En los últimos días, frente a la pérdida cotidiana del poder adquisitivo de los salarios y las suspensiones y despidos, en Córdoba se vivieron medidas por parte de los trabajadores de VALEO y la rebelión frente a la sede de la UOM por un número importante de trabajadores metalúrgicos. La movilización de los empleados de hospitales organizados en ATE exigiendo la reapertura de paritarias y  entre el conjunto de los trabajadores el malestar creciente también por los salarios, anunciaba un fin de año conflictivo.

Ni lerda ni perezosa, la burocracia del Sindicato de Empleados Públicos, SEP, de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba, UEPC, con Pihen y Monserrat a la cabeza, iniciaron movilización con los cuerpos orgánicos exigiendo hablar con el gobierno sobre salarios. Y el gobierno ese mismo día los recibió.

Efectivamente lo único que hicieron fue acordar el monto que les ofreció el gobierno, ya que su objetivo fue desmontar todo posible conflicto que movilizara a los estatales por una verdadera recomposición salarial y desestabilizara al gobierno provincial. Lucha que de abrirse  sirviera de ejemplo al conjunto de los trabajadores del país.

La burocracia tanto local como nacional están todas embarcadas en sostener al gobierno de Cristina y no defender los intereses de los trabajadores, por eso impulsan y acuerdan montos mínimos reconociendo la inflación y la pérdida del poder adquisitivo y tratar con medidas paliativas llegar al 2015 a las nuevas paritarias, pero esencialmente procesar todo en el circo electoral.

En la UEPC Capital no les fue tan fácil

La burocracia de la UEPC impulsó asambleas por escuelas para ver si los docentes aceptaban el bono con la actitud perversa de si aceptábamos o no; un bono de $ 1.250 para todos por igual ( que si lo dividimos por los cinco meses que faltan a la paritaria no llega a $ 250 por mes); agitando el fantasma de que si lo rechazábamos no íbamos a cobrar nada, “que es todo lo que hay”, que para obtener algo hay que estar dispuesto a parar y ustedes no se la aguantan, discutir sólo la aceptación o el rechazo. En vez de discutir lo que en las aulas se exigía: la reapertura de la paritaria como se había acordado.

En la asamblea de delegados, con más de 500 delegados presentes, quisieron imponer que se votara la aceptación o el rechazo al bono, en forma burocrática y acallando el debate, pero desde la oposición de conjunto y desde numerosos delegadas y delegados de las escuelas se propuso: a) apertura de paritarias ya, b) exigir un bono de $ 1.500 para todos por igual, c) asambleas horarias para organizar un plan de lucha y otras demandas puntuales. Ganó la posición de la burocracia de aceptación del bono, con 250  a 150 votos por la reapertura de paritarias y  exigir un bono de mayor valor.

Esta votación marcó que no fue un trámite para la burocracia, que todo un sector docente votó por la reapertura de paritarias que excede a los delegados de la propia oposición y se manifestó durante todo el debate un masivo repudio a las maniobras burocráticas, tal es así que cuando a la voz de la mesa de que sólo votan los que están sentados, la inmensa mayoría de los docentes, ante la bravuconada, se comenzó a parar, incluidos aquellos que traían el mandato de aceptar.

El marco de la asamblea hizo que la propia burocracia, luego de que se asegurara la aceptación del bono que propone la provincia, incorporara en la resolución por la apertura de la discusión salarial, que refleja una concesión para no quedar tan desubicado ante los delegados docentes.

El bono como maniobra

Tanto el bono que otorgó la provincia y el acuerdo de la burocracia son, por un lado, el reconocimiento de que la inflación superó las negociaciones paritarias y que los salarios están por detrás, pero a su vez es una gran maniobra para evitar movilizaciones por el salario y de esa manera evitar las luchas en las calles para terminar un año en calma donde los trabajadores somos los que pagamos la crisis con bajos salarios, sumas paliativas ridículas, con suspensiones y despidos en la industria.

Exijamos la reapertura de la discusión paritaria, ya que el bono no soluciona la pérdida salarial, organicémonos en asambleas por escuelas, reparticiones públicas. Imponiendo al SEP y a la UEPC la exigencia de la reapertura de la discusión salarial. Rechacemos los acuerdos secretos con el gobierno de De la Sota y seamos los docentes y los empleados públicos los que establezcamos el monto del aumento que queremos.

Eduardo Mulhall

 

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