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¿Una nueva CoNaDeP?

 

A raíz de los cruces entre fiscales, testigos, medios, sobre la investigación de la muerte del fiscal Nisman, y como para salir con una propuesta incuestionable a los ojos de la sociedad ante tanto “cambalache”, desde alguno periodistas, juristas e intelecturales, así como el precandidato a gobernador por el sciolismo, Santiago Montoya, y Alejandro Bodart, diputado por la Ciudad de Buenos Aires y precandidato del MST, sacaron del arcón de los recuerdos a la extinta CoNaDeP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas).

¿Qué fue en realidad esta Comisión que es levantada en el altar de la democracia como sinónimo de transparencia y ecuanimidad?

En primer lugar, tenemos que decir que no fue una comisión investigadora, sino solamente recopiladora de datos a partir del testimonio de sobrevivientes y familiares. No fue poca cosa en el contexto histórico de la reciente caída de la dictadura, ya que a través de esta valiosa compilación se llegaron a conocer crímenes sin precedentes, existencia de campos de concentración, métodos de exterminio que descorrieron el telón perverso que tapaba el genocidio. Desde ese punto de vista, fue útil para instalar la verdad de lo ocurrido en el conjunto de los trabajadores y la juventud. Pero su utilidad jurídica terminó en la Sala del Tribunal que condenó a las Juntas.

Pero se limitó a este trabajo, resumido en el conocido libro Nunca Más, a quien el kirchnerismo, en su manía apropiadora de conquistas ajenas, le puso un prólogo propio, alteración cuestionada por algunos de los ex integrantes de esta Comisión, así como la supresión de la firma de Ernesto Sábato.

Como no tuvo poder de investigación, no citó a un solo militar, de cualquier rango que fuera, a ningún civil o miembro de la curia involucrados en la represión. Todo su trabajo fue entregado al gobierno de Alfonsín en multitudinaria movilización. Movilización que se desarrolló con la expectativa de poder lograr juicio y castigo para todos los responsables.

En realidad, la decisión política del gobierno radical de enjuiciar solamente a los miembros de las Juntas militares ya estaba tomada (1) y la creación de la CoNaDeP y la posterior marcha a la Casa Rosada fueron la escenografía montada no solamente para darle el tono “independiente” a una investigación que no existió, sino también para canalizar la bronca popular y la exigencia de juicio y castigo que se reclamaba en las calles.

Una batalla inconclusa

Esta batalla quedó a mitad de camino en primer lugar, porque no tuvo un curso independiente. La llamada Comisión de Notables, aunque la “vistieron de seda” y tenía realmente figuras referentes de la denuncia de los derechos humanos de ese momento como lo fueron el obispo Jaime de Nevares de Neuquén (que fue uno de los pocos miembros de la jerarquía eclesiástica que denunció sistemáticamente los crímenes de la dictadura) o laperiodista Magdalena Ruiz Guiñazú, no estaban representadas las organizaciones de lucha. Por ejemplo, no la integraban ningún miembro de las Madres de Plaza de Mayo que, aunque hoy parezca ciencia-ficción, era el organismo indiscutiblemente más referente y que se movilizó en la misma Plaza de Mayo desde 1977 y acaudilló posteriormente a otros sectores que se sumaron a la lucha democrática. Por no decir que su referente máximo, el escritor Ernesto Sábato, había apoyado la llegada del golpe militar en forma entusiasta.

Pero lo más importante y de contenido, es que su misma creación no fue “independiente” sino surgida desde las entrañas del gobierno radical.La entrega de los testimonios al gobierno fue el broche que “santificó” el cumplimiento de los planes ejecutados por el poder político.

Previo al golpe militar del 76, el radical Ricardo Balbín estigmatizó al activismo obrero bajo el nombre de “guerrilla fabril”. El primer de Ricardo Alfonsín surgido de elecciones trabó la posibilidad real de avanzar hacia el juicio y castigo a todos los genocidas. Dos caras de una misma política antiobrera, gorila y colaboradora de los militares del partido radical que mantuvo y mantiene a través de su existencia.

Por eso creemos que la CoNaDeP es un contraejemplo de lo que debemos hacer para crear una comisión realmente independiente del gobierno y de las instituciones del Estado.  Una comisión que no solamente investigue en base a la búsqueda de pruebas fehacientes aportadas por quienes no tienen ningún compromiso con las repodridas instituciones del régimen, sino también que desarrolle la movilización independiente para que se haga justicia hasta el final.

  • Por decreto N° 158/83 del 13/12/83 se estableció el juicio sumario por ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de las tres primeras juntas de la dictadura. Ante la inactividad de este Consejo, la causa pasó a la justicia civil, en la cual se llevó a cabo. La CoNaDeP fue creada por decreto del 15/12/83 y entregado el informe el 20/12/84, remitido por Alfonsín a la justicia militar que es la que debería haber intervenido inicialmente de acuerdo al decreto de su gobierno.

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