Se ganó una batalla –

 

Al cierre de esta edición los trabajadores cobraban las quincenas y otras deudas  y se disponían a levantar la toma de la fábrica, como habían acordado con el gobierno.

El acuerdo ahora cumplido fue consecuencia directa de las acciones duras y contundentes del lunes 7. Primero, el corte de las 6 am de la Gral. Paz y la brutal represión que sufrieron los compañeros. En una clara muestra del cambio de política del gobierno ante las luchas obreras, la policía desalojó a los trabajadores sin decir “agua va”, es decir, sin el procedimiento de negociación habitual que lleva horas. Los trabajadores retrocedieron, se metieron en la planta y se prepararon para volver y volvieron… pero no lograron cortar la Gral. Paz pero hicieron retroceder a la Infantería que se llevó varios heridos, la secuencia siguió con la toma completa y efectiva de la fábrica y se prepararon para resistir una eventual orden de desalojo.

El portón de entrada sobre la colectora estaba asegurado con una vieja grúa de varias toneladas, varios ejes con sus respectivas ruedas y sus cientos de kilos estaban cruzados y todo tipo de material se encontraba en manos de los trabajadores. Los compañeros mostraron determinación, organización y fuerza.  El gobierno  y la UOM leyeron inmediatamente el mensaje: “el horno no está para bollos”, la cosa va en serio.

El jueves 10 se concretó una reunión entre el gobierno, la UOM y los trabajadores. Ahí se acordó en primer lugar, que al día siguiente la UOM adelantaría 1000 pesos para cada trabajador y que el gobierno pagaría las deudas el día 16; por ultimo pero no en importancia se abrió la discusión sobre la continuidad de las fuentes de trabajo.

El viernes se realizó una marcha al Ministerio de Transporte y luego al Parlamento, donde se abrió la discusión sobre el futuro de EmFer y TATSA y  hasta el gobierno por intermedio del diputado Héctor Recalde mostró interés en una ley de expropiación y estatización.

 

La estatización debe ser con control obrero

 

Lo primero que hay que decir es que tanto EmFer como TATSA son empresas totalmente estatizables, es decir, es totalmente coherente e imprescindible que en un país donde el sistema de transporte público depende totalmente del Estado como en los ferrocarriles, o parcialmente como los colectivos, que haya talleres estatales de fabricación y/o reparación.

En el caso de los ferrocarriles, es casi obligatorio que el Estado se haga cargo y no deje el negocio de la mantención de los nuevos coches en manos de los empresarios chinos. Más  se debería reveer ese acuerdo estratégico y empezar a tener un plan para la fabricación del material rodante en el país.

Lo segundo que hay que tener en claro, más allá del aparente interés del gobierno en algún tipo de estatización, es que ésta sólo se garantizará con la lucha, porque además del proyecto de estatización hay otras alternativas que el mismo gobierno analiza. Por ejemplo, conseguir otro patrón amigo para que se haga cargo del “negocio”, etc.

Lo tercero, es que la estatización debe ser con el control de los trabajadores porque es la única garantía de que no se repitan los negociados, el vaciamiento, el riesgo de perder las fuentes de trabajo y de poner en riesgo la vida de miles de usuarios del transporte público que son en su inmensa mayoría trabajadores .

Se ganó una batalla pero no la guerra. Desde el Nuevo MAS seguiremos apoyando a los compañeros en su lucha.

 

Viva la lucha de EmFer y TATSA

Por la expropiación ya, sin pago

Por la nacionalización bajo control obrero

Corresponsal

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