La Universidad de Córdoba cierra acuerdo con Monsanto

 

Hagamos amigos, instalemos Monsanto…

La multinacional Monsanto y sus alcahuetes vienen de recibir el año pasado varias palizas en Córdoba. Las masivas movilizaciones populares de decenas de miles por las calles de la capital provincial en rechazo a la infame multinacional y el bloqueo a la construcción de su planta en el municipio de Malvinas Argentinas pusieron contra las cuerdas al delasotismo y la justicia cordobesa. Tuvieron que retroceder “en chancletas” y le rechazaron a la empresa dos estudios de impacto ambiental. Agotados ya los recursos políticos y legales, parecen no acabarse los ases bajo su manga.  Ahora encontraron un aliado clave: el decano de la facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC y militante de la Franja Morada-UCR, Marcelo Conrero.

 

Esta nefasta alianza tuvo su génesis el día 8 de Agosto de 2014, durante un asado en plenos festejos por el día del ingeniero agrónomo, donde ambas partes firmaron bajo la mesa un “convenio de cooperación” FCA–Monsanto. El pacto incluye el uso del campo-escuela de la facultad, poco disponible para los estudiantes en su desarrollo intelectual independiente y evidentemente bastante disponible para las empresas. Este macabro convenio, que salió a la luz recién el 21 de Agosto y del que nadie supo nada por la cuasi clandestinidad en que fue firmado, plantea como primera actividad a desarrollar en los primeros 3 meses… ¡La revisión del estudio de impacto ambiental!

 

En segundo lugar pero no de menos importancia, se plantean otras “actividades”: investigaciones científicas, ensayos de campo (de cuyo contenido y consecuencias, incluso potencialmente contaminantes, nadie se puede enterar debido a la cláusula de confidencialidad que ata ambas partes a un pacto de silencio de cara a la sociedad), “capacitaciones”/adoctrinamientos docentes, viajes de aprendizaje, pasantías/trabajo gratuito estudiantil, etc. Todo esto no tiene otro fin que el de mercantilizar la educación, y así crear futuros títeres funcionales única y exclusivamente para beneficio de esta empresa, imperialista en su máxima expresión.

 

Por supuesto que el decano no está sólo. Si puede hacer semejante mamarracho es porque la LES se aplica cotidianamente en la UNC, a cuya cabeza está la gestión K del Rector Tamarit. Con un poco de voluntad política, ésta gestión podría haber frenado el acuerdo pero prefirieron expiar culpas sacando un comunicado de tono ultra “progre” de lacrimosos lamentos contra el decano. Lamentablemente algunas palabras bienintencionadas en una página de internet oficial no tienen muchos resultados prácticos más que un progresista lavado de manos.

 

La culpa no sólo es del chancho… también es de Patria Grande

 

Pero la historia estaría incompleta si no mencionamos un pequeño detalle: la conducción del Centro de Estudiantes de Ciencias Agropecuarias está en manos del MBA-Sudestada-La Mella-Patria Grande. El lector podría pensar que vamos a polemizar con la orientación que están teniendo en la lucha contra el acuerdo en la facultad. Pero no, no están las condiciones para que lo hagamos ¿Por qué? Porque para polemizar sobre la orientación en una lucha implica que esa lucha exista. En una asamblea después de una movilización al Consejo Superior, el MBA se despachó sobre las ventajas para la izquierda de tener un Centro en Agrarias y de que había que cuidar esa conquista. Y eso significa no ser pianta votos. Es decir: la orientación más correcta es la de no sacar volantes, ni carteles, ni pasar por cursos, ni convocar asambleas para rechazar el acuerdo con Monsanto. Sus discursos sonaban a la explicación de un chef sobre las delicias de una pizza sin cebollas, ni queso, ni salsa, ni masa…

 

En éstas condiciones, el discurso “tecnocrático” del decano se ha convertido en completamente hegemónico en la facultad. En la cabeza de los compañeros de Agro, ésta no sería una lucha política sino un debate “científico” puro. Así es que el único canal de debate y discusión son las “charlas-debate” organizadas por la gestión en las que sólo pueden participar estudiantes y profesores de la facultad, sin la molesta intervención de la militancia y el pueblo de Malvinas Argentinas. Y la política de “oposición” de Patria Grande es hacer sus propias charlas del mismo contenido, las mismas características y casi los mismos participantes. Su campaña política de rechazo directo a Monsanto es, ciertamente, fuerte pero estrictamente dirigido puertas afuera de la facultad donde (¿vale la pena recordarlo?) son la conducción del Centro de estudiantes.

 

¡Ganemos a los estudiantes para echar a Monsanto!

La única medida fue una movilización al Consejo Superior (convenientemente lejos de la facultad), exigiendo que se expidiera contra el acuerdo. Ésta movilización tuvo, lamentablemente, el contenido que el MBA (movimiento “de base” de agronomía –sí, leyeron bien “de base”-) quería, mayoría de militantes, ni un estudiante de la base de la facultad. El único resultado fue el ya mencionado pronunciamiento sin consecuencias prácticas.

 

En la Asamblea que se realizó después, desde el Ya Basta-Nuevo MAS planteamos que era necesario socavar la fuerte base social que el decano tiene para el acuerdo en la facultad. Por más aplastante que sea el rechazo social en los sectores populares, Conrero tiene base social donde la necesita. Consideramos, entonces, que es necesaria una lucha masiva contra el acuerdo. Para eso propusimos que se realice una Asamblea interfacultades en la Facultad de Agro, para que la fuerza combinada del movimiento estudiantil de adentro y afuera eche a patadas a Monsanto de nuestra Universidad. También propusimos una campaña común de todas las agrupaciones sobre la base de la facultad, pero el MBA-Patria Grande se encargó de que nada se pueda concretar. Una lucha que tenga de protagonistas al activismo y a la militancia de otras facultades y nada más lo único que puede lograr es reafirmar la base estudiantil del decanato, sería tirarnos un tiro en los pies. Hay que ganar a un sector más o menos importante de la facultad para llevar ésta pelea hasta sus últimas consecuencias.

 

Nico (de Agronomía), Maca y Fernando Dantés del ¡Ya Basta! UNC

 

 

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