolfo
F.Torres
En
el marco del Foro, el 26 de enero se realizó en el Auditorio del Museo de
Bellas Artes un panel sobre la necesidad de dar pasos en el reagrupamiento de
corrientes que se reivindican revolucionarias. Este encuentro viene precedido de
tres reuniones: la primera en San Pablo en 2004; el año pasado durante el Foro
de Porto Alegre y luego durante el seminario internacional convocado por el
P-SoL en Río de Janeiro en agosto.
En
esta ocasión estuvieron presentes prácticamente los mismos componentes de las
reuniones anteriores, el que a pesar de todas las limitaciones y debates
pendientes, sigue configurando el único ámbito de intercambio real de
experiencias y eventual reagrupamiento.
En
el panel estuvieron -entre otros- François Sabado de la LCR francesa, Chris
Harman del SWP inglés, las distintas corrientes que impulsan el P-SOL brasileño,
compañeros de la corriente El militante (SW inglés), las dos corrientes del
MST argentino, compañeros del Movimiento por el Socialismo de Suiza, Ahmed
Shawki de la ISO de EEUU, los compañeros del PRS venezolano y, en representación
de SOB internacional, el compañero del MAS de Argentina.
El
conjunto de las intervenciones marcaron los cambios favorables, en general, en
la situación mundial producto del empantanamiento del imperialismo en Iraq y la
deslegitimación del gobierno de Bush. Sin embargo, a la hora de hacer
propuestas y una discusión concreta respecto de que ubicación tener ante los
nuevos gobiernos (Chavez, Evo Morales, etc) y sobre la cuestión del
reagrupamiento, sólo se quedó en una nueva reunión a mediados de año en
Brasil y en declaraciones de buena voluntad. Pero con eso no alcanza.
Ante
el “aluvión” centroizquierdista y las ilusiones que están despertando
entre amplios sectores del movimiento de masas del continente, la delimitación
respecto de los mismos, es de enorme importancia. El reagrupamiento de los
revolucionarios es -en estas condiciones- una necesidad para dar respuesta al
proceso vivo de la lucha de clases.
Hoy,
está necesidad cobra más urgencia ante la emergencia de experiencias reales de
recomposición de la clase trabajadora en varios paises.
El
necesario reagrupamiento no puede quedar en relaciones diplomáticas y en
declaraciones de buena voluntad. Hay que avanzar en la discusión estratégica y
-al mismo tiempo- en acuerdos mínimos que permitan acciones comunes y campañas
internacionalistas.
Esta
necesidad se ve reforzada -por ejemplo- por proclamas como las de Chávez, que
se proyecta a nivel internacional (y, en particular, en Latinoamérica) como una
enorme mediación y obstáculo para la lucha por una verdadera perspectiva
antiimperialista, anticapitalistas y socialista. El discurso de Chávez, si bien
reinstala en la agenda la discusión sobre el socialismo, al mismo tiempo, la
otra cara de la moneda, es la confusión que introduce con su “socialismo del
siglo XXI”, que es una nueva versión de la vieja trampa de la conciliación
de clases. Su antiimperialismo es de oposición a Bush y no a la dominación del
capital imperialista y de las multinacionales como un todo.
Las
corrientes revolucionarias tenemos la obligación de empezar a trabajar en la
puesta en pié de una instancia que sea un punto de referencia y de apoyo para
luchar contra esta nueva mediación y alertar sobre las frustraciones que -sin
lugar a duda- traerán los gobiernos de conciliación de clase, llámense Evo
Morales o Hugo Chávez Frías.
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