Finalmente llegó el final de la conciliación obligatoria, y como veníamos anunciando desde el Nuevo MAS, sino se daba un proceso de lucha y endurecimiento de medidas, los  despidos  de los contratados iba a suceder.

La propuesta aceptada en asamblea es el despido de los contratados con el pago de la indemnización por ley, horas proporcionales a monto de premio anual, y el “compromiso” de la empresa de tomar a los contratados en el futuro si hay reactivación, debido a que no se veían alternativas de lucha.

La patronal, el gobierno provincial y la burocracia, lograron pasar el ajuste sin ir a un conflicto abierto. Hoy están en mejores condiciones para imponer condiciones de producción y persecución a los trabajadores y al activismo.

Debemos ser conscientes que  el conflicto  se lo encaró sólo a través de medidas para obtener la conciliación obligatoria y una vez lograda, la empresa sólo la cumplió parcialmente, ya que nunca los hizo ingresar a sus puestos de trabajo;  lo  que desmoralizó y dividió a los contratados despedidos de los efectivos. Unión que se había obtenido en la toma de 18 días.

No hubo nunca  una propuesta clara de lucha, sólo había que esperar el fin de la conciliación, esto hizo que un importante sector de contratados fuera arreglando porque no veían salida e intuían el peor final. En una negociación para lograr el mejor resultado también se debe mostrar disposición a la lucha, ya que  si se entra en proceso de negociación en el Ministerio de Trabajo o cualquier acción legal, (que no hay que dejar de hacerla pero sin un gramo de confianza), la patronal tiene un objetivo: poner paños fríos para frenar cualquier tipo de medidas de fuerza que entorpezcan la producción y desactivar las broncas iníciales de los compañeros. El papel de la UOM fue nefasto,  ya que adoptó como única estrategia la conciliación obligatoria sólo para ganar tiempo, enfriar y hacer pasar los despidos; lamentablemente no hubo una alternativa mayoritaria entre los trabajadores a esta política.

En los últimos meses, si bien el SMATA se lleva todos los premios en avalar suspensiones y despidos indirectos (retiros voluntarios) en la industria automotriz, la UOM también  es la principal responsable de haber garantizado que pase el ajuste, los despidos en la industria metalúrgica, cuando despidieron en WEG, Valeo, Weatherfor, Montich, Electroingeniería, y cuando la base empezó a rebelarse, la burocracia llamó a un paro con movilización contra los despidos para descomprimir la bronca que se estaba acumulando en las fábricas y talleres.

Para  luego de esta movilización meter  a todos los conflictos en un freezer y llevarlos   a la derrota negociada con indemnizaciones mayores. Como decíamos en números anteriores de plata hablan, pero no de trabajo.

Y así pasó la derrota en Valeo, Weatherford (donde está implicado hasta Caló y Tomada en una negociación que nunca llegó). Tanto la burocracia del SMATA como de la UOM mostraron la sociedad perfecta  junto a las patronales y el gobierno para aplicar el ajuste y la persecución a los activistas.

Por otro lado, este último conflicto en Valeo no permitió que se sostuviera ante el ataque de la patronal la gran solidaridad mostrada a principio del año, cuando con una huelga con toma  de 18 días lograron un importante triunfo. Tal vez la recesión y la inacción de entrada pesaron en el conjunto de los compañeros. Hoy pese a todo es necesario  recuperarse de este golpe para evitar futuros ataques a los efectivos y la persecución a los delegados.

Eduardo Mulhall

 

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